Sectarios: Foro de la Llamada de Cthulhu

Egmund Müller
Profesor de Historia

Müller sigue al resto de sus compañeros por los oscuros pasillos, escuchando a cada paso el retumbar de su propio corazón, que no latía tan fuerte, al menos que él recordara, desde los momentos previos al inicio de la disertación que le conduciría a la obtención del título de doctor en Historia... Rápidamente, desechó tales pensamientos de su mente... no era ese el mejor momento para ponerse a recordar el pasado.

Le extrañaba la dirección que estaban siguiendo, hacia las oficinas. De haber sido él el ladrón, cosa que sentía casi incapaz de imaginar, hubiera intentado salir del edificio lo más pronto posible con su trofeo, en lugar de hacia aquí. Quizás eso significara que la persona, o personas, en cuestión no estaba familiarizado con el museo.

Pero sin lugar a dudas, el pensamiento que más le atribulaba en esos instantes era el sonido que a ciencia cierta había escuchado hacía unos momentos. Estaba seguro que no habían sido imaginaciones suyas, algo que pudo corroborar por las caras que pusieron sus amigos. De dónde procedía o qué podía emitirlo es algo que no sabía, nunca había leído nada que describiera algo semejante.

Por eso se atrevió a romper el silencio imperante para preguntarle a Diermissen en un susurro apenas audible: - Adler, ¿ha escuchado alguna vez algo semejante? -con la esperanza de que el explorador, en base a su experiencia, le tranquilizara aunque fuera para decirle que se trataba de un terrible animal salvaje que, de alguna increíble y rocambolesca forma, hubiera logrado introducirse en el edificio.

Lo cierto es que continuaba adelante gracias a contar con la presencia del resto del grupo, pues de haber estado solo habría esperado a que los miembros del equipo de seguridad del museo se ocuparan del asunto.

Adler Diermissen
Explorador y aventurero

Egmund Müller, Profesor de Historia escribió:Por eso se atrevió a romper el silencio imperante para preguntarle a Diermissen en un susurro apenas audible: - Adler, ¿ha escuchado alguna vez algo semejante? -con la esperanza de que el explorador, en base a su experiencia, le tranquilizara aunque.

Con una cara de circunstancias, niego con la cabeza, manteniendo el silencio que nos ha rodeado en el trayecto. * Me siento como si estuviera de safari, pero con la escopeta descargada. Indefenso... *

Miro el pomo de la puerta, como si fuera un felino esperando a que la presa se acerque lo suficente para saltar.

Neues Museum escribió: No se escucha nada, sólo hay silencio roto por su respiración un poco acelerada. Ante ellos, la puerta. Esta es de madera, lacada en blanco, con un pomo dorado. Está ligeramente abierta, separada unos diez o quince centímetros del marco.

Si es posible, me gustaría intentar echar un vistazo por esos escasos diez centímetros que tiene la puerta abierta. Sin llegar a abrir aún más dicha puerta.

18 de abril de 1927, 20:56
Pasadizos del Neues Museum
Berlín, República de Weimar


El reputado explorador, herr Diermissen, haciendo honor de su gallardía y de su oficio, avanzan cautelosamente hacia la puerta. Va aproximándose pegado a la pared, buscando encontrar la mejor perspectiva para observar que hay al otro lado de la puerta por el espacio que queda abierto entre la hoja y el marco.

Cuando llega al final del pasadizo, con la espalda pegada al muro, mueve la cabeza con rapidez para mirar entre la estrecha apertura, [*] quizás un poco brusco pero seguramente debido al nerviosismo y la tensión del momento.

Una ténue luz se cuela arrastrándose por la estrecha franja entre la hoja y el muro. Al mirar por el fino espacio de la apertura Adler Diermissen observa un largo pasillo con muchas puertas en la pared opuesta. El corredor, de unos dos metros de ancho, está iluminado por unas lejanas lámparas de servicio. Al fondo se ven unas escaleras y más atrás la puerta de uno de los despachos abierta...

Una fresca y débil brisa acaricia el rostro del investigador... ¿quizás alguien ha abierto una ventana? Por lo que recuerda en avezado explorador las grandes ventanas del Neues Museum están protegidas por una contundente reja de barrotes de hierro elegantemente doblados en la forja...

Tras meditar un segundo y ubicarse en la zona del museo donde se hallan, Alder sabe que deben estar muy cerca de la consegería, donde posiblemente puedan encontrar las linternas con las que los vigilantes hacen las rondas nocturnas...

Justo cuando está a punto de volverse hacia sus compañeros para indicarles que no hay nada a la vista... ¡una sombra cruza perpendicularmente el pasadizo! Alder Diermissen pestañea pero sabe lo que ha visto. Alguien (parecía la silueta de un hombre o quizás dos), ha salido de una de las oficinas y ha bajado por las escaleras. La poca luz y las sombras no le han permitido observarlo en detalle. Las escaleras, ubicadas a una veintena de metros de donde se hallan los investigadores, descienden hacia los sótanos del Neues Museum...

