18 de abril de 1927, 21:24
Sótanos del Neues Museum
Berlín, República de WeimarHeinrich Zweig escribió:Con un gesto de la mano pidió silencio a su acompañante y aguardó para ver si el sonido podía ayudarles a discernir la dirección desde la que se emitía. También echarían un vistazo por debajo de las mesas. Estaban concentrados en las momias en sí pero no era solo eso lo que había en aquella parte del sótano.
Avanzaban con cautela, algo nerviosos y constantemente humedeciéndose los labios. Respiraban en silencio, pero sus pechos se hinchaban con fuerza a cada inspiración... Paseaban entre muertos de hacía centenares -quizás miles- de años, lo que les recordó un insólito comentario que alguna vez habían escuchado en el pasado, el cual versaba que "
no está muerto lo que puede yacer eternamente, y con extraños eones incluso la muerte puede morir". Y ahora, con su paseo entre momias a la oscuridad del museo, esa frase cobraba algo más de significado...
Miraron debajo de las mesas, en los rincones de las paredes cercanas, en las estanterías, en una gran caja de materiales abierta, ... Pero no había nada.
El sótano era tan grande...
Era casi como buscar una aguja en un pajar...En ese instante, detrás suyo, a lo lejos, escucharon un voz que les llamaba:
- ¡Soy Adler! Egmund, Heinrich... ¿Hola? -