por Arthur Machen el Dom Nov 27, 2011 9:11 pm
Buenas noches.
En el Heraldo de Arkham solía postear todos los torneacos a los asistía. Esta es mi crónica del primer día de los Edge Days.
Yo no me acostumbro a tener que levantarme temprano durante los fines de semana, y estar a las 10 en el Parque de Atracciones me significaba levantarme a las 7:30, casi a la hora que me levanto a diario. Llegué tarde. Pero como la gente de Padis son muy listos pues habían pasado de mí.
Hace 30 años que no iba al Parque de Atracciones así que al llegar a Batán me encontré con que no sabía ir al sitio. Utilicé la máxima infalible: “Siga a ese friki”. Se les distingue a la legua: ropa oscura, greñas, mochilas, katanas. Lo habitual. Pues eso, que seguí a uno y llegué a la puerta del parque…
Donde había montada una que parecíamos fugitivos de la Tierra en el último vuelo con destino a Sirio antes de una invasión de Aliens. Mis colegas ya estaban todos y dos tenían problemas con las entradas. El personal de Edge fue muy eficiente y pudieron entrar (así que ya tenía otros dos delante en la clasificación final). El lío de la entrada tardó en arreglarse pero la gente fue accediendo poco a poco.
Nos pusieron la pulserita de papel en la muñeca y fuimos pasando. Destino el Palenque, según la descripción de los Edge Days. Lo del Salón Tropical me parecía coña así que no sabía que pensar.
En un lateral de la zona infantil del parque estaban los dos espacios donde se iba a celebrar el evento. La puertas de los dos locales estaban enfrentadas y con una capacidad muy diferente. El Palenque era un espacio vacío, grande, amplio con un montón de mesas con tapetes quizá en 7 largas filas que lo recorrían todo. A la izquierda de la entrada la demostración de juegos, a la derecha las mesas de competición. Al fondo la tienda, los expositores y un espacio vacío. Sobre ellos una pantalla donde se proyectaban imágenes de los juegos, las demos, las entrevistas, la publicidad, todo muy chulo. Para acceder a los locales los vigilantes te pedían que mostraras la pulserita de papel. A mí me pedían la pulserita y el permiso del Asilo para estar fuera a la hora de comer.
Los del LCG no íbamos allí. Me pasé al Salón Tropical que era un restaurante. Habían puesto un biombo en una puerta que aislaba la zona de la barra y las mesas más cercanas del resto del local. El resto del comedor era donde estaba el ordenador central Hall(eo) 7000 y las mesas de los juegos: Bang, Juego de Tronos y los de Cthulhu. ¡Que éramos 24! Un poco más y pasamos a ser el mundial. ¡qué mogollón de gente!.
Pero el mogollón auténtico fue el empezar. A las 10 no sabíamos nada, a las 11 no sabíamos nada, a las 12 no sabíamos nada. Al principio estás como nervioso, llevas tu mazo, esperas hacer algo digno. Pues a las 12 yo lo único que quería era desayunar. Y lo peor, como se veía que el otro edificio todo funcionaba con eficiencia pues te mosqueabas. Un grupo de Juego de Tronos se pusieron a gritar que iban a poner una reclamación, casi como que me despertaron. Yo estaba tan matado que hubiera sido incapaz ni de protestar.
Al fin nos pusieron en marcha sobre las 13 horas. En el sorteo como era de esperar me emparejaron con uno de los colegas. Quizá debiera haberlo impugnado, porque Hall(eo) 7000 no funcionaba y lo hicimos con papelitos. El ordenador iba a pedales o no se explica.
Me tocó contra Randolph. El mazo contrario era de descarte (los detesto). Empezó como un tiro. Remonté pero al final me vació el mazo. Perdí 2-2, con contadores en varias historias. Los mazos de descarte son detestables. Tendría que estar prohibido ganar así. Destacar su uso del Blackmoore State, de la Maldición de la piedra y de una carta que nos permitía a los dos robar 3 cartas, que en este juego es interesante (la trastienda, o algo así). Como consigo jugar a Cthulhu le pido que me saque una foto y me parto de risa.
Eichpiel, que fue tan eficiente y sabio como siempre, nos dijo que mejor jugábamos la segunda ronda mientras los de Tronos comían. Y nos pareció aceptable. Pero eran las 14:30.
Segunda ronda contra Yop, lleva un mazo rarísimo, de sindicato, chtulhu y yo qué sé. Al final le gano. Pero tras otra partida agónica. 3-2. Carl Staford se convierte en un personaje bipolar (lo tenemos los dos) y señalar que me destruye los primigenios baratos con una Tear gas y La cantante del Clover. Muy ingenioso pero me sentó a cuerno quemado (de Shubb).
