El diario de Alonzo Typer, H.P. Lovecraft y William Lumley
Una subasta es un evento con un importante componente social. Un grupo de personas se reúne para pujar por ciertos objetos. Esto demuestra los intereses particulares de los pujadores, así como su capacidad económica. La subasta puede llegar a ser una exhibición de portento económico, según las pujas aumenten. Y no sólo eso, supongamos que algunos objetos de la subasta son de una calidad inferior al resto, quizás sean sólo imitaciones o sean objetos con menor valor. Aquellos pujadores que seleccionen su interés por determinados objetos están mostrado otra característica, conocen los objetos a subastar. De forma que en una subasta se puede evaluar con relativa facilidad la capacidad económica de un pujador, sus gustos e incluso su conocimiento sobre un determinado tema. ¿Alguien cree que la Orden del Crepúsculo de Plata no utilizaría esta situación para identificar nuevos futuros miembros?. Es tan sencillo montar una Subasta Inquietante (La espiral resplandeciente, F96). ¿Y los pujadores que se mantienen en el anonimato? Su identidad no es problema, cuando las personas que organizan la subasta son realmente miembros de la Orden.

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La orden siempre está dispuesta a aceptar a nuevos miembros, en especial a aquellos que demuestran ciertos intereses.