Heinrich Zweig
Arqueólogo y anticuario
El arqueólogo no supo bien qué decir a Bruno. No estaba seguro de nada a estas alturas y dudaba que las criaturas estuvieran "contentas" después de lo que habían hecho con la estatuilla. Al menos los otros seres extraños y las momias ya no estaban. ¿Qué había hecho que los dos grupos se reunieran precisamente allí y en ese momento? ¿Podría ser que ambos quisieran aquel objeto que ahora yacía hecho pedazos en el descansillo?
- Espero que así sea, herr Katsner. Creo que hemos tenido emociones suficientes para toda una vida. -
Adelantó un paso y echó un vistazo alrededor, tanto a las vitrinas como a las paredes detrás de ellas, preocupado de que algún ser pudiera estar escondido esperando su momento.