Los investigadores reciben una visita de una atractiva señora, aunque ya entrada en los años maduros, que se dice llamar Harriet West-cot, y que les pide, con toda la humildad del mundo que encuentren a su esposo, desaparecido hacía pocos días mientras revisaba unos papeles en la oficina.
Su marido es John Westcot, famoso arrendatario de fincas de Boston, pero cuyos enlaces llegaban a todos los E.E.U.U. Su oficina está situada en uno de los edificios más modernos de Boston. También posee una casita a las afueras, que utilizan para pasar los fines de semana, y algunas vacaciones, sin nadie que pueda molestarles