Sectarios: Foro de la Llamada de Cthulhu

Hola a todo el mundo soy Zorlek. Que decir, me encanta Cthulhu, sobre todo el juego de rol y ya he organizado alguna partida, como jugador de partidas de rol llevo ya un tiempo muy largo jeje. Me he pasado por este foro a ver que teniais y me a gustado mucho y me ha dado muchas ideas para hacer partidas asi que cuando valla escribiendo partidas las subire o ideas sueltas. Gracias por aceptarme aqui

Bienvenido Zorlek, espero que lo pases muy bién por aquí, que aunque seamos sectarios somos buena gente jeje

bienvenido,
yo hace tiempo que apenas juego, aunque sigo comprando algún que otro manual para disfrutar leyendolo

SoldadoDrenjo escribió:somos buena gente jeje

Pues sí, el último sacrificio tuvo que estar bastante bueno, el retoño oscuro babeaba más de lo normal

Bienvenido mr. Zorlek!

- Pase, no se quede ahí fuera, está refrescando, lo nota? Pase, pase... - el doctor Willoughby pasó tras el recién llegado mirando a derecha e izquierda en el exterior. La puerta crujió durante su trayecto y retumbó pesadamente al cerrarse tras ellos.
Permítame el abrigo, y el sombrero, mas tarde le será devuelto. Permítame que me presente, que descortés por mi parte, soy Willoughby, Dexter Willoughby, médico forense, y estoy personalmente encantado de ver una cara nueva entre estas paredes. ¿El abrigo? no se preocupe, le será devuelto mas tarde, cuando decida partir.

- Por aquí - Dexter muestra el camino por un largo corredor alfombrado iluminado por lámparas de gas, y cuando el invitado pasa delante, Dexter lanza el abrigo y el sombrero por una puerta lateral amontonándose con la pila de abrigos, sombreros, paraguas y otros elementos de la gente que entró y nunca más salió. Dexter cierra la puerta y sigue al invitado corredor abajo.

- Y digame, le gustan los perros? Tenemos una mascota muy cariñosa y tenemos una costumbre con todos lo recién llegados, oh! no debe preocuparse, algo sin importancia, una nimiedad, por aquí...

Finalmente el recién llegado Zorlek y Dexter llegan hasta la puerta de hierro de pesados goznes. El doctor abre la puerta que cruje de forma aguda, en un largo sonido de protesta mecánica.

- Verá amigo mio. Tendrá que bajar por esas escaleras de caracol. Tenga cuidado, el penúltimo escalón está suelto, no vaya a tropezar! Una vez abajo, llegará a un descansillo donde encontrará otra puerta de hierro similar a esta, es la perrera. Tenga... - Dexter entrega a Zorlek una lámpara de aceite - use esta lampara pues no hay luz durante todo el recorrido, tenga cuidado con los escalones y cuando llegue abajo, un colega aguardará su llegada para ponerle al tanto de la segunda parte del ritual de iniciación. Darle de comer al perro.

Un incómodo silencio se formó entre los dos. El primero parecía desconfiar de cuanto sucedía, no se fiaba del anfitrión de aspecto académico que había venido a recibirle, mientras que el doctor Willoughby se mantenía calmado esperando que mr Zorlek se decidiera a descender por las escaleras.
Finalmente lo hizo, con cierto recelo, tomó la lámpara de aceite y dispuesto a no defraudar desoyendo las normas de iniciación, descendió las escaleras de caracol.

Dexter tomó el teléfono que quedaba al otro lado de la pared y colocando el auricular en su oreja, dio varias vueltas al timbre.
En el sotano, alguien descolgó.
- Sotano.
- Mr. Lucífugo, el recién llegado está bajando...

Uff... justo a tiempo -musitó Lucífugo mientras intentaba sin éxito colgar el auricular. La droga Liao aún circulaba por su organismo, y se veía incapaz de mantener una conversación coherente o realizar actos tan sencillos como colgar el teléfono. "Sacar a pasear a esta mascota es una ardua tarea... pero cuando se llega a escapar, tener que buscarla es de lo más molesto -pensó para sus adentros-. Y la provisión de la droga de Liao está menguando lamentablemente."

El eco de pasos se iba acercando, y Lucífugo trató de recomponer su aspecto lo mejor posible. Tampoco tuvo mucho éxito en esta simple tarea. Probó a esbozar una sonrisa, pero tan sólo logró fruncir su cara en un gesto que le aproximaba aún más a un maniaco.

Cuando el recién llegado llegó junto a él, por fortuna el aceite de la lamparilla parecía agotarse y la iluminación flaqueaba. Esto permitó ahorrarle detalles desagradables al visitante.

Tome, pase sin miedo -farfulló Lucifugo, mientras le ofrecía un enorme hueso que ni el más preparado científico podría clasificar taxonómicamente-. No se preocupe, está recién comido; pero nunca desaprovecha un buen regalito. Es importante que se lo dé rápidamente, no sea que se confunda de premio.

Cuando Lucífugo entreabrió la puerta lo suficiente como para que pasase al interior, el gesto en la cara de Mr. Zorlek era difícil de descifrar. Más aún en el estado alterado de consciencia que estaba padeciendo.

Horas más tarde, se preguntaría, con mayor coherencia, si su aprensivo gesto se debía al antinatural gruñido que surgía de las tinieblas de la perrera, o bien porque la droga le había hecho pronunciar su aviso de forma incomprensible para el incauto visitante.

Hola, bienvenido, yo tambien soy nuevo... en el foro. Ya que llevo 19 años al servicio de los primigenios (empece a jugar a La llamada de Cthulhu con 12 años)