Conde d'Erlette

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Descripción

El Conde d'Erlette es un aristócrata francés ficticio, autor del libro [[Cultes des Goules] (Erlette es un lugar situado cerca de Vyones, en Francia). El Conde d'Erlette se vio obligado de huir de Baviera en tiempos de la Revolución Francesa, cambiando entonces su nombre familiar por Derleth. El último miembro de la familia con título nobiliario murió en 1919.


Este personaje fue insipirado por el nombre de un antepasado de August Derleth (Compte d'Erlette fue un título real que poseyeron los ancestos de August Derleth).. El Conde d'Erlette fue nombrado por primera vez por Robert Bloch, en su historia "The Suicide in the Study" (1935)

H.P. Lovecraft usó este personaje en dos historias de 1935, dandole el apodo de "infame". El mismo August Derleth acabó utilizando este personaje en algunos de sus libros (The Adventure of the Six Silver Spiders (1950) y The Black Island (1952).). Por otra parte Conde d'Erlette era el sobrenombre utilizado por H.P. Lovecraft al referirse a Augusth Derleth

No fue hasta 1976 que se proporcionó nombre al Conde d'Erlette, Francois-Honore Balfour.

Relatos

  • El sello de R'lyeh (August Derleth)

Allí, como movido por un instinto, busqué sin vacilar en el estante tras el cual había descubierto los papeles. En él estaban algunos de los libros que mencionaba tío Sylvan en sus notas: los Fragmentos de Sussex, los Manuscritos Pnakóticos, los Cultes des Goules del Conde d'Erlette, el Libro de Eibon, los Unaussprechlichen Kulten de Von Junzt, y muchos otros. Pero, ¡lástima!, la mayoría estaban en latín o en griego, lenguas que apenas dominaba yo, aun cuando, mal que peor, pudiera defenderme en francés o alemán.

Existe la prueba tangible, en forma de notas marginales, de que estudié con minuciosidad libros como Cultes des Goules del Conde d'Erlette, De Vermis Mysteriir de Ludvig Prinn, Unaussprechlichen Kulten de Von Junzt, los fragmentos que se conservan del extraño Libro de Eibon, y el temido Necronomicón del árabe loco Abdul Alhazred. También es innegable que durante el período de mi singular mutación se apreció el desarrollo de una nueva y siniestra actividad de los cultos clandestinos.

El propio Blake había leído algunos de ellos: una versión latina del execrable Necronomicón, el siniestro Liver Ivonis, el abominable Cultes des Goules del Conde d'Erlette, el Unaussprechlichen Kulten de von Junzt, el infernal tratado De Vermis Mysteriis de Ludvig Prinn. Había otros muchos, además; unos los conocía de oídas y otros le eran totalmente desconocidos, como los Manuscritos Pnakóticos, el Libro de Dzyan, y un tomo escrito en caracteres completamente incomprensibles, que contenía, sin embargo, ciertos símbolos y diagramas de claro sentido para todo aquel que estuviera versado en las ciencias ocultas.

Dewart supuso acertadamente que debía tratarse de alguna referencia a uno de los libros de la biblioteca. Sin pérdida de tiempo acercó la lámpara a las estanterías y se puso a examinar los títulos de los volúmenes. Había una notable diversidad de obras y la mayoría le eran totalmente desconocidas. Allí estaban la Ars Magna et Ultima de Lulio, la Clavis Alchimiae de Fludd, el Liver Ivonis, obras de Alberto Magno, la Clave de la Sabiduría de Artephous, los Cultes des Goules del Conde d'Erlette, De Vermis Mysteriis de Ludvig Prinn y otros muchos volúmenes deteriorados por los años y relacionados con la filosofía, la taumaturgia, la demonología, la cábala, las matemáticas y temas afines, entre ellos varios tomos de Paracelso y Hermes Trismegisto que tenían señales de haber sido muy usados.

En conjunto, era un curioso batiburrillo de libros. Los había en casi todos los idiomas conocidos, desde el francés hasta el árabe. Me era imposible traducir la mayor parte de los títulos, aunque leía francés y tenía ciertas nociones de otras lenguas románicas. Me era totalmente incomprensible el significado de un título como Unaussprechlichen Kulten, de Von Junzt, y si sospechaba que se trataba de un libro del mismo estilo que el Cultes des Goules, del Conde d'Erlette, era porque se hallaba colocado junto a él. Libros de zoología estaban mezclados con gruesos tomos que trataban de antiguas culturas. Y en esa mezcolanza se encontraban publicaciones como Un Estudio sobre la Relación Existente entre los Habitantes de Polinesia y las Culturas del Continente Suramericano con Especial Referencia a Perú; Los Manuscritos Pnakóticos; De Furtivis Literarum Notis, de Giambattista Porta; la Criptografía, de Thicknesse; el Daemonolatreia, de Remigius; La Era de los Saurios, de Banfort; una colección del Transcript, de Aylesbury, Massachusetts, etcétera. Era indudable que, por su antigüedad, muchos de estos libros eran valiosísimos. Gran cantidad de ellos habían sido editados entre 1670 y 1820 y se encontraban en perfecto estado de conservación, pese a haber sido constantemente manipulados.

Hay pruebas palpables -mis anotaciones marginales- de que estudié a conciencia libros tales como el Cultes des Goules del Conde d'Erlette, De Vermis Mysteriis de Ludvig Prinn, el Unaussprechlichen Kulten de von Junzt, los fragmentos que se conservan del enigmático Libro de Eibon, y el terrible Necronomicón del árabe loco Abdul Alhazred. Y es innegable, además, que durante el tiempo de mi sorprendente cambio, renació una perversa actividad en numerosos cultos secretos.

  • La risa del vampiro (Robert Bloch)

Su partida me dejé en un estado de gran excitación. Ahí tenía, por fin, un caso digno de estudio: ¡un profesor de universidad, culto, bien educado, inteligente, presa de pesadillas y terrores nocturnos propios de un niño! Resolví escribir una monografía que registrara los resultados del tratamiento. Estaba convencido de que, a la noche siguiente, se revelaría la incontrovertible falacia de sus preocupaciones y de que el efecto curativo sería inmediato. Dediqué gran parte de aquella velada al estudio y a la investigación de todas y cada una de las circunstancias del caso; y la mañana siguiente, a una revisión apresurada, aunque intensa, de la edición expurgada del Cultes des Goules del Conde d'Erlette.

Estos libros en varios idiomas llevaban títulos como: los Manuscritos Pnakóticos, el Texto de R’lyeh, los Unaussprechlichen Kulten de von Junzt, el Libro de Eibon, los Cánticos de Dhol, los Siete Libros Crípticos de Hsan, De Vermis Mysteriis de Ludvig Prinn, los Fragmentos de Celaeno, los Cultes des Goules del Conde d'Erlette , el Libro de Dzyan , una copia fotostática del Necronomicó, de un árabe llamado Abdul Alhazred, y muchos otros, algunos aparentemente en forma de manuscritos.

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