os copio aquí la crónica de nuestro equipo "pasto para el primigenio". perdonad por la extensión, nos quedan unas crónicas larguísimas... pero bueno, nadie está obligado a leerlas.
Crónica:
Mandy Thomson atrae a Walter Gilman a la biblioteca, con la promesa de regalarle una edición ilustrada de Cultes des Goules. Su esbelta figura, enmarcada entre su escopeta y su metralleta Thomson, nada tienen que ver con la querencia de Gilman por las faldas. Por su parte, Darrell Simmons hace negocios con un extraño egipcio, cambiando su Máscara Pálida por un escarabeo que al parecer le iba a servir de mucho. El hecho de que el misterioso egipcio se alejara riéndose, le hizo sentirse un poco tonto… Por lo menos ha puesto a buen recaudo su hacha de bombero.
Comienzan las carreras cuando el primer portal se abre en la Casa de la Bruja (todo un clásico), dando paso a un Shoggoth algo bizco. La exposición egipcia visita la univesidad Miskatonic, y Mandy, que estaba por allí cerca, decide visitarla y sacar pistas de sus misteriosos jeroglíficos.
Darrell no es hombre de museos, y se va de excursión a la Cueva Negra, logrando un par de pistas y rescatando de paso a una niñita. En la cueva lee unos hechizos y se le memorizán (qué suerte!): Niebla de R’lyeh y Curar. Tras esto, otro portal se abrirá en la Plaza de la Independencia, pero Darrell y Mandy tienen otras cosas en qué pensar: deciden sobornar a los ladrones que han visitado la exposición, y consiguen una Vasija Espiritual (que junto al efecto de Shub-Niggurath, hace que los trofeos de monstruo valgan su peso en oro), y el Ojo de Luz y Oscuridad. Darrell camino del bosque, pasa por la exposición, donde Mandy, que ha acampado definitivamente para profundizar en sus estudios, le da su metralleta tocaya y su vasija espiritual. A cambio, recibe 1 dólar, el ojo y los 2 hechizos, junto a hacha, que tiene todas las papeletas para ser “el objeto prescindible”.
En el bosque, Darrell se aburre, pues estaba dispuesto a luchar contra todo bicho viviente que hubiera en las afueras… pero sólo cardos rusos rodaban por allí.
Por suerte (para Shub), una lluvia de bichos arroja 2 sectarios en Arkham. Darrell vuelve de nuevo a visitar a Mandy, que sigue en la exposición, sacándose ya un doctorado en egiptología. Tras tomar el té con ella, parte hacia lo Innombrable, donde hace buenas migas con el Dr. Ali Kafour, que dispone de una copia del Cultos Inconfesables.
La gente de Arkham está algo tarada, ¿pues no les ha dado ahora por volver a las antiguas costumbres? Mandy coge entonces ese hacha casi olvidada, que ha recobrado un valor inapreciable, y se dirige hacia el portal de la Plaza, que conduce a la Ciudad de los Yithianos, para perderla allí. (Si tratas de comprender la lógica de los mitos, perderás cordura. Mejor no lo intentes). Para abrirle camino, Darrell se adelanta por las calles, cargándose a tortas a uno de los sectarios, y la buena de Mandy utiliza la Niebla de R’lyeh para evitar al Mi-Go que guardaba el portal.
Mientras, Darrell hace un alto en el Motel Hibbs, donde al ayudar a un camionero, consigue el mapa de Arkham.
En la ciudad de la Gran Raza, Mandy se comunica con los seres cónicos, permitiéndole ser una de las personas que más sabe de los mitos (12 pistas). Luego conoce a Mr. Skin, que resulta ser “el mensajero”.
Los federales detienen al sectario que quedaba, a la vez que un portal gulesco aparece en la Cueva Negra. Esto pone fin a la buena suerte, pues a continuación Darrell pierde su anticipo y en su visita al cementerio, sigue a un tipo extraño que resulta ser un Mi-Go. La metralleta le deja un buen recuerdo de su visita a nuestro planeta, y deja caer un símbolo arcano y una estatuilla alienígena.
Los maniacos se escapan del asilo (apenas se nota en este pueblo de locos) y Darrell los siega con su Thomson, obteniendo más objetos de exposición, y una carretilla de trofeos (total de 12 puntos en fortaleza). Pero tanto hacerse notar, le pasa factura, pues en la Isla Ignota un grupo de sectarios le señala con el dedo (deberían estar diciendo algo como “ese, ese es el que se ha cargado a nuestro colega ra-món”), con lo que queda excluído del barrio fluvial.
Por fin Mandy regresa a Arkham, cerrando el portal y tropezándose al salir con aquel Mi-Go que había esquivado hace ya un par de turnos. Mientras un portal se abre en la Isla Ignota, Mandy le da una buena tunda al hongo yuggothita, hasta que deja caer sus polvos de Ibn-Ghazi. De allí se pira al edificio de Ciencias, donde entre pistas in situ y pistas por portal, se saca 4.
