Diario de Las Máscaras de Nyarlathotep

El clásico juego de rol basado en los Mitos de Cthulhu

Diario de Las Máscaras de Nyarlathotep

Notapor sectario el Lun Jul 08, 2013 5:52 pm

Desde hace algunos meses he comenzado a jugar la campaña de Las Máscaras de Nyarlathotep. Avanzamos de forma bastante lenta y tranquila.

El caso es que uno de ellos ha decidido hacer un diario... un diario físico de aquellas cosas que le suceden a su jugador

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El resto lo pongo como spoiler, ya que pueden aparecer dibujos de casas, mapas u otros datos que un jugador no los debería de leer.
"Diario-3": mostrar
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Re: Diario de Las Máscaras de Nyarlathotep

Notapor Riley el Lun Jul 08, 2013 7:49 pm

Yo quiero jugadores como los tuyos :cry: :cry: :cry: :cry:


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Re: Diario de Las Máscaras de Nyarlathotep

Notapor 0z3l0t el Mar Jul 09, 2013 4:17 pm

jeje no veas, cuanta implicación!!
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Re: Diario de Las Máscaras de Nyarlathotep

Notapor sectario el Mar Jul 09, 2013 4:54 pm

Otras dos imágenes del diario
"Diario-4": mostrar
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Y la última de la que dispongo.
"Diario-5": mostrar
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Re: Diario de Las Máscaras de Nyarlathotep

Notapor sectario el Dom Jul 21, 2013 11:34 am

Riley escribió:Yo quiero jugadores como los tuyos :cry: :cry: :cry: :cry:

No creas... este grupo es capaz de lo mejor y de lo peor. Muchas veces de esto último. El mismo jugador que está llevando el diario -por iniciativa propia- tuvo una discusión sobre quien leer un libro que habían encontrado (en NY, en cierto sótano que algunos ya conocemos). Resulta que es un granjero, y fue el que descubrió el libro. Resulta que en el grupo hay -o había... ya hace varias semanas que no aparece físicamente- un profesor de universidad. El profesor le decía que lo habitual sería que él se leyese el libro. "Olaaaaa, yo soy profesor. Yo leo cosas... tengo más estudios..". Y el granjero seguía manteniendo que "yo lo tengo.. yo lo voy a leer". La discusión entre jugadores acabó con el granjero tirando los dados para dispararle -con la escopeta- en una pierna al profesor de universidad. No estoy seguro... pero creo que todo esto sucedía además en el mismo sótano del que ya hemos hablado.

Así que la campaña podría haber finalizado a penas comenzar... con el granjero entre rejas -si el profesor le demandase- y el profesor una larga temporada en hospital. Y la veríamos si además tullido, un disparo de escopeta a bocajarro en una pierna no me extrañaría que implicase daños permanentes. El destrozo en los músculos ha de ser de órdago.

La cosa se calmó un poco cuando tras los disparos yo les dijera algo así como... "no os estaba prestando atención".

Lo dicho. Son capaz de lo mejor... y de lo peor.
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Re: Diario de Las Máscaras de Nyarlathotep

Notapor sectario el Mié Nov 27, 2013 6:43 pm

Desde hace varios días tengo el diario según lo va escribiendo. Como podeis ver está escrito en primera persona. La intención del jugador es que sirva entre otros objetivos como forma de reenganche para futuros personajes en caso de muerte, locura o similar. Aunque está escrito en persona persona los hechos están siempre tergiversados, ya que no se habla nunca de hechos delictivos

Si eres un jugador, y vas a jugar la campaña Las Máscaras de Nyarlathotep:NO LEAS A PARTIR DE AQUI



Día 30 de enero de 1925
En esta noche del 30 de enero de 1925, en mi camarote del Trasatlántico Mauritania, decido llevar a cabo, y es mi intención, anotar, consignar, relatar y registrar todo lo que nos vaya aconteciendo en el viaje que hemos emprendido la señorita Anna Steward, el Doctor John Constantine, el Profesor Robert Lee Johnson, el señor Matt Guath y yo mismo.

Lo primero, creo, es presentarme, por si por alguna causa desaparezco o me sucede algo y para que esa persona que lea este relato sepa al menos quien es la persona que lo escribe.

