Los papeles del Notion Club

El Notion Club es un grupo de eruditos filólogos, humanistas y borrachines, que se reúne en los claustros de una facultad de Inglaterra con una caótica periodicidad, para exponer temas e inquietudes, y para dar a conocer al resto de amigos sus creaciones literarias.
Bajo este marco, el protagonismo en las reuniones sucesivas lo van ganando dos discusiones paralelas. Una de ellas es una exquisita diatriba, que abunda sobre la filosofía del lenguaje, su historia, lo que diferencia una lengua de un código, y sobre la conveniencia o no de mostrarse sincretista con algunas distintas lenguas que puedan compartir familia ancestral. La otra discusión, mucho más oscurantista, se pregunta sobre el componente de realidad que podemos llegar a encontrar en los sueños.
En el momento en que ambas conversaciones confluyen, Alwin Lowdham, conmocionado, reconoce su preocupación por un extraordinario suceso que le acompaña cada noche. Sueña con un fascinante lenguaje, al que le presume autenticidad, y le presupone una antigüedad muy superior a la del anglo pre-medieval. Más preocupantes aún son los acontecimientos que acompañan a las extrañas palabras que se graban en su mente. En estos sueños, a él mismo se le llama AElfwine, el cual parece condenado a ser testigo de una tragedia de proporciones cataclísmicas que se abatirá sobre el mundo, y que tendrá que ver con un acontecimiento conocido como el hundimiento de Anadune. Poco a poco, y reunión a reunión, el relato de Alwin Lowdham se va volviendo más ominoso, y los sueños van interfiriendo más en la antes plácida atmósfera del Notion Club.
Este argumento lo habrían firmado gustosos desde Conan Doyle hasta Robert E. Howard. Excelente prosa y un ambiente Pulp de primera calidad que hacía tiempo que no degustaba.
Pero miren ustedes por dónde, esta obra maestra (inconclusa, por desgracia) la firma un tal J. R. R. Tolkien. Probablemente este nombre haga que muchos de ustedes pierdan el interés en esta recomendación, al asociar a este escritor a la Tierra Media, a Elfos y otras criaturas cuya cuenta corre a cargo de otro tipo de frikies.
Sobre todo si les digo que para poder adquirir esta maravilla en castellano, hay que hacerse con el Volumen nº 6 de La Historia de la Tierra Media: La Caída de Númenor; Ed. Minotauro.
Yo, pese a saber de antemano que puede despertar más rechazo que curiosidad, no me resisto a recomendarlo, dado el buen rato literario que me dio.
Bajo este marco, el protagonismo en las reuniones sucesivas lo van ganando dos discusiones paralelas. Una de ellas es una exquisita diatriba, que abunda sobre la filosofía del lenguaje, su historia, lo que diferencia una lengua de un código, y sobre la conveniencia o no de mostrarse sincretista con algunas distintas lenguas que puedan compartir familia ancestral. La otra discusión, mucho más oscurantista, se pregunta sobre el componente de realidad que podemos llegar a encontrar en los sueños.
En el momento en que ambas conversaciones confluyen, Alwin Lowdham, conmocionado, reconoce su preocupación por un extraordinario suceso que le acompaña cada noche. Sueña con un fascinante lenguaje, al que le presume autenticidad, y le presupone una antigüedad muy superior a la del anglo pre-medieval. Más preocupantes aún son los acontecimientos que acompañan a las extrañas palabras que se graban en su mente. En estos sueños, a él mismo se le llama AElfwine, el cual parece condenado a ser testigo de una tragedia de proporciones cataclísmicas que se abatirá sobre el mundo, y que tendrá que ver con un acontecimiento conocido como el hundimiento de Anadune. Poco a poco, y reunión a reunión, el relato de Alwin Lowdham se va volviendo más ominoso, y los sueños van interfiriendo más en la antes plácida atmósfera del Notion Club.
Este argumento lo habrían firmado gustosos desde Conan Doyle hasta Robert E. Howard. Excelente prosa y un ambiente Pulp de primera calidad que hacía tiempo que no degustaba.
Pero miren ustedes por dónde, esta obra maestra (inconclusa, por desgracia) la firma un tal J. R. R. Tolkien. Probablemente este nombre haga que muchos de ustedes pierdan el interés en esta recomendación, al asociar a este escritor a la Tierra Media, a Elfos y otras criaturas cuya cuenta corre a cargo de otro tipo de frikies.
Sobre todo si les digo que para poder adquirir esta maravilla en castellano, hay que hacerse con el Volumen nº 6 de La Historia de la Tierra Media: La Caída de Númenor; Ed. Minotauro.
Yo, pese a saber de antemano que puede despertar más rechazo que curiosidad, no me resisto a recomendarlo, dado el buen rato literario que me dio.