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[*] NOTA DM.-

Tirada de Discreción = 71 > 34 [FALLO] --- Adler Diermissen

Adler Diermissen
Explorador y aventurero

* No me había dado cuenta que estaba aguantando la respiración hasta que me giro para comunicar a mis compañeros lo visto. * Con una voz ridiculamente baja, por un momento recuerdo mis tiempos de estudiante cuando "ayudaba" a algún amigo:

- Da a un pasillo, con varias puertas. Creo que he visto dos sombras de hombres escabullirse a las escaleras al sótano del museo, nos deben haber oído. - Mientras con la mano señalo la dirección por la que han pasado dichas sombras.

Trago un poco de saliva antes de continuar

- Las ventanas tenían rejas, quizás intentan huir por algún túnel. Las habitaciones de los conserjes han de estar cerca... allí habrá luces. En el sótano nos podrían hacer falta. Considero que deberíamos buscar primero unas luces... por si hacen falta en el sótano... -

Egmund Müller
Profesor de Historia

- De acuerdo... - Responde Müller en el mismo todo empleado por Adler. - Vayamos por las linternas pues. Si no hay algún túnel ahí abajo, los ladrones están atrapados. -

El profesor está ahora algo más calmado, tras indicar Adler que se trata, o eso parece, de dos hombres, aunque eso hace más misterioso si cabe el origen de los extraños sonidos...

Bruno Katsner
Diletante prusiano

Egmund Müller escribió:
- De acuerdo... - Responde Müller en el mismo todo empleado por Adler. - Vayamos por las linternas pues. Si no hay algún túnel ahí abajo, los ladrones están atrapados. -

- Sí, me parece un plan perfecto. Actuemos con sigilo, no sabemos si están armados. Sr. Adler, guíenos hacia las habitaciones de conserjería. -

Bruno mira sus compañeros a los ojos con la intención de infundirles valor y hace un ademán para avanzar hacia la puerta.

Quizás si hubiera escuchado el gorgoteo de hacía unos minutos en lugar de transmitir estaría buscando ese valor en los ojos de sus compañeros y no estaría tan dispuesto a entrar en lo que parecía la boca del lobo.

Heinrich Zweig
Arqueólogo y anticuario

Viendo que todos se iban, el arqueólogo negó con la cabeza cuando le invitaron a acompañarles y dijo en un quedo susurro.

- Me quedaré vigilando la bajada al sótano, podrían intentar escapar mientras van a la conserjería. Si ocurre algo, les avisaré. Dénse prisa. -

Heinrich comenzó a cavilar y a tirar de sus recuerdos sobre el lugar. ¿Había, según lo que él sabía, alguna otra manera de salir de aquel sótano aparte de aquella escalera?

Egmund Müller
Profesor de Historia

- Está bien Heinrich, pero no dude en avisarnos si esos maleantes se acercan. - Replica Müller en voz baja, tras lo cual comienza a dirigirse hacia la habitación donde esperan conseguir las necesarias linternas.

Adler Diermissen
Explorador y aventurero

Tras un leve asentimiento a Heinrich, y sin poder evitar echar un vistazo por el rabillo del ojo en la dirección a las escaleras del sótano, me dirijo hacía esas puertas. Desconozco su número, supongo que debido a la falta de luz o al pequeño resquicio que dejaba la hoja de la puerta con el marco a través del que he mirado antes. Quizás al acercarnos pueda salir de dudas y saber cuantas puertas hay en el pasillo.

Las ventanas, con sus barrotes de hierro... ¿están rotas? ¿a que altura están? ¿podrían haber pasado el objeto robado por las ventanas para no ser atrapados con ello en su poder? * Me sentiría tan... tan estúpido si conseguimos atrapar a los ladrones, para descubrir que no poseen el preciado objeto robado y que no aparece en el museo ni aún registrándolo a fondo. *

- Desconozco la situación exacta de la sala de conserjes. Aunque han de estar cerca. Tendremos que ir abriendo las puertas una a una. - Comento en voz baja mientras me dirijo a la primera puerta. Espero a que se aproximen Egmund y Bruno, y tras unos segundos en silencio (por si se pudiese escuchar algo tras la puerta) la abro.

18 de abril de 1927, 20:58
Pasadizos del Neues Museum
Berlín, República de Weimar


Adler escucha con atención pero sólo puede llegar a oír la fría brisa nocturna que arrastra la humedad del río Spree. Abre la puerta con delicadeza para no hacer ruido y las bisagras apenas chirrían un breve instante. Al fondo del ancho pasadizo hay una ventana abierta de par en par, y a sus lados el inicio de unas escaleras descendentes y una puerta abierta. Mira alrededor y comprueba que hay carteles en las paredes, por lo que observa que a su derecha (mirando hacia el fondo del corredor) hay oficinas, a su izquierda despachos y, justo detrás de donde están, la conserjería. Al fondo del pasillo, cerca de la ventana, se observan extrañas manchas en el suelo de mármol.