H.P.Lovecraft, El caso de Charles Dexter Ward

Combustible. Es lo que necesita toda máquina para mantenerse en funcionamiento. Y la Orden del Crepúsculo de Plata no es diferente, para continuar ahondando en los oscuros saberes, necesita "combustible". Sus propios miembros. Muchos de los miembros de la Orden nunca llegarán a conocer la vasta red de influencias, engaños y rituales en la que se han visto involucrados. Sólo algunos elegidos llegan a conocer las intenciones secretas. Aunque ser de los elegidos no es sinónimo de triunfo, como descubren en ocasiones Failed Initiate (La Orden del Crepúsculo de Plata, F31)

Estos miembros, caídos en desgracia no suponen un desperdicio de efectivos. Quizás su muerte sea un pequeño pago para una meta mayor, acercando a la Orden a sus metas. Algunas metas bien valen el coste que se paga por ellas, tal y como saben aquellos que han participado alguna vez en el Ritual of Summoning (La Orden del Crepúsculo de Plata, F51).

De forma que la orden necesita buscar nuevos miembros, seleccionados entre las clases sociales más influyentes, para mantener su basta red. ¿Como mantener el flujo de miembros? Una opción es tentar a amigos y familiares del desaparecido. Es posible que el desdichado desaparecido haya sembrado la semilla de la curiosidad en sus más allegados, facilitando su captación por la Orden. Y que mejor que la Viuda Rica (La Ordalía, F33) para ocupar la vacante.

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Puede ser que estos miembros no sean especialmente habilidosos ni capaces. Pero son fáciles de atraer, y los esfuerzos pequeños para incorporarlos la red de mentiras de la Orden son pocos... haciéndolos atractivos como relación esfuerzo (coste) y resultado. Aunque quien sabe, quizás el recién llegado no es lo que parece. No sería mucho suponer de posibles engaños en los que se presentan algún nuevo miembros como viuda del desaparecido... preparándose para controlar sus negocios bajo la influencia de La Orden. ¿Quien pasará la prueba de La Ordalía?