Mi propia opinión al respecto:
Cualquier juego puede ser susceptible de ser jugado en versión mail, sólo que debe juntar a unos cuantos incondicionales de su género. Y a los tentáculos no les faltan de éstos. Concretamente, el método epistolar lo veo el más adecuado, y la propuesta de De Profundis uno de los marcos más idóneos que se han urdido para estos menesteres.
El problema añadido es la regularidad con la que alguien, por mucho que le entusiasme, pueda fielmente conectarse con la asiduidad suficiente, y que en estas ocasiones, además, disponga de un tiempo que valga la pena como para afrontar las teclas, frotarse las manos, y empezar a echar humo por las orejas. Yo mismo hay semanas que entro en este foro cada día, y otras en que no puedo ni asomarme (hasta el punto en que seguro que me han respondido más de una pregunta en el laberinto que es ya este foro, y no me acuerdo ni de dónde mirar para ponerme al día). Para colmo, digamos que el 90% de mis visitas tiene un carácter fugaz, pues la urgencia de la vida me viene pisando los talones.
Es fácil que una sucesión de epístolas se trunque porque, para nuestra desesperación, pasen unos días sin que nadie añada la suya, y el tema se fosilice en una suerte de desidia involuntaria, y su fecha de última entrada, cada vez más anacrónica, vaya echando atrás a los potenciales viejos o nuevos participantes.
Pero recordad que nada impide continuar estas historias, las cuales pueden recobrar su interés simplemente si alguien decide desempolvarlas, sin amilanarse por el temor a que estuvieran ya caducas.
¿Dónde está el norte en el universo sin fin? ¿Allí donde mi alma me arrastra sin vacilación? Sí, pero siempre con 3 cervezas en el estómago.