Por lo que veo el torneo va a ser una convención de fruteros, todos van con verde acelga y rojo tomate. Cthulhu y Shubb, e incluso otros llevan una tercera facción. ¿Dónde he dejado las cartas que penalizan dos facciones y que tanto me gustan? Pues en casa.
Nos vamos a comer, como somos muy organizados los de mi grupo, la mitad llevan bocata y la mitad llevamos monedero. Salimos a un paseo central buscando dónde comer, pues los puestos próximos tienen unas colas de pensárselo y se me acerca uno con pinta de friki y me dice “El buffet está por allí”. Pues eso, como decía antes “Se nos distingue a la legua”. Nos metemos los que vamos sin comida y procuramos terminar lo antes posible para comentar la jornada con los colegas, a los que veremos en la puerta. Podría decir que me atiborré a comida para justificar los resultados de la tarde, pero no fue así. Recomiendo el arroz con leche, estaba sorprendentemente bueno.
En las anotaciones tengo que el mazo de Walter es de Agencia-Shubb, que gana todo, que lleva muy buen mazo y que lo juega fenomenal. Que el mazo tiene sinergia y él mucha clase. Lástima que las notas de esta página están escritas con una letra que no es la mía.
Walter no aparece ni alto ni bajo, todos sentados y él no aparece. Yo conjeturo con que se ha arrojado a los rápidos que pasan a lado de nuestra puerta. Pues como hace un día maravillo funciona lo de las barcas flotantes. Supongo que la presión ha podido con él. Pues no, está dormido en la puerta del Salón Tropical. Mola decirlo “Jugamos en el Salón Tropical”.
Se me ha olvidado comentar que el Salón Tropical tiene aspecto de invernadero y tiene un montón de cristaleras. El sol empieza a caer y nos da de forma molesta sobre las cartas, nuestros delicados ojos sufren con los reflejos, puesto que los Cthulhoideos jugamos en la puerta, casi. Que bien cuidadas tenemos todos lo presentes las cartas, a pesar de que no tenemos alfombrillas de juego, casi ninguno.
En la tercera ronda Hall(eo) 7000 sigue a su bola, como procede en una máquina con criterio, y se sortea con papeles. Me vuelve a tocar con uno del grupo. Toritaka juega con Yog, Cthulhu y Hastur. Los Escalones lo que me hace ir despacito, los Perros de Tíndalos, y juega el Things on the ground (¡cómo odio esa carta!), personajes que recupera con un personaje de Universidad y me pega una panaera de 3-0. No hago nada, pero nada. No me sale ni una carta de destruir y no pongo ni un contador. Todo un éxito.
Cojo un rebote de tres pares de narices. Detesto este tipo de partidas, al menos no me duele la cabeza como en las partidas largas pero si tu contrario va a hacer que no hagas nada no hay juego. Al grupo de Padis les comenté que en el caso de ver que alguien me vapuleaba inmisericordemente le jugaría a Azathoth para terminar la partida antes. Pero me parecía mal porque le haces una buena faena al que te gana, para la clasificación final y las historias ganadas, y esos rollos que les preocupan a los triunfadores.
Juego contra Guillem (perdona porque no conozco tu apodo). Alucina cuando le pregunto el nombre y empiezo a tomar notas, se pensaría que soy Mourinho. Por fin me enfrento a alguien que no conozco, es del grupo de Barcelona. Juega Yog-Cthulhu. Tiene una carta chula que hace que juguemos con la carta superior vista y con otra carta que me hace la vida imposible, si es ella: el Things on the ground. Estoy a punto de ponerme a aullar. Intento relajarme y la partida es apoteósica. Me saca un montón de primigenios, a algunos se los logro destruir. Al final ponemos dos Cthulhus en mesa, y con su habilidad empezamos a limpiar a personajes, primigenios y de todo. Terminados 2-2 y me gana por descarte. Me duele la cabeza.
La última la juego contra Sergio (perdona que no sé el apodo). Es del grupo de Ludus Belli (que ya sabemos que les mola mas la parte Belli que la parte Ludus). Juega Chtulhu-Shubb. Todo el rato verde y rojo ¡Esto no es una frutería, es Mercamadrid!. Con Ygolonac me frena mucho y al final tenemos en mesa otra vez a Chtuhlu. Ya no me hace ni ilusión verlo. Me parece que sacar primigenios es demasiado fácil. Seguro, si yo soy capaz de sacarlos es que debe ser demasiado fácil. Otra vez me ganan 3-2. Vuelvo a luchar como un jabato y por nuestra culpa octavos empieza un poco tarde.
