- Toma una hoja de papel y escribe en ella el mensaje que quieres que sea envejecido. De preferencia usa una plumafuente o algo similar.
- Prepara unos dos litros de té con alrededor de 15 bolsitas de té. Mientras más bolsitas de té pongas, la hoja se pondrá más amarilla anaranjada.
- Prepara una bandeja y vacia el té en ella hasta que llegue a la mitad de su capacidad. Procura que la bandeja pueda contener tus hojas.
- Deja que la hoja de papel repose en el té por una noche.
- A la mañana siguiente, recoge el papel con mucho cuidado de la bandeja y ponlo a secar. Usa ganchos o sujetadores de madera pues estos hacen menos presión que los de plásticos. Así tendrás más posibilidades de no dejar marca en la hoja de papel. Sécalo a la sombra y donde no reciba mucho viento.
- Una vez que hayas terminado, puedes retirar pequeños pedazos de cerca de 1mm de los bordes de la hoja con una pinza. Ahora tienes una hoja con un color y textura de hace muchos años.
Lo ideal es utilizar un papel grueso, para que resista mejor el agua. Para darles un tono más amarillo, es posible echarle un poco de limón. También se puede utilizar el viejo método de quemar los bordes de la hoja para darle un aspecto de borde desgastado. En tal caso se puede mojar las partes cercanas al borde para evitar que el fuego deje los bordes homogéneos y se nos queme más de lo que queramos.
Un saludo