Capítulo 3 - PASADIZOS OSCUROS

[sectario]

Adler Diermissen
Explorador y aventurero


* Nunca creí que me alegraría tanto de encontrar una caja de herramientas. * Con gran felicidad me hago con una linterna, y si queda alguna otra también llevaré una adicional para Bruno Kastner. De la caja de herramientas tomaré alguna herramienta contundente (martillo o similar). Martillo en mano no puedo mirar el reloj. La imagen del reloj saltando en gran cantidad de piezas, a golpe de martillo se me antoja especialmente atractiva. El susto reciente aún mantiene acelerado el pulso.

Lo que si detecta Egmund Müller es, en una vitrina de cristal, varios juegos de llaves colgados de sus respectivas alcayatas. Egmund se acerca pero advierte que la vitrina está cerrada con llave.

Si es posible me atrae aquello que esté acaparando la atención de Egmund . Si puedo aproximarme, ¿hay huecos en los llaveros? ¿faltan algunos juegos de llaves?

- Egmund, estas llaves podrían evitar que los ladrones escapen por cerrar alguna puerta. La vitrina la abriría de forma poco ortodoxa. - Digo sosteniendo el martillo en la mano. - No deseo perder tiempo buscando las llaves de la vitrina, que posiblemente ni siquiera estén aquí. -

[Dr Pajowsky]

Bruno Katsner
Diletante prusiano

Me acerco a Egmund y a Adler para ver que hacen frente a esa vitrina. Con una sonrisa en los labios acepto la linterna que me tiende Diermissen.

- Gracias Adler, ¿qué han encontrado?. ¡Ah! una vitrina llena de llaves, seguro que son de los despachos contiguos. Será mejor cogerlas mientras buscamos a los ladrones. -

Miro a Adler como agita el martillo en sus manos.

- Adelante, será lo más rápido. -

[Riley]

18 de abril de 1927, 21:02
Pasadizo / Laboratorio de taxidermia del Neues Museum
Berlín, República de Weimar

Así fue como se acercó con todo el sigilo del que fue capaz hacia la puerta y giró el pomo despacio con intención de abrir igualmente despacio y ver si había algo fuera de lugar en el interior.

Sutilmente Heinrich atisba entre la hoja y el marco de la puerta el interior del laboratorio de taxidermia. Lo primero que nota el arqueólogo es el sutil aroma de las substancias químicas para la conservación y el curtido de los animales disecados. Luego, cuando los ojos se habitúan a la oscuridad de la sala, observa varias mesas de trabajo, armarios y estantes verticales con vitrina de cristal para la exposición de las piezas.

El arqueólogo alterna las miradas entre el laboratorio, las escaleras y las extrañas pisadas que tiene enfrente. No parece que haya nadie en el laboratorio de taxidermia ni que nadie suba por las escaleras o se mueva en las proximidades. Pero al fijarse en la pared de la fachada, cerca de la ventana abierta, detecta un posible utensilio que puede utilizar como arma: hay una hacha en previsión contra incendios colgada en el muro, entre dos de las aperturas al exterior. El hacha está muy cerca, pero intentar cogerla implica pasar por delante de las escaleras que descienden al sótano y pasar por encima de las huellas o pisadas mojadas del suelo...

[Riley]

18 de abril de 1927, 21:03
Neues Museum, Sala de Conserjes
Berlín, República de Weimar

Si es posible me atrae aquello que esté acaparando la atención de Egmund . Si puedo aproximarme, ¿hay huecos en los llaveros? ¿faltan algunos juegos de llaves?

Adler se acerca y observa la vitrina de las llaves. Efectivamente hay varios huecos: faltan 3 juegos que llevan la etiqueta de "general conserjes", faltan 2 juegos de llaves que pertenecen a los "despachos" del "Dr. Lichtenberg" (Historia natural) y del "Dr. Dieter Broers" (Historia antigua Asiria), así como 1 juego de "limpieza". Los juegos de los conserjes posiblemente los tienen estos en su haber, pues quizás están haciendo la ronda o quizás están en la exposición; incluso el propio director del museo -Matthias Wemhoff- podría disponer de uno de ellos. El de los doctores quizás los tienen ellos mismos (hay científicos celosos de sus estudios incluso en su propio lugar de trabajo). Y el de la limpieza... este último se antoja poco relevante.

(...), sale de la habitación para reunirse con el compañero que se encuentra fuera.

Mientras herr Diermissen revisa la vitrina, Egmund Müller abre la puerta de la conserjería y observa como su compañero está muy cerca del fondo del corredor y de las escaleras, mirando al interior del laboratorio de taxidermia. Luego, vuelve la mirada hacia dentro de la conserjería y observa como Adler mira la vitrina [martillo en mano] como si [quizás] pensara reventar el cristal...

Miro a Adler como agita el martillo en sus manos. - Adelante, será lo más rápido. -

Adler balancea el martillo evaluando las opciones. Podrían coger un juego de las llaves etiquetadas "general conserjes"... pero sin lugar a dudas romper el cristal sería poco considerado con las instalaciones y mobiliario del Neues Museum, y además el estruendo y ruido sería importante...

