Sectarios: Foro de la Llamada de Cthulhu

Capítulo 3 - PASADIZOS OSCUROS




El pasillo terminaba en otra puerta, también abierta pero de par en par, que comunica en otra galería secundaria. Al otro extremo de esta, sigue el pasadizo con otra puerta abierta. Parece, por el conocimientos de los investigadores, que quien haya abierto las puertas (y que probablemente haya robado la pieza) se dirige a las oficinas y salas de conserjería del Neues Museum.

El reputado explorador Adler Diermissen y el noble Bruno Katsner avanzan paso a paso, mientras que el arqueólogo Heinrich Zweig cierra el grupo también atento a lo que les rodea. La iluminación es muy débil, pero unas pocas luces de servicio permiten avanzar por las galerías y pasadizos a buen paso. A su alrededor los investigadores contemplan antiguos cuadros, piezas disecadas, viejas esculturas, vitrinas con piezas históricas, momias desecadas... por lo que avanzar por el lugar se asemeja a adentrarse en una galería de los horrores, donde nada es claramente lo que es y donde cualquier cosa podría moverse después de que hayan pasado. Tienen la extraña sensación de que algo puede estar observándoles...

Tras ellos, se escuchan los pasos de su compañero Egmund Müller, que pronto les alcanzará.

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# Capítulo 2 - UNA NOCHE EN EL MUSEO #

Adler Diermissen
Explorador y aventurero

Con una voz no excesivamente alta, lo suficiente para que me oigan Bruno Katsner y Heinrich Zweig comento mis temores de que la niebla podía ser una maniobra de distracción para robar el objeto. Si es así nos enfrentamos a un plan elaborado, por una o varias personas peligrosas... todos hemos visto el peligro que suponía esa niebla.

- Esperemos un momento a herr Müller, alguien podría estar acechando tras alguna escultura o pieza. Mejor no nos separemos mucho. - Me llevo un dedo a los labios, y después otro al oído. Aconsejando hacer unos segundos de silencio... por si fuera posible escuchar al menos los pasos del ladrón o ladrones.

* La situación es realmente peligrosa, más de una persona ha estado a punto de morir por esa niebla. Quien sabe como podría actuar el ladrón si le acorralamos. * Si veo algún objeto que me pueda servir como cuchillo no dudaría en cogerlo.

Bruno Katsner
Diletante prusiano

Después de escuchar los comentarios de Diermissen sobre lo peligroso de la aventura en la que acaban de embarcarse y la posibilidad de una emboscada, Bruno decide buscar algún palo alargado.

* Será mejor llevar algún palo por si acaso tengo que deferme, aunque creo que me servirá de poco si nos encontramos de nuevo con eso extraño gas. *

- Estoy de acuerdo con usted, Diermissen. Esperemos a Herr Müller y tomemos precauciones. Si ve algún palo de escoba o una madera larga dígamelo, ese ladrón o ladrones pueden ser peligrosos. -

18 de abril de 1927, 20:50
Pasadizos del Neues Museum
Berlín, República de Weimar


El silencio en la sala donde se hallaba era total, roto sólo por los pasos cada vez más cercanos de Egmund Müller que avanzaba rápidamente hacia ellos. Mientras miraban a su alrededor sólo encontraron, como herramienta o elemento contundente con los que poder defenderse, los postes dorados donde se suportaban las cuerdas rojas que separan los visitantes de los cuadros y pinturas colgadas en las paredes.

Los postes son de hierro colado y pintado, con sección circular de poco más de dos centímetros de diámetro, más una base circular para el suelo. Al sopesarlo los investigadores comprueban que pesaba poco más de 5 kilogramos.

Tras reunirse los cuatro y comunicarse en voz baja, los investigadores paran unos segundos para orientarse... Delante de ellos hay otra sala expositiva y a continuación están las oficinas de los estudiosos del museo y las salas de conserjería del Neues Museum.

Egmund Müller
Profesor de Historia

Müller reduce inmediatamente el paso una vez alcanza al resto del grupo.

- ¿Tienen ustedes algún plan? - Pregunta al tiempo que agudiza el oido y busca cualquier cosa que pueda indicar alguna actividad reciente o que sea simplemente sospechosa o llamativa.

Adler Diermissen
Explorador y aventurero

Egmund Müller escribió:- ¿Tienen ustedes algún plan? - Pregunta el Profesor de Historia.