Mi nombre es Jethro Walters, soy un veterano de la Gran Guerra, de 40 años. Me licencié con honores y alguna que otra condecoración, actualmente soy granjero en el Condado de Orange, en el Estado de Nueva York.

Hasta hace poco, no más de cinco días, no había sentido nunca la necesidad de escribir, y menos de llevar un diario. Pero en tres semanas mi punto de vista del mundo ha cambiado, y esa es la razón por la que escribo esto. Este viaje, que inicialmente me imaginé sería una buena forma de recordar un poco la emoción de la guerra, me empieza a despertar recelo, temor y curiosidad a partes iguales, y viendo cómo se han desarrollado las últimas semanas creo que el viaje es más peligroso de lo que imaginaba.

Todo empezó el día 10 de enero de 1925, cuando el señor John Constantine, un Doctor amigo mío, se puso en contacto conmigo y me citó en un café para tomar algo. Cuando llegué, me encontré con mi amigo, que estaba acompañado por otra persona, el señor Matt Guath, un diletante

Allí, el señor Constantine nos expuso que necesitaba de nuestra ayuda porque un amigo suyo, el señor Jackson Elias, un escritor de temas de ocultismo, le había solicitado que reuniese un grupo para llevar a cabo una investigación sobre la Expedición Carlyle, que había desaparecido y se les declaró muertos en Nairobi tras haber viajado desde Mombasa para investigar el Valle de la Gran Grieta al Noroeste de Nariobi. Según sus investigaciones parecía que al menos parte de la expedición estaba viva (para ser exactos el señor Jack Brady).

La expedición estaba formada por :

De arriba a bajo, y de izquierda a derecha:
- Negra Desconocida,
- Dr. Robert Huston, psicólogo
- Roger Carlyle, el promotor y mecenas.
- Sir Aubrey Penhew, egiptólogo
- Srta. Hypatia Masters, fotógrafa
- Jack “Brass” Brady, factotum
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El Dr. Constantine se había citado con el señor Elías en el Hotel Chelsea, el día 15 de enero en su habitación.
Cuando fuimos a la habitación de Jackson Elias, antes de la hora convenida por cierta desconfianza que no me acuerdo a causa de qué teníamos. Nos encontramos a tres negros en la habitación y el señor Jackson Elias tirado en el sofá con las tripas fuera. Uno de los negros estaba sobre él grabando con un cuchillo un símbolo en la frente, y los otros dos estaban revolviendo la habitación en busca de algo. Suerte que, gracias a la desconfianza que antes he comentado, iba con mi pistola (de los tiempos del ejército), ya que nos atacaron, y junto con mis compañeros, que también iban armados, abatimos a los 3 negros, no sin que uno de ellos me diese un tajo en el pecho, por culpa del cual tuve que ir al hospital.


El alboroto y los disparos alertaron a la pésima seguridad del hotel que avisó a la policía, y mientras John Constantine examinaba al señor Jackson Elias, Matt Guath y yo mirábamos qué podíamos encontrar. Tuvimos más suerte que los negros (creo), y encontramos una serie de documentos que podían sernos útiles para saber qué había pasado allí. Matt Guath se marchó con lo que habíamos encontrado, mientras la policía me tomaba declaración y me llevaba al hospital, mis compañeros revisaban los papeles que habíamos encontrado.

Lo que el negro estaba grabando en la frente del cadáver del Sr. Elías era el símbolo con el que se identifica la Secta de la Lengua Sangrienta (como descubrimos después):

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Viendo la necesidad de alguien más versado en letras, John Constantine contactó con otro conocido suyo, el señor Robert Lee Johnson, un profesor de “historia” para que se uniera a nuestras pesquisas.

Con los documentos encontrados y un objetivo, empezamos a buscar el porqué de todo. Eso nos llevó a ir a la editorial del sr. Elías, Próspero Press, donde dadas las circunstancias nos facilitaron las notas del señor Elías del libro que estaba preparando y por la razón que nos habían convocado.


