Egmund Müller
Profesor de Historia
Müller sigue al resto de sus compañeros por los oscuros pasillos, escuchando a cada paso el retumbar de su propio corazón, que no latía tan fuerte, al menos que él recordara, desde los momentos previos al inicio de la disertación que le conduciría a la obtención del título de doctor en Historia... Rápidamente, desechó tales pensamientos de su mente... no era ese el mejor momento para ponerse a recordar el pasado.
Le extrañaba la dirección que estaban siguiendo, hacia las oficinas. De haber sido él el ladrón, cosa que sentía casi incapaz de imaginar, hubiera intentado salir del edificio lo más pronto posible con su trofeo, en lugar de hacia aquí. Quizás eso significara que la persona, o personas, en cuestión no estaba familiarizado con el museo.
Pero sin lugar a dudas, el pensamiento que más le atribulaba en esos instantes era el sonido que a ciencia cierta había escuchado hacía unos momentos. Estaba seguro que no habían sido imaginaciones suyas, algo que pudo corroborar por las caras que pusieron sus amigos. De dónde procedía o qué podía emitirlo es algo que no sabía, nunca había leído nada que describiera algo semejante.
Por eso se atrevió a romper el silencio imperante para preguntarle a Diermissen en un susurro apenas audible: - Adler, ¿ha escuchado alguna vez algo semejante? -con la esperanza de que el explorador, en base a su experiencia, le tranquilizara aunque fuera para decirle que se trataba de un terrible animal salvaje que, de alguna increíble y rocambolesca forma, hubiera logrado introducirse en el edificio.
Lo cierto es que continuaba adelante gracias a contar con la presencia del resto del grupo, pues de haber estado solo habría esperado a que los miembros del equipo de seguridad del museo se ocuparan del asunto.