- Admito no tener ningún plan, excepto el de intentar encontrar al ladrón. Somos cuatro hombres, posiblemente le podamos reducir o ganar tiempo hasta que llegue la policía. -

18 de abril de 1927, 20:52
Pasadizos del Neues Museum
Berlín, República de Weimar


Los cuatro investigadores ya estaban juntos de nuevo. Pese a ello, el gran espacio de las salas y la práctica oscuridad de las mismas les hace sentir muy pequeños y vulnerables. Sus sentidos estaban en máxima alerta, y sus músculos en tensión. Nunca se habrían imaginado que terminarían avanzando a tientas por el Neues Museum de Berlín en plena noche y a la caza de un supuesto ladrón...

Por ahora avanzaban despacio, paso a paso, intentando escuchar algo extraño... Bruno Katsner se para un segundo para ver si podía utilizar un soporte de exposición vacío como arma contundente por lo que se despista un mínimo segundo y no consigue escuchar lo que perciben sus otros tres compañeros: [*]

Un ruido apenas audible, muy a lo lejos, al final de la sala y tras el siguiente pasillo, llega a sus oídos...

Es un extraño gorgoteo, muy grave y, porqué no decirlo, desagradable. Tan peculiar e indefinible era el sonido que no habría palabras objetivas para describirlo...

Sólo podría explicarse de manera intuitiva, subjetiva, incalificable...

"Como algo... algo... algo desagradable..."

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[*] NOTA DM.-

Tirada de Escuchar = 06 < 35 [ÉXITO] --- Adler Diermissen

Tirada de Escuchar = 26 < 51 [ÉXITO] --- Heinrich Zweig

Tirada de Escuchar = 84 > 55 [FALLO] --- Bruno Katsner

Tirada de Escuchar = 48 < 50 [ÉXITO] --- Egmund Müller

Heinrich Zweig
Arqueólogo y anticuario

El arqueólogo se llevó un dedo a los labios pidiendo al resto silencio ya que estaban revelando su situación a lo que fuera que estuviera en aquellos pasillos. Después se fue acercando, muy despacio y con cautela para no hacer ruido, buscando cobertura en la medida de sus posibilidades, hacia donde procedía el extraño sonido.

Bruno Katsner
Diletante prusiano

* Debo encontrar algún palo de escoba o algún soporte que pueda utilizar de arma en caso de necesitarlo. Nunca se sabe con que chusma podemos toparnos; sólo un indeseable de los bajos fondos podría haber robado la figura. No puedo creer que algún prohombre de los asistentes a la inauguración haya podido cometer tal deleznable acto. *

Bajo estos pensamientos Bruno se distrae unos segundo buscando algo con que defenderse y termina separándose del grupo un par de metros.
Tras levantar de nuevo la cabeza nota una actitud extraña entre sus compañeros, y ve como Heinrich Zweig se lleva un dedos a los labios como pidiendo silencio.

* ¿Qué pasará? Será mejor no hacer mucho ruido... *

18 de abril de 1927, 20:55
Pasadizos del Neues Museum
Berlín, República de Weimar


Los cuatro hombres avanzan a tientas y despacio para no hacer ruido. Cuando llegan al final de la sala y se adentran en el pasadizo escuchan de nuevo (esta vez todos los investigadores) unas rápidas y acalladas cacofonías, las cuales les estremecen por lo raras y por lo extrañas que suenan... Son tan breves que al intentar identificarlas o saber que diablos podrían ser sólo consiguen confundirse y desorientarse más.

A tientas, caminan a lo largo del pasillo, más estrecho y sin ventanas, con apenas decoración más allá del suelo de mármol de colores vivo del suelo y las cornisas de escayola del techo (los propios de un paso de servicio interior del museo) hasta llegar delante de la puerta... Pese a que no escuchan los extraños ¿gorgoteos? (lo mejor palabra con la que podían definir los desagradables sonidos que habían oído) saben que aquello o aquellos que los emitían estaban detrás del umbral que tenían justo enfrente...

Heinrich Zweig y Egmund Müller, ambos estudiosos vinculados esporádicamente con el Neues Meseum de Berlín, saben que el pasadizo por el que avanzan conecta con el ala del edificio donde se hallan las oficinas de los historiadores o conservadores del museo y la sala general de conserjería.

Paso a paso avanzan por el corredor, de apenas 2 metros de ancho. Finalmente, con apenas un poco de luz que se insinúa tras la puerta entreabierta, llegan has final del pasadizo. No se escucha nada, sólo hay silencio roto por su respiración un poco acelerada. Ante ellos, la puerta. Esta es de madera, lacada en blanco, con un pomo dorado. Está ligeramente abierta, separada unos diez o quince centímetros del marco.

De los cuatro investigadores... ¿quien abrirá la puerta?

Y lo que desata más dudas... ¿qué era el desagradable gorgoteo que han escuchado hace apenas un minuto?