El que acecha en el umbral, H.P.Lovecraft y August Derleth
Los grandes bosques y la naturaleza inexplorada siempre suelen despertar sentimientos de belleza y temor por igual. Grandes árboles que ocultan el cielo, pobladas ramas que reducen la visibilidad... y el sugerente sonido de los 'arboles al oscilarse mecidas por el viento. Se trata de un reino que ha cautivado el sueño de las civilizaciones desde la antigüedad, poblándolo de sátiros, ninfas, hadas y otros seres.
En este reino alejado de la mirada inquisitiva del hombre, donde pocos suelen adentrarse es el lugar en el que mora un ser que ya conocemos, Shub-Niggurath, Oscura Diosa de los Bosques (Cacofonía, F-114). Ella es la madre del millar de retoños, una perversa diosa de la fertilidad. Su enorme capacidad de engendrar a sus vástagos no tiene igual, capaz de recuperar sus principales sirvientes a una velocidad difícil de imaginar. Su fertilidad no es sólo propia de ella, sino que se extiende a sus retoños, aumentado aún más su capacidad de recuperación.. tal y como nos muestra el Retoño Oscuro Voraz (Caja básica, F131).


No es de extrañar que en ocasiones algunos imprudentes entren en los bosque, para no salir jamás. La belleza y fertilidad de los bosques oculta numerosos peligros, y perderse en sólo uno de ellos. No es aconsejable internarse bajo las aparentemente acogedoras sombras de los árboles si no se está preparado. Todos podemos sufrir algún accidentes mundano con desagradables consecuencias. Una caída o un tropiezo pueden ser fatales... y aquellos que sean especialmente débiles pueden sentir la llamada del bosque, y ser atraídos ante un Retoño Oscuro Arrollador (Iniciación de los elegidos, F49) y descubrir el precio de la imprudencia.

Uploaded with ImageShack.us