El Rey de Amarillo

... Relatos Macabros y Terroríficos.
Autor: Robert W. Chambers
Editorial: Valdemar
Colección: Gótica
Nº de colección: 87
Todavía no me he adentrado en la pasta de celulosa que hay entre estas maravillosas/ignominiosas tapas, pero soy consciente de que la mayoría de estos pocos relatos ya han salpicado mi mente de incontables síntomas y enfermadades. Así que me conformaré con hacer el típico inventario de cuentos:
- El Color de la Locura. Pasional introduccción de Jesús Palacios.
- El Reparador de Reputaciones. Uno de mis relatos favoritos de los Mitos (sea pre-mitos, que es el caso, contempo-mitos, o post-mitos).
- La Máscara.
- En el Pasaje del Dragón.
- El Signo Amarillo.
- La Demoiselle d'Ys.
- El Creador de Lunas.
- Una Velada Placentera.
- El Emperador Púrpura.
- El Mensajero.
- La Llave del Dolor.
Leyendo estos relatos, resulta difícil de creer que su mayoría fueron escritos antes de que naciera el siglo XX, sin que el bueno de Robert William Chambers, el cual falleció en 1933, en la mesa de un quirófano, pudiera leer demasiado material de nuestro querido autor de Providence.
Indispensable.
Autor: Robert W. Chambers
Editorial: Valdemar
Colección: Gótica
Nº de colección: 87
Todavía no me he adentrado en la pasta de celulosa que hay entre estas maravillosas/ignominiosas tapas, pero soy consciente de que la mayoría de estos pocos relatos ya han salpicado mi mente de incontables síntomas y enfermadades. Así que me conformaré con hacer el típico inventario de cuentos:
- El Color de la Locura. Pasional introduccción de Jesús Palacios.
- El Reparador de Reputaciones. Uno de mis relatos favoritos de los Mitos (sea pre-mitos, que es el caso, contempo-mitos, o post-mitos).
- La Máscara.
- En el Pasaje del Dragón.
- El Signo Amarillo.
- La Demoiselle d'Ys.
- El Creador de Lunas.
- Una Velada Placentera.
- El Emperador Púrpura.
- El Mensajero.
- La Llave del Dolor.
Leyendo estos relatos, resulta difícil de creer que su mayoría fueron escritos antes de que naciera el siglo XX, sin que el bueno de Robert William Chambers, el cual falleció en 1933, en la mesa de un quirófano, pudiera leer demasiado material de nuestro querido autor de Providence.
Indispensable.