Durante esta partida se pasa un chaval de la organización y nos reparte un pin con el símbolo del terror (creo). Yo me pongo como una hiena diciendo aquello que saben mis colegas de sobra “HE VENIDO PARA CONSEGUIR LOS CONTADORES”, lo repito como un mantra a voz en cuello. Al de Sevilla le debo asustar un poco porque al rato nos trae a todos los jugadores los contadores de agencia y sindicato. Me cambia la cara de pura felicidad. Y después se acerca y me da 29 contadores de Chtuhlu. A Sergio le doy 14 (debe ser el único de Ludus Belli que no tiene el pack completo con TODO, por lo que cuentan) y yo me quedo con 15. El chaval de Sevilla nos da una ficha de poker con el dibujo del Vórtice de Arkham a cada participante. Yop está a mi lado y le damos nuestras fichas a Sectario para que tenga las tres. A propósito de material, a los de Ludus Belli se les reconocía a la legua pues eran los únicos que tenían la mega-chuli-alfrombrilla para poner las cartas. A mi se me reconoce a la legua porque tengo la cara verde de envidia mirando la alfombrilla. Ya os digo, que todo era verde.
El grupo de Padis habíamos vuelto a ser los Mosqueteros del torneo: “Todos para uno y uno para todos”. Pues eso, que casi entre todos habíamos ganado una partida. Nada de piques absurdos entre nosotros, todos igual.
Publican los cruces, en este caso Hall(eo) 7000 funciona y está en un papel impreso, pegado en una pared. Soy la persona más infeliz del mundo. Soy to’pocho. Perdón, quiero decir que no soy Top Ocho.
En el Top Ocho tenían que haber puesto a Carl Staford, estaba en todas las mesas. Como no hay ningún colega directo en las eliminatorias, todos los mazos son prácticamente iguales y parece una final de Móstoles me largo al Palenque. Mención aparte al jugador que llevaba un mazo sin personajes: Ole, ole y ole.
¿Qué llevaba yo? Pues lo que todo el mundo, y encima en plan soso. Acelgas solas: monocthlhu.
En el otro recinto nos dedicamos a hacer el ganso. Estaban dando premios. Magnus y yo aplaudimos a rabiar al ganador de Anima. Es que había poca gente en la entrega de su premio. Nos hicimos fotos con el trofeo del nacional que estaba en una vitrina, sin candado, detalle que no se debieron dar cuenta los chorizos que se llevaban de todo lo que podían de las mesas. De Mansiones de la Locura levantaron figuras de monstruos pintadas (pero que muy bien hechas). Penoso.
Le pregunto a todo el mundo con acento andaluz que quién es Gecko. Pero no le pillo.
Entramos en el apartado de la tienda y pregunté algún precio. Grata sorpresa porque los precios estaban sensiblemente: al mismo precio que siempre. Algo que no entiendo, nos ponen un diez de descuento y empeñamos los gayumbos allí mismo para comprar cosas. Yo no compré nada, no tenía un duro, pero sabía un sitio donde esa noche podía empeñar los calzones. Si es eso, que somos como yonkis.
Volvimos al calor del Salón Tropical y vimos como progresaban los emparejamientos. Ya estaban en semifinales y un enfrentamiento terminado. El final se acercaba. Pero yo estaba para el arrastre, hay que ser muy hombre para recibir semejantes tundas y no romper en lágrimas. Así que les dije a los colegas que si se animaban a marcharse y nos fuimos. Volvimos rodeando el Parque como por la mañana y entrábamos en la estación entre risas y comentarios de la jugada. Sobre las 20:45 estábamos en el andén. Y a pesar de nuestra conversación tenemos pinta de ser un grupo bakalas que se van de marcha.
Yo estaba obsesionado con no estropear la pulserita de papel en la ducha semanal. Me dijeron que lo mejor era cubrirla con un plástico. ¡qué preocupación!.
Al día siguiente nos esperaba el grandioso torneo especial. Todos me recomiendan que lleve un mazo por si las moscas, algunos de los asistentes al torneo se han llevado mazos Highlander (una idea espléndida). Yo les digo que como no hay nada sobre el tema puede que la organización nos de asylum para hacer un mazo y sea realmente un torneo rarísimo. Estoy ilusionado. “Mañana será mi día”, “Las sorpresas se me dan bien”.
Si alguien pide la crónica del domingo la escribo.
Hasta otra.
