Alcheringa

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Descripción

La existencia de Alcheringa (el "Tiempo del Sueño" o "los Sueños", también conocido como Aranda, Alchera o Pitantjatjara) es el dogma fundamental de la religión aborigen. Durante Alcheringa, el mundo fue creado a partir de una monótona llanura, plana y oscura, o a partir de un océano ilimitado. La kurkurpa o kurunba (esencia vital), presente en varios puntos, fue usada por grandes dioses trascendentales o Espíritus Ancestrales para crear las características topográficas del paisaje, los animales que lo pueblan y los seres humanos que viven en él.

Alcheringa es eterna. Existe junto al mundo real, pero es invisible y está disociada de él. Los dos mundos coinciden en ciertos puntos espiritualmente importantes, en los que se puede encontrar kurkurpa. Estos lugares de encuentro, empapados en kurkurpa, son la razón de la existencia continua de la humanidad. El propósito de la vida es hacer que se manifieste Alcheringa por medio de rituales y ceremonias sagradas o laicas, que deben llevarse a cabo en los momentos y lugares apropiados. Mientras exista Alcheringa, también se producirá el ciclo de la vida vegetal y animal.

Los mitos sobre Alcheringa forman la historia oral de los pueblos; los nuevos acontecimientos o bien son olvidados tras unas pocas generaciones, o son incorporados a los ciclos de canciones y se les otorga la misma categoría que al resto del Tiempo del Sueño. Las leyendas de los aborígenes nos hablan de vulcanismos activos (la última erupción australiana se produjo hace 7000 años), la existencia y la desaparición de la megafauna pleistocénica, la subida de los océanos, el paso de un terreno fértil y exuberante al desierto y el comercio con los Bainu y los indonesios.

Los Antepasados Espirituales

Las acciones de los Espíritus Ancestrales de los tótems en el Tiempo del Sueño fueron las que formaron la topografía y los paisajes naturales del mundo. La religión de los aborígenes sostiene que desde entonces los paisajes naturales no han sufrido ningún cambio. Estos seres espirituales vivieron vidas normales, comiendo, durmiendo, recolectando comida y luchando. Cuando Alcheringa finalizó, lo que una vez no había sido nada se había transformado en el mundo. Cuando los Espíritus Ancestrales murieron, tanto ellos como algunas de sus posesiones se transformaron en roca. Estas rocas siguen estando en el mundo real, en forma de fuentes vitales de kurkurpa.

Los mitos seculares del Tiempo del Sueño enseñaron a los niños sus deberes y obligaciones, la ley, las costumbres sociales y las fuentes de agua y alimentos. La gente podía moverse a través de territorios desconocidos usando los Caminos ancestrales del Sueño, identificables por medio de unas características topográficas a las que los ciclos de canciones habían revestido de importancia.

Los viajes épicos de Kunjula y Malu, Euro y Canguro, forman los principales Caminos del Sueño pertenecientes al Centro (el centro del continente), mientras que el rastro de la Serpiente del Arco Iris serpentea desde el Norte hasta el Sur, atravesando el continente. Cada una de las diferentes tribus que se encuentran a lo largo de estas rutas del Sueño conocen su parte del mito.

Si los lugares del Sueño de una tribu se corrompen o son profanados, el Sueño en sí también se corrompe; la especie para la que se forma el kurkurpa deja de tener descendencia y el ciclo de la vida se resquebraja, lo que acaba teniendo consecuencias desastrosas. Esta creencia es fuerte: un trabajador aborigen a quien se obligó a excavar un lugar sagrado con un bulldozer intentó luego usar ese mismo bulldozer para intentar reemplazar la tierra que había removido. Murió dos días después, completamente loco. Estuvo lloviendo desde que profanó el lugar hasta que murió. Sus parientes atribuyeron su muerte al enfado de los antepasados espirituales de ese lugar. Los desastres naturales, incluyendo al ciclón Tracy que en 1974 redujo Darwin (Territorio del Norte) a un montón de escombros y de chapas metálicas, son aún atribuidos por tribus cercanas al enfado de los Espíritus Ancestrales ante la destrucción de sus lugares sagrados por parte de las compañías mineras

Una persona que ha salido de sus territorios tribales es alguien que ha perdido sus Sueños. Ha perdido su esperanza para el futuro.

Los Espíritus Ancestrales eran la fuente original de las leyes y costumbres de la tribu, de aquí que las leyes y las costumbres fuesen tan viejas como el mundo. La vida social era complicada y conservadora. Para cualquier acción, era necesario encontrar algún precedente en los Sueños, o debía estar inspirada por los Héroes de la Creación. La inventiva no pertenecía a las personas, sino que procedía del mundo de los espíritus.

El grupo de parentesco formado por la identidad totémica era la base de la justicia y de las bodas; los futuros consortes eran prometidos o negociados con individuos de fuera del grupo totémico que tuviesen algún parentesco específico con los individuos de dentro del grupo (como por ejemplo, un cuñado). Los tótems podían ser de tres tipos: paternal, maternal o conceptivo, variando de una región a otra. La filiación paterna indicaba que el niño pertenecía al tótem del padre y la filiación materna, a la de la madre. La filiación conceptiva aparecía en aquellas tribus que creían que la concepción era el resultado de la impregnación de la mujer por los espíritus, en ciertos lugares del Sueño sagrados para determinadas especies. En estas tribus, el niño conseguía su tótem gracias al trabajo detectivesco de un familiar, que estudiaba los movimientos de su madre para determinar el lugar por el que había pasado para tener ese niño.

Un tótem es una especie animal o vegetal concreta, unida al niño a través de sueños y rituales, en particular a través de varios estados de iniciación. Se podía comer o usar el tótem, pero nunca podía ser ridiculizado. No había un cuerpo sacerdotal establecido, de modo que cualquier varón que presentase aptitudes especiales podía, con el tiempo, llegar a ser el guardián de un lugar concreto y responsabilizarse de las ceremonias en las que estuviese involucrado. Esto otorgaba a un hombre poder y estatus dentro de la comunidad; la toma de decisiones comenzaba en un círculo de ancianos de este tipo, aunque se llegaba a un acuerdo final por medio de discusiones de grupo y consenso general.

La justicia se centraba dentro del grupo de parentesco, que nunca daba su apoyo a alteraciones flagrantes de la costumbre; la justicia era dura pero equitativa. El mantenimiento de los lugares sagrados era el foco de la vida de la comunidad y la pena por haber pasado por lugares prohibidos (las mujeres no podían entrar en los lugares sagrados de los hombres y viceversa) era la muerte, incluso si se había hecho sin querer. Si la tribu no castigaba al transgresor, el Espíritu Ancestral podía ofenderse y tomar cartas en el asunto, a menudo castigando a una tribu entera por las faltas de una sola persona.

En los años 20, las tribus en contacto con la civilización del hombre blanco mantenían un difícil equilibrio entre la ley de los blancos y su propia ley; la ley tribal sólo era importante en las regiones remotas.

Enlaces

Información extraída del suplemento Terror Austral

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