También nos llevó a entrevistarnos con un profesor australiano que se encontraba temporalmente en la Universidad de Miskatonik, el señor Anthony Cowles, que había hecho una conferencia sobre creencias y sectas de Australia. Hablando con él conocimos de la existencia de ciertas creencias de los aborígenes australianos en relación a la oposición de un ser mitológico de las tribus australianas conocido como El Padre de todos los Murciélagos, y la Serpiente Arcoíris, dos fuerzas opuestas, la primera destructora y la segunda creadora de vida. Nos hizo un dibujo con el que se identifica el culto del Padre de todos los Murciélagos:

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sas notas y algunas otras que ya teníamos, nos llevó a pensar que una Secta era la responsable de la muerte de Elías, y posiblemente estaba tras nuestra pista. Descubrimos que dicha secta era llamada Secta de la Lengua Sangrienta, y que era originaria de Nairobi (lo que puede indicar que esa misma secta sea la responsable de la desaparición de la Expedición Carlyle). También descubrimos que las tribus de la región donde desapareció la Expedición Carlyle temen al Dios del Viento Negro, que tiene su hogar en la cima de la montaña, y que grandes criaturas aladas descienden de la Montaña del Viento Negro para raptar personas.

No se en que momento exactamente se nos unió la señorita Anna Steward, una oradora, pero también había sido convocada inicialmente por John Constantine, pero no había podido reunirse con nosotros antes.

Siguiendo varios indicios llegamos a una tienda de productos Africanos de importación, principalmente objetos de decoración, y que está localizada en Harlem. Descubrimos que en dicha tienda se reunían muchos negros, y algún chicano, cada luna llena, y presumimos que todos los asistentes eran miembros de la Secta de la Lengua Sangrienta. Cuando entramos en la tienda para investigar, la cosa acabó mal, ya que en el piso superior descubrimos que había más negros sectarios armados esperando, que nos atacaron de nuevo, lo que provocó otra lucha por nuestra vida, y que acabó con dichos negros muertos y todos nosotros heridos de mayor o menor gravedad. Nos remendé como pude gracias a los conocimientos de primeras curas que aprendí en la Gran Guerra y por tener que usarlas con el ganado, y cerramos a cal y canto la tienda, poniendo el cartel de cerrado. Suerte que la tienda estaba en Harlem y la gente allí no se mete en los asuntos de nadie, y menos si implica llamar a la policía.

Con la tienda “limpia de sectarios” y con el dependiente reducido, intentamos sonsacarle el porqué de las reuniones mensuales, qué hacían allí todos esos negros, y si conocía el símbolo que le grabaron al sr. Elías en la frente, cosa que decía que no sabía. Rebuscando en la tienda, encontramos una trampilla que daba a un sótano muy profundo (como 10 metros bajo el suelo).


En las paredes de la escalera de acceso había grabados de protección de tribus africanas. Al final de las escaleras había una puerta que daba a una gran sala con una losa circular de varios metros de diámetro y tambores distribuidos en las paredes, y un dintel de puerta cubierto de una tela que hacía de puerta. La losa cubría un pozo.


Al entrar en la sala para inspeccionarla, surgieron de detrás de la tela que tapaba la puerta tres cuerpos claramente muertos pero que se movían, y que tenían el símbolo de la secta grabado en la frente. Después de salir de la habitación y cerrar la puerta tras nuestro, dedujimos que serían zombies, y pensamos que el dependiente tendría algún tipo de control sobre ellos, aunque él lo negaba. Con la puerta cerrada discutimos qué teníamos que hacer en ese punto, y decidimos que esos zombies estaban protegiendo algo importante, así que optamos por meter al dependiente en la sala y cerrar la puerta, y así obligarle a usar el control sobre los zombies para que no le dañasen y así permitirnos investigar la sala de la que salieron. Pero resultó que el dependiente no tenía control alguno sobre los zombies, y cuando entramos de nuevo, los zombies no le habían hecho caso al negro que ya había muerto y nos atacaron. Acabamos con ellos con gran dificultad (llevábamos varios días sin descansar bien y con heridas mal curadas). Una vez eliminados entramos en la sala, y allí encontramos una serie de objetos, que tenían un fin claramente ritual, y los recuperamos todos ellos, para intentar impedir que se llevasen a cabo nuevos ritos paganos. Lo que encontramos fue:


    - Una capa de Plumas
    - Unas “Garras” de león (guantes)
    - El Libro Sectas Oscuras de África (en inglés)
    - Una máscara tribal con runas que parece de madera, pero realmente no lo es.
    - Un Bol de cobre con runas
    - Un cetro de madera de baobab con jeroglíficos egipcios
    - Una cinta de metal con runas

Cuando salimos de la tienda, intentando que no nos viera nadie, nos despedimos hasta el día siguiente para decidir qué íbamos ha hacer.

