Sala de exposiciones del Neues Museum
Berlín, República de Weimar
Con algo de miedo los investigadores van incorporándose levemente mientras se quitan la mano del rostro.
- La sala parece tranquila. No queda ni rastro de la mancha ni del ser informe que emergió de ella.
Pero tampoco ve por ningún lado al Doctor Burke Kahlfuss. Bueno, no exactamente: en el lugar donde el légamo negro lo había capturado, sobre el suelo y caído de lado...
- ... se encuentra uno de sus zapatos. Sólo uno.