Dia 1 - (Escena 1) Tras el accidente

Fecha: 3 Noviembre 1936 ; Hora: Amanece
Lugar: En trayecto a Dover
Localización: una Incógnita.
Varios centenares de cadáveres yaciendo a escasos metros, el opresivo silencio de la noche, los macabros pensamientos sobre lo que puede esperar tras el nuevo día... ¿A quien no afectaría esta situación?. El frágil sueño trae poco descanso pese a que el agotamiento por los sucesos ha hecho mella.
Finalmente, tras lo que parece una eternidad, el sol comienza a reclamar su lugar en los cielos. Iluminando la extraña visión de un tres descarrilado rodeado de cuerpos. Un paraje silencioso, hasta que un grito rompe el silencio.
Irene Midgeley se despierta, con el sonido de su propio grito aún en sus oídos. (Pérdida 4 puntos de estabilidad). Las imágenes de la pesadilla comienzan a desvanecerse. Pero las chaquetas que le cubren a modo de mantas improvisadas y el duro asiento del vagón restaurante, le recuerdan que no todo fue una pesadilla.
Por la ventana el sol ya está emergiendo del horizonte, trayendo luz... aunque lo que se ve desde la ventana no es agradable. Los cadáveres siguen ahí, y hasta donde se abarca con la vista sigue siendo patente la inexistencia de movimiento humano. Ni equipo de rescate, ni coches, nadie.
A las molestias propias de dormir en un lugar tan poco cómodo, al nerviosismo creciente ante la falta de un equipo de ayudas, se ha unido una sensación vieja sensación que ha estado aumentando desde ayer. El hambre. El accidente, si es que así fue, ocurrió ayer por la mañana...
Lugar: En trayecto a Dover
Localización: una Incógnita.
Varios centenares de cadáveres yaciendo a escasos metros, el opresivo silencio de la noche, los macabros pensamientos sobre lo que puede esperar tras el nuevo día... ¿A quien no afectaría esta situación?. El frágil sueño trae poco descanso pese a que el agotamiento por los sucesos ha hecho mella.
Finalmente, tras lo que parece una eternidad, el sol comienza a reclamar su lugar en los cielos. Iluminando la extraña visión de un tres descarrilado rodeado de cuerpos. Un paraje silencioso, hasta que un grito rompe el silencio.
Irene Midgeley se despierta, con el sonido de su propio grito aún en sus oídos. (Pérdida 4 puntos de estabilidad). Las imágenes de la pesadilla comienzan a desvanecerse. Pero las chaquetas que le cubren a modo de mantas improvisadas y el duro asiento del vagón restaurante, le recuerdan que no todo fue una pesadilla.
Por la ventana el sol ya está emergiendo del horizonte, trayendo luz... aunque lo que se ve desde la ventana no es agradable. Los cadáveres siguen ahí, y hasta donde se abarca con la vista sigue siendo patente la inexistencia de movimiento humano. Ni equipo de rescate, ni coches, nadie.
A las molestias propias de dormir en un lugar tan poco cómodo, al nerviosismo creciente ante la falta de un equipo de ayudas, se ha unido una sensación vieja sensación que ha estado aumentando desde ayer. El hambre. El accidente, si es que así fue, ocurrió ayer por la mañana...