Al día siguiente nos fuimos a intentar hablar con la Srta. Carlyle, hermana del Sr. Carlyle que organizó la expedición que causó el inicio de nuestra actual situación, pero nos dieron cita para el día 21 o 22 de enero, fue el siguiente día en que hubo luna llena.
Así que decidimos descansar un par de días e ir ha hablar con la señorita Carlyle y por la noche a ver qué pasaba en el local. Ese día fue cuando decidí empezar a leer el libro que encontramos en la tienda, y es por culpa de él, en parte, que he abierto los ojos y he ampliado mis miras.

La entrevista con la Srta. Carlyle fue muy bien, y acabamos de hacernos una idea de ciertos aspectos del señor Carlyle. Conocimos de la existencia de una mujer negra que parecía ser que había influenciado en el ánimo y conducta del Sr. Carlyle, y que le había hecho comprar ciertos libros de ocultismo. La señorita Carlyle nos dio permiso para poder consultar los libros por si nos daban alguna pista para poder localizar a su hermano, y como yo estaba leyendo un libro, mis compañeros decidieron ojear estos otros libros por si había algo que nos orientase en los objetivos de la Expedición Carlyle. Los libros que pudimos consultar fueron:

    - Los Manuscritos Pnakoticos (Inglés).
    - El Pueblo del Monolito (Inglés).
    - La vida como un dios (Inglés).
    - Sélections du Livre d’Eibon (Francés).

Llegamos con la Srta. Carlyle a un acuerdo de informarla de los avances de nuestra investigación (habíamos decidido continuar con la investigación que Jackson Elías nos quería encomendar ya que estábamos metidos hasta el cuello) pero no teníamos financiación, y la señorita Carlyle se comprometió a correr con gastos de viaje y alojamiento si investigábamos la desaparición de su hermano, y le podíamos facilitar todo sobre ella, ya que le preocupaba sobre manera no saber ni donde estaba su cuerpo.

Esa noche fuimos a vigilar la tienda de Harlem, y vimos que introducían varios bultos con forma humana (incluso se movían) en la tienda, y que entraban muchos negros y chicanos. Al alba las personas se fueron, y al cabo de un par de horas quisimos entrar para ver si encontrábamos alguna otra pista, pero nos encontramos con más negros sectarios, y pusimos pies en polvorosa.

Visto que no teníamos nada más que indagar en NY (o eso creíamos), nos fuimos a descansar y a esperar la salida del Mauritania, para el que habíamos adquirido pasajes.
Embarcamos en el Mauritania el día 24 de enero, tres días después de embarcar acabé de leer el libro que encontramos en la tienda de objetos africanos.

Este libro me ha turbado sobremanera, hay seres y cosas escondidas a los ojos de la sociedad, que reptan y se ocultan, y que traman cosas terribles. Nosotros hemos dado con una parte de esas tramas y complots, y empiezo a temer que intentamos morder más de los que podemos.

Lo dejo por hoy. Mañana llegamos a Londres, y de allí iremos a El Cairo. Pero antes de partir hemos de visitar la Fundación Penhew y la Biblioteca del Museo Británico para recabar información.
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Re: Diario de Las Máscaras de Nyarlathotep

Notapor Chaugnar Faugn el Mié Nov 27, 2013 7:33 pm

Muchas gracias por compartir esto, Sectario. Me gusta ver cómo ha ido la campaña con distintos grupos.

Yo estoy dirigiendo también las Máscaras (nos faltan entre una y tres sesiones para acabar la campaña) y las dos jugadoras de mi grupo también se han currado diarios, fichas de los PNJs escritas a máquina, mapas de los sitios, tablones con las pistas y algunas cosas más. A ver si puedo echarle algunas fotos.
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Re: Diario de Las Máscaras de Nyarlathotep

Notapor Sconvix el Jue Nov 28, 2013 4:09 pm

Si mis jugadores fuesen la mitad de aplicados que los tuyos yo no estaría buscando nuevos jugadores por internet. Te envidio.
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