La casa del sueño
De Wiki Cthulhu juego de Rol
m (Nueva página: {{Relato |- | titulo = La casa del sueño | tituloOrig = La casa del sueño | autor = Carlos L. Hernano | creado = | publicado = Septiembre 2012 | primerPublic = [[Las mil c...) |
|||
Línea 38: | Línea 38: | ||
- | [[Category:José Luis Cantos]][[Category:Relato]][[Category:Relato José Luis Cantos]][[Category:Relato Nyarlathotep]] | + | [[Category:José Luis Cantos]][[Category:Relato]][[Category:Autor Relato José Luis Cantos]][[Category:Relato Nyarlathotep]] |
Revisión de 19:27 5 oct 2012
Detalle |
Título: La casa del sueño |
Título original: La casa del sueño |
Autor: Carlos L. Hernano |
Fecha creación: |
Fecha publicación Septiembre 2012 |
Primera publicación Las mil caras de Nyarlathotep |
Colaboradores: No |
Tabla de contenidos |
Primer párrafo
Providence, primavera de mil novecientos veintisiete.
Resumen (contiene spoilers)
Mathew Graves acude a Providence para realizar una entrevista a H.P.Lovecraft. Ante su alegría el propio Lovecraft insistirá en mientras pasen los días que durará la entrevista se resida en su propia residencia, viviendo además junto a su tía.
Desde entonces se sucederán varios días en los que por el día se realizará la entrevista al autor. Por la noche Mathew escuchará sonidos que le recordarán a flautas. Sonido que más tarde situará en el desván, lugar donde su anfitrión dice que no hay nada excepto posibles ratas. Llegará el momento en el que Mathew ascenderá al desván y descubrirá el secreto que guarda su anfitrión
Inspiración
Detalles
El prólogo es una cita de Howard Phillips Lovecraft
El hombre que conoce la verdad ha comprendido que la ilusión es la realidad única y que la sustancia es la gran impostora.
Conexiones con otros relatos de Lovecraft
Personajes principales
Fragmentos
- Descripción de Howard Phillips Lovecraft
Resultaba imposible negar la extraña atracción que destilaba aquella figura esbelta, de apariencia pomposa y frágil. El pelo, peinado con precisión casi enfermiza, tildaba un rostro alargado de mirada fría que muchas veces parecía atravesar a su interlocutor y sondear el infinito con lacónica desgana. La tez lampiña, como la de un bebé de cuna, articulándose lentamente alrededor de las exiguas cejas o las mejillas estiradas. La elegancia en los andares, pasos largos que trasportaban al cuerpo por la sala con la levedad, como si levitara en lugar de andar. Y la parsimonia severa con la que imponía su discurso; una voz suave, pausada, casi un susurro, que sin embargo atajaba conversaciones, apuntalaba argumentos, dictaba sentencia con la precisión de un bisturí. Vestía de forma sencilla e impecable: zapatos negros, azul marino los pantalones y la chaqueta, negro el chaleco en cuyos bolsillos colgaba os pulgares
- Descripción de Nyarlathotep
la cabeza abierta como una flor de la que brotaban decenas de tentáculos largos y finos