Fragmentos de Eltdown

De Wiki Cthulhu juego de Rol

Detalle
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Título: Fragmentos de Eltdown
Idioma: Desconocido
Fecha: Desconocido
Autor: Desconocido
Tiempo lectura: 36 semanas
Tiempo ojear: 72 horas
COR: 1D6/2D6
Mitos Cthulhu: +14 %
Ciencias ocultas: - %
Hechizos
Multiplicador de hechizos Sin especificar


Tabla de contenidos

Descripción

Los Fragmentos de Eltdown, un juego de piezas de cerámica, fueron descubiertos en 1882 por los doctores Abel Dalton y Nigel Woodford de Cambridge durante una exploración geológica cerca de Eltdown, Sussex. Poco después de su hallazgo, los dos doctores declararon que las tablillas carecían tanto de traducción como de importancia, y acabaron enviándoselas a uno de sus ayudantes, Cordón Whitney, a la Universidad Beloin de Hanover, Wisconsin. Ya entonces, los pocos ocultistas que tuvieron ocasión de ver los Fragmentos se percataron de su parecido epigráfico con extractos de los Manuscritos Pnakóticos.

El reverendo Arthur Brooke Winters-Hall, filólogo amateur, ayudó en las excavaciones. Trabajando en silencio durante los siguientes treinta años, Winters-Hall consiguió descifrarlos. Sus cuarenta y ocho páginas de Los Fragmentos de Eltdown: conjetura de traducción se publicaron en 1912 con una tirada de cincuenta ejemplares, tras los que se imprimieron trescientos más para consumo público en 1917. En este panfleto, el reverendo describía los contenidos y citaba evidencias de su relación con los misteriosos Manuscritos Pnakóticos. Hubo quien afirmó que su traducción resultaba demasiado extensa para el escaso material que ofrecían los fragmentos, mientras que otros le acusaron de omitir información.

Se sabe que el doctor Cordón Whitney de la Universidad Beloin había trabajado en los fragmentos, mas tras su muerte el material nunca vio la luz. Los Fragmentos de Eltdown gozaron de cierta fama en 1940, cuando un supuesto juego de placas metálicas idénticas fueron descubiertas en las afueras de Londres durante el bombardeo alemán, mas no tardó en demostrarse su falsificación.

Los fragmentos originales se encuentran en el Museo de la Universidad Beloin, si bien no están expuestos al público. Algunos de ellos se encuentran en la actualidad en la Biblioteca Universitaria de Miskatonic. Se puede solicitar permiso para ver y estudiar los fragmentos, pero su traducción requiere cierto conocimiento de la lengua escrita de los antiguos.

Otras ediciones

Hechizos

Otros beneficios

Los lectores reciben una prueba de habilidad en Ciencias Ocultas. Además, los apuntes a la traducción de Winters-Hall y Whitney se encuentran depositados en el Museo Británico y Beloin, respectivamente. El estudio de estos apuntes durante seis semanas otorga una Lengua de los Mitos (Cifrado Antiguo) inicial de 1D6+1 percentiles. Los lectores de los fragmentos podrían experimentar cierta desorientación temporal, u otros casos de dilatación temporal.

Relatos

Esta tarde he leído algunos de los libros de la gran y sombría biblioteca de la parte trasera del primer piso y he concebido algunas sospechas que no me atrevo a mencionar. Nunca había visto el texto de los manuscritos Pnakóticos o los fragmentos de Eltdown antes, y desearía no haber llegado a saber lo que contenían.

Cuando estas criaturas llegaron a la Tierra, construyeron poderosas ciudades de basalto con grandes torres sin ventanas, y devoraron todos los seres vivos que encontraron. Entonces fue cuando llegaron los espíritus de la |Gran Raza, procedentes de aquel oscuro mundo transgaláctico que, según las turbadoras y discutibles Arcillas de Eltdown, recibe el nombre de Yith

Una vez, hacía ya mucho tiempo, y mientras ejercía su profesión de geólogo, había leído algo acerca de aquel cubo. Tenía que ver con aquellos discutibles e inquietantes fragmentos llamados Arcillas de Eltdown, que habían sido extraídos en unas excavaciones de estratos precarboníferos en el sur de Inglaterra, treinta años antes. Su forma y las marcas que aparecían en aquellos fragmentos eran tan extraños, que algunos estudiosos insinuaron un origen artificial. Procedían, según se estableció claramente, de una época en que ningún ser humano habitaba el planeta, pero sus contornos y los trazos que se apreciaban en ellos hacían presumir la intervención de la mano del hombre [...] La fuente era menos digna de confianza, pero mucho más interesante. Hacia el año 1912, un clérigo de Sussex, culto pero con inclinaciones hacia el ocultismo, el reverendo Arthur Brooke Winters-Hall, procedió a identificar las marcas de Arcillas de Eltdown, y afirmó que se trataba de unos “jeroglíficos prehumanos”, que se veneraban en ciertos círculos místicos

Cuando esos seres llegaron a la Tierra construyeron poderosas ciudades basálticas de torres sin ventanas y depredaron de forma horrible sobre los seres que se encontraron aquí. Así fue hasta que las mentes de la Gran Raza cruzaron el vacío, procedentes de ese oscuro y transgaláctico mundo, conocido en los perturbadores y discutibles Fragmentos de Eltdown como Yith.

Hilos de discusión

Este libro apareció en el Manual del Guardián. Volumen I y en El Bosque de los mil Retoños vol.1

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