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[manel8]

Egmund Müller
Profesor de Historia

Las palabras de Adler provocan que Müller se detenga cuando se disponía a salir de habitación y, tras pensar un momento, responde: - Sí... quizás tenga razón y pudiera resultar conveniente coger las llaves ya... Puede que envolviendo ese martillo que lleva en la chaqueta o algo similar pudiera amortiguarse el ruido y protegerse de posibles lesiones. Me imagino que a nuestro amigo el Director no le hará mucha gracia, por eso no me decidí a cogerlas, pero ciertamente la situación puede requerirlo. Les espero fuera, con Heinrich. Quiero echar un vistazo a esas huellas ahora que tengo la linterna. -

[Dantrag]

Heinrich Zweig
Arqueólogo y anticuario

Heinrich observó con precaución las huellas. La única posibilidad de cruzar sin pisar las del pasillo sería entrando en el laboratorio de taxidermia. Nunca le habían dado buen rollo aquellos animales disecados y demás parafernalia, pero nada de eso podía atacarle ni hacerle daño, de modo que abrió de nuevo la puerta que estaba a su lado y atisbó el interior. No iba a entrar sin estar seguro primero de que sería el único visitante de la sala y a la vez daría algo de tiempo al resto del grupo improvisado de reunirse con él.

[sectario]

Adler Diermissen
Explorador y aventurero

- Sí... quizás tenga razón y pudiera resultar conveniente coger las llaves ya... Puede que envolviendo ese martillo que lleva en la chaqueta o algo similar pudiera amortiguarse el ruido y protegerse de posibles lesiones. -

- Una gran idea!. - Cojo algún trapo, tela que esté a la vista en la habitación. * Mejor no gastar mucho tiempo más en esta sala, si no hay algo de tela a mano usaré mi propia chaqueta... lástima de prenda. *. Tras ello, rompo la vitrina. * Le debo una excusa a Matthias Wemhoff. Dada las circustancías espero que sea comprensivo. Por supuesto, pagaré este desperfecto. *

Un juego de llaves de "limpieza" acaba en mis bolsillos.- Las mujeres de limpieza suelen tener acceso a cualquier lugar, excepto los más privados. - Si lo hay tomo un juego de llaves de "general conserjes". - Quizás alguna llave de los conserjes sea para el sótano o similar. - * Nada nos hace sospechar de Dr. Lichtenberg o Dr. Dieter Broers... no han de ser relevantes. *

Creo que podemos ir con Heinrich Zweig.

[Dr Pajowsky]

Bruno Katsner
Diletante prusiano

Miro a Adler rompe el cristal de la vitrina y coge algunas llaves. * Excelente idea la de Müller de silenciar el golpe al cristal. *

- Excelente Herr Diermissen, lástima de chaqueta. Si nos falta alguna llave siempre podemos volver a coger el resto, pero creo que no será necesario. -

- Sí, vayamos a buscar a Heinrich Zweig, no me gusta la idea de haberlo dejado solo en el pasillo. -

Bruno se dirige fuera junto a Müller y Diermissen, al encuentro de Zweig en el pasillo.

[Riley]

18 de abril de 1927, 21:03
Laboratorio de taxidermia del Neues Museum
Berlín, República de Weimar

Nunca le habían dado buen rollo aquellos animales disecados y demás parafernalia, pero nada de eso podía atacarle ni hacerle daño, de modo que abrió de nuevo la puerta que estaba a su lado y atisbó el interior.

Heinrich, tras escuchar y escudriñar el lugar, se adentra un par de pasos, sin llegar a soltar la hoja de la puerta con la mano izquierda. Lo único que escucha es su propia respiración y lo que le llama más la atención es que las pisadas que había visto en el pasadizo también están en el interior del laboratorio de taxidermia: En el otro extremo de la habitación, la tenue luz que entra por las ventanas hace brillar en el suelo los pasos descalzos de los excéntricos pies palmeados o membranosos que el arqueólogo ya había visto. Por el recorrido que daban las huellas, daban la impresión que habían entrado al laboratorio, habían dado una pequeña vuelta por el interior en la zona más próxima a las ventanas cercanas a la puerta y, finalmente, habían salido de nuevo.

Pronto escucha los pasos de sus compañeros que se acercan con las linternas...

[Riley]

18 de abril de 1927, 21:04
Pasadizos del Neues Museum
Berlín, República de Weimar

- (...) Les espero fuera, con Heinrich. Quiero echar un vistazo a esas huellas ahora que tengo la linterna. -

El profesor Müller se adelanta a sus compañeros y tras unos pasos escucha el ruido del cristal de la vitrina romperse. Mientras va avanzando por el pasadizo observa hacia el fondo del corredor, donde asoman las escaleras, y pronto detecta una serie de huellas de pisadas de zapatos que avanzan hacia él y que van desapareciendo [se van secando] conforme se acercan hacia el fondo del corredor [hacia la conserjería] por el que avanza el profesor Müller.

Advierte rápidamente que la ventana del fondo está abierta de par en par y, lo más alarmante, el malogrado estado de la reja que protege la apertura: arrancada hacia fuera.

Pero lo que más llama la atención al profesor Müller es la forma de las pisadas que hay alrededor de la ventana y las escaleras: son unos pies descalzos mucho más grandes de lo normal y que tienen unos largos dedos palmeados, como si los de una rana o sapo gigante se tratara...

La ventana estaba abierta de par en par por el interior y la reja parecía arrancada del muro desde la parte de fuera [seguramente con una fuerza extraordinaria mediante -quizás- algún aparato mecánico]. Sea como sea, la ventana no muestra signos de haber sido forzada, ni siquiera los cristales que permanecen intactos, lo que hace pensar que ha sido abierta desde dentro del museo.

Las pisadas de pies palmeados aparecen accediendo a través de la ventana, parecen reunirse con las pisas de zapatos (hay un charco), entran y salen del laboratorio de taxidermia y luego parecen descender por las escaleras, donde van desapareciendo... [se van secando]

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