Sectarios: Foro de la Llamada de Cthulhu

Heinrich Zweig
Arqueólogo y anticuario

El arqueólogo no supo bien qué decir a Bruno. No estaba seguro de nada a estas alturas y dudaba que las criaturas estuvieran "contentas" después de lo que habían hecho con la estatuilla. Al menos los otros seres extraños y las momias ya no estaban. ¿Qué había hecho que los dos grupos se reunieran precisamente allí y en ese momento? ¿Podría ser que ambos quisieran aquel objeto que ahora yacía hecho pedazos en el descansillo?

- Espero que así sea, herr Katsner. Creo que hemos tenido emociones suficientes para toda una vida. -

Adelantó un paso y echó un vistazo alrededor, tanto a las vitrinas como a las paredes detrás de ellas, preocupado de que algún ser pudiera estar escondido esperando su momento.

18 de abril de 1927, 23:14
Sala de exposiciones del Neues Museum
Berlín, República de Weimar

Heinrich Zweig escribió:(...) echó un vistazo alrededor, tanto a las vitrinas como a las paredes detrás de ellas, preocupado de que algún ser pudiera estar escondido esperando su momento.

Al observar la sala el arqueólogo detecta unas extrañas marcas en la pared donde se había ubicado la momia. Son unos profundos arañazos como si unas zarpas se hubieran clavado en el yeso de la pared y hubieran ascendido hacia el techo y hasta la apertura superior. Hay numerosas marcas, y es evidente que algo tan llamativo no les hubiera pasado por alto de haberlo visto con anterioridad.

De no haber visto los extraños seres que había accedido por el techo del museo difícilmente habrían identificado las señales de la pared.

Adler Diermissen
Explorador y aventurero

Sala de exposiciones del Neues Museum escribió:
Al observar la sala el arqueólogo detecta unas extrañas marcas en la pared donde se había ubicado la momia. Son unos profundos arañazos como si unas zarpas se hubieran clavado en el yeso de la pared y hubieran ascendido hacia el techo y hasta la apertura superior. Hay numerosas marcas, y es evidente que algo tan llamativo no les hubiera pasado por alto de haberlo visto con anterioridad.

De no haber visto los extraños seres que había accedido por el techo del museo difícilmente habrían identificado las señales de la pared.

Me acerco a esas marcas de las que no había reparado, guiado por la mirada del arqueólogo. Con las yemas de los dedos rozo las marcas que están a mi altura... como asegurándome de su existencia.

- Se han ido.... por donde han venido. Pero... porque querían esa momia. ¿Era uno de ellos? ¿De donde provenía? Quizás hubiese alguna historia o leyenda sobre ella que nos ayude a imaginar lo que ha sucedido aquí. -

Egmund Müller
Profesor de Historia

- Quizá no sepamos nunca cuál era su propósito. -

Comenta Müller al tiempo que se acerca a sus compañeros.

- Puede que el sonido de las sirenas haya precipitado su huida... De todas formas, no creo que los seres batrácicos, pese a poseer una agilidad inesperada, hayan podido escalar esta pared, así que puede que todavía se encuentren aquí. No han salido por la puerta por la que nosotros hemos entrado, con lo que sólo existe otra posibilidad. Iré a echar un rápido vistazo a la otra sala. -

Bruno Katsner
Diletante prusiano

Al llegar a la altura de sus compañeros escucha:

Egmund Müller escribió:- Quizá no sepamos nunca cuál era su propósito (...) Iré a echar un rápido vistazo a la otra sala. -

- Tenga cuidado Müller, como bien dice esos seres podrían seguir por aquí escondidos. -

Sala de Exposiciones escribió:Al observar la sala el arqueólogo detecta unas extrañas marcas en la pared donde se había ubicado la momia. Son unos profundos arañazos como si unas zarpas se hubieran clavado en el yeso de la pared y hubieran ascendido hacia el techo y hasta la apertura superior.

- Dios mío... - Digo señalando las marcas en la pared. - Esos arañazos son espeluznantes. Diermissen tiene razón, deberíamos investigar el origen de esa momia. Quizás nos desvele pistas sobre sus ladrones. -

A Bruno le recorre un escalofrío al pensar en la momia y en la exposición.

- Y quizás saber el paradero del profesor Kahlfuss... si sigue con vida, claro. -

18 de abril de 1927, 23:16
Sala de exposiciones del Neues Museum
Berlín, República de Weimar

Egmund Müller escribió:- (...) Iré a echar un rápido vistazo a la otra sala. -

El Profesor Müller se acerca a la puerta reventada que conduce a las escaleras que llevan al sótano. Mira con precaución y, por lo que parece, todo indica que el espacio está vacío y no hay nadie esperándolos.

Justo en ese instante, varias personas entran a la sala de exposiciones por la puerta. Son policías y uno de los conservadores del Neues Museum: Wilfried Toepfer. Tras ellos, y unos metros rezagado, se acerca el Director Matthias Wemhoff.

Wilfried Toepfer
Conservador del Museo

- ¡Oh! ¡Están bien! - Les grita aliviado desde el otro lado de la sala.

El conservador y cuatro policías armados con porras y pistola corta se acercan hasta ellos.

- ¿Han huido los asaltantes? ¿Han robado muchas piezas? -

Los agentes del orden, que por su respiración acelerada han venido corriendo, esta ubicados tras el conservador Toepfer y no puede observar la mueca de complicidad que hacer Wilfried a los investigadores. Sin lugar a dudas el empleado del museo busca una explicación lo más creíble posible para lo sucedido esta noche...

Heinrich Zweig
Arqueólogo y anticuario

- Más bien han protagonizado algunos actos de vandalismo, queríamos echar un vistazo para ver si se habían llevado algo aparte de estropear la exposición pero no hemos tenido tiempo. ¿Se encuentran todos bien? -

El hombre siguió el juego al conservador, era preferible mantener aquella farsa pues si contaran la verdad todo el mundo les tomaría por locos.

Wilfried Toepfer
Conservador del Museo


- Si, si, por suerte estamos todos bien. - Wilfried mira a los policías que lo flanquean. - Por suerte ya ha llegado la policía. Esperemos que podamos capturar a los autores del atentado que hemos sufrido... -

Kurt Leber
Berlín Polizei


- Con su permiso herr... - y el propio Toefter es quien se lo susurra - ... Zweig, nosotros nos encargaremos de ello. Agradecemos sus inquietudes pero los civiles deben permanecer al margen. Ya he alertado al Director Wemhoff del grave error que ha supuesto no solicitar nuestra presencia ante el primer robo. ¿Saben donde se halla el colaborador? El conserje... -

Les pregunta a los investigadores mientras revisa la sala de exposiciones del Neues Museum con la vista que tras mirar al techo (con el lucernario roto) se posa en la mancha de sangre del suelo (donde hacía unos minutos se hallaba Kiefer suplicando).