Sectarios: Foro de la Llamada de Cthulhu

Wilfried Toepfer
Conservador del Museo

- ¿Qué cuanto llevamos aquí abajo? - Responde con una nueva pregunta la cuestión que le formula herr Katsner. - Pues deberían ya de haber lanzado algún objeto desde arriba... - Afirma tras comprobar el reloj de bolsillo.

- Quizás ponemos dar un minuto más de cortesía. El ruido que se ha escuchado ha sonado muy lejos...- Comenta al Doctor Zweig a la expectativa de como proceder a continuación...

Heinrich Zweig
Arqueólogo y anticuario


Una vez pasado el famoso minuto de cortesía, Heinrich seguía sin ver nada de lo que los otros hubieran introducido en el agujero. Mientras, el tiempo seguía corriendo y no precisamente a su favor.

- Mejor me pongo en marcha ya. Tal vez el sonido tenga que ver con la persona que dicen ha desaparecido y no sea nada, pero mejor estar seguros. - Comentó tanteando con cuidado el mango del hacha, de la que no se había desprendido. - ¿Quiere echar un vistazo final en estas habitaciones por si acaso, herr Katsner? -

Wilfried Toepfer
Conservador del Museo


Wilfried mira rápidamente su reloj de mano y se apresura a responder a herr Katsner.

- Pasan ya prácticamente cinco minutos del momento acordado. Si hubieran bajado algún objeto ya lo habríamos visto. Y quizás... - Y el hombre duda sobre las palabras que está a punto de decir. - el agujero se ha movido de nuevo y ya no está sobre nosotros... -

El conservador se encoje de hombros y concluye.

-Vendré con ustedes.-

18 de abril de 1927, 22:40
Sótano del Neues Museum
Berlín, República de Weimar


Los tres hombres se apresuraron a regresar hacia las escaleras. Pero cuando apenas habían recorrido el primer pasillo para volver al punto de partida escucharon otro ruido a la lejanía, si bien esta vez si que lograron identificarlo: [*] Efectivamente, algo se había roto: era el sonido de una lámpara y su bombilla de cristal al romperse...

Herr Toepfer había ido dejando las luces abiertas a medida que avanzaban por el sótano del museo. Ahora alguien las estaba rompiendo. Pero... ¿por qué?

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[*] Notas Guardián:

Tirada de Escuchar = 29 < 55 [ÉXITO] --- Bruno Katsner

Tirada de Escuchar = 22 < 51 [ÉXITO] --- Heinrich Zweig

Heinrich Zweig
Arqueólogo y anticuario

Heinrich hizo un gesto al conservador y a Bruno para que quedaran por detrás de él.

- Cuiden las luces, no nos conviene quedarnos a oscuras sin saber qué problemas podríamos tener. Está claro que no estamos solos aquí... -

Él se quedó por delante, con el hacha bien asida por si debía usarla, y siguió avanzando con lentitud hacia el sitio donde se iban apagando las luces, cubriendo a los dos hombres que le seguían de cualquier problema y muy pero que muy curioso ante qué podía estar ocasionando tantos extraños fenómenos en el lugar.

18 de abril de 1927, 22:42
Sótano del Neues Museum
Berlín, República de Weimar


Paso a paso avanzaban por el lugar. Cada segundo parecía un minuto y cada minuto una eternidad... El corazón les latía muy intensamente ya que el Doctor Zweig estaba en lo cierto: no estaban solos.

El conservador Toepfer había ido dejando las luces abiertas a medida que avanzaban por los corredores del sótano, pero habían escuchado con claridad como algo rompía los apliques de luz. Y justo cuando avanzaba hacia un nuevo cruce vieron como, ante sus ojos, la luz del pasillo al que iban a acceder se rompía en un estruendo golpe y quedaba a oscuras.

Sea como fuere... quien estaba rompiendo las luces estaba al doblar la siguiente esquina...

Bruno Katsner
Diletante prusiano

Sótano del Neues Museum escribió:...Y justo cuando avanzaba hacia un nuevo cruce vieron como, ante sus ojos, la luz del pasillo al que iban a acceder se rompía en un estruendo golpe y quedaba a oscuras.
Sea como fuere... quien estaba rompiendo las luces estaba al doblar la siguiente esquina...

Bruno podía notar como había aumentado la tensión y la respiración su compañero, que delante de él asía con más fuerza el hacha.
Alguien al girar la esquina había roto las luces para sacar provecho de la oscuridad. Eso quería decir que no tendría una actitud muy amistosa.

Así que Bruno apretó la linterna en sus manos y se puso en guardia, preparó su cuerpo para la posible lucha y sentía cómo la adrenalina era bombeada por sus venas.

- Señores prepárense, nuestro amigo de ahí delante parece no traer buenas intenciones. - Susurró a sus compañeros mientras andaban hacia la esquina.

- Lo mejor es enfrentarnos con valentía a quién esté rompiendo las luces y que seguramente es el responsable de la mayoría de fechorías de esta noche.

Heinrich Zweig
Arqueólogo y anticuario

Para no quedar cegado, aguardó a que la luz que portaban sus acompañantes hubo salvado el obstáculo que suponía la esquina y, antes que los otros dos hombres llegaran a ese punto, avanzó decidido. Lo que seguía dando vueltas en su mente era que no habían escuchado a quien rompía las luces, tan solo el sonido de la ruptura. Era muy extraño, o estaban los tres sordos o quien quiera que fuera se movía en un sigilo casi sobrenatural...

18 de abril de 1927, 22:43
Sótano del Neues Museum
Berlín, República de Weimar


Tras la rotura del aplique de luz de la pared reinó un tenso silencio en el sótano. El aplique a sus espaldas arrojaba una tenue y débil luz que arrastraba tan largo las sombras de los investigadores que estas llegaban a la esquina...

Pronto empezaron a escuchar sus propias respiraciones, pero a los pocos segundos todos ellos pudieron oír unos pasos que avanzaban lentamente hacia la esquina...


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