Darrell liquida al Gul del portal de la Cueva Negra, y se cuela a las Tierras del Sueño, donde esta vez es él quien sorprende a otro Mi-Go (jojojo, pobre yuggoth, para que vuelva a intentarlo). En esta ocasión el bichejo llevaba como libro de cabecera “el rey de amarillo”. Pero cuando intenta leerlo, uno de sus sectarios muertos regresa a la vida y se ve obligado a gastar más munición.
Por su parte, el ya clásico Cthonian rumboso decide darle una sacudida a Arkham desde la Cueva Negra, dañando a Mandy, a la que se le caen todas sus pistas encima. Para colmo, los estudiantes la arman en sus protestas por la (excesiva duración) de la exposición egipcia. Mandy tras todo este follón decide curarse mágicamente y luego ir al manicomio para que le restauren un poco la cordura. Por el camino, un pobre gul que pasaba por allí se ve convertido en pulpa de necrófago al recibir 7 exitazos de escopeta en to’ lo alto.
Las lluvias de bichos continuan, aumentando el terror. Los vecinos del barrio fluvial hacen limpieza y ellos solitos se cargan al Cthonian y al Shoggoth (deberían ser ellos los hijos predilectos, comentan nuestros investigadores).
Tras esto, Mandy se mete por el portal de las Tierras del Sueño (el típico de la Cueva Negra), y Darrell para no fastidiarla, decide usar el escarabeo y salir por la Meseta de Leng en la Isla Ignota, sellándola. Mandy en el otro mundo ganará más pistas viendo los sueños de los Arkhamnianos, y luego logra esquivar a una Semilla Estelar muy afectuosa.
Nuevo portal en el Cementerio, y las calles se llenan de Momias, que el hipermétrope del Padre Michael toma por vagabundos. Darrell pasa de todo y vuelve al agradable lugar que son las Tierras del Sueño (ya saldrá por donde le dé la gana, con el escarabeo). En esta ocasión encuentra un grupo de cadáveres de sectarios, pero ya lleva la carretilla llena hasta arriba, y no puede con más. Luego, unos vientos muy bestias le arrebatarían bendiciones, maldiciones y demás cosas, pero no tiene nada de eso. A la salida, Mandy ya ha cerrado el portal de la Cueva Negra, así que sale por el Cementerio.
Mientras, un asesinato en el museo apenas altera la historia. Mandy se pasea por el edificio de ciencias para conseguir más pistas, pero como no le hacen ni caso, acaba en la biblioteca, donde ahuyenta a unos pirómanos muy sospechosos. Luego, se pira al portal del bosque, que durante todo este tiempo ha estado custodiado muy severamente por un fantasma inmune a todo lo físico. El polvo de Ibn-Ghazi le da picores hasta que su ectoplasma se deshace de tanto rascarse, y Mandy acaba en Yuggoth. (¿será por fin la venganza de los Mi-Go?).
Darrell tras sellar la Cueva, se va al primer portal abierto, el de la Casa de la Bruja, que hasta ahora ha tenido un Retoño Oscuro bien plantado en la puerta. Esta vez Darrell sufre en sus carnes la ira de Shubb-Niggurath y acaba en el hospital. Por el camino, la ambulancia va dejando caer objetos: la vasija espiritual, el rey de amarillo, la estatuilla alienígena, la máscara del mensajero y los cultos inconfesables… ahí es nada! Para colmo de males, uno de sus gules muertos renace en el armario de su habitación en el hospital. Pero por fortuna le habían dejado ingresar con su metralleta, a modo de muleta. Del gul, obtiene la “campanilla de Ra”, que de momento usa para llamar a la enfermera para que limpie todo el desaguisado.
En Yuggoth, la aprensiva Mandy no se fia de la Mujer Abotargada, y luego encuentra un trapezoedro brillante, del cual se protege mágicamente. Luego sale y sella el Bosque, y se va a Lo Innombrable para pasar el rato, mientras deja todo en manos del convaleciente Simmons. Allí le pasa algo raro, pues encuentra a alguien que dice ser Ali Kafour… ¿pero no estaba este hombre acompañando a Darrell?
Darrell, ya repuesto de sus heridas, entra en un portal en el motel Hibbs, que le lleva a Otra Dimensión. Allí tiene la tremenda suerte de ser juzgado indigno por Toth, y le toca enfrentarse con un Dhole. Angustiado echa mano a la campanilla, y entre esta y la metralleta, da buena cuenta del bicho. Notable gesta. Luego consigue la Tablilla de Bast. ¿Quedarán objetos en esa exposición, se pregunta?
A estas alturas, sólo quedan 2 fichas de perdición en la caja, falta una para que despierte el primigenio y falta un turno. Por suerte se abre un portal que ya está abierto, la consecuente lluvia de monstruos arroja un Retoño Oscuro que se lleva las 2 últimas fichas de perdición. Mandy, que no está para bromas, deja que esta vez los pirómanos quemen la biblioteca, y Darrell, que regresa del otro mundo, sella con su símbolo arcano.
Esta vez ha faltado poco. Ya se sabe que Shubb-Niggurath siempre tira al monte, de modo que los investigadores no se burlan mucho de ella, aún no les llega la camisa al cuerpo. (en el caso de Mandy, es literalmente cierto. Ver su foto nuevamente).