Ghroth
De Wiki Cthulhu juego de Rol
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Descripción
Este Dios Exterior es una especie de «estrella nemesis»: un ser parecido a una estrella, del tamaño de un planeta, hechos de gas, ceniza y hierro fundido. Es una nefasta esfera color rojo óxido, cuya superficie está surcada por fallas o grietas. Ghroth de vez en cuando forma grandes ojos a partir de vastos mares ocultos bajo su corteza. Su ausencia de la corte insana de Azathoth es debido al deber eterno que realiza: es el heraldo de las canciones que sólo las estrellas insensibles y los Primigenios muertos pueden oír. Las estrellas son urgidas a colocarse en la posición correcta y los Primigenios despiertan en los mundos por los que Ghroth pasa.
Ghroth es el precursor y el hacedor de la perdición de los mundos. Cuando el Dios Exterior se acerca a un mundo, las mareas cambian, los volcanes entran en erupción, y se experimentan horribles tormentas, terremotos y maremotos. Su llegada es el signo de la catástrofe para un sistema solar, puesto que el Dios Exterior empieza a tirar de los planetas para que se coloquen en nuevas órbitas y así despertar a dioses oscuros y durmientes con su música de las esferas.
Se especula con que la aparición de Ghroth fue la causa de la destrucción de Shaggai.
Armas
No posee ataques, aunque su simple acercamiento provoca terremotos, maremotos y grandes desastres en los planetas de los sistemas solares por los que se acerca.
Armadura
Ninguna. Ghroth podría ser, teóricamente, expulsado si sufriera una ingente cantidad de daño. Si de alguna forma se le redujera a 0 PdV, su cuerpo se reduciría a una nube inerte de polvo y rocas para después volverse a reformar en otra galaxia o dimensión, totalmente regenerado
Hechizos
No posee hechizos.
Culto
Ghroth tiene pocos adoradores, en su mayoría astrólogos y otros interesados en las estrellas.
Relatos
- The Tugging (Ramsey Campbell)
Era rojo como el óxido, sin rasgos excepto por protuberancias bulbosas como colinas... excepto que por supuesto no eran colinas si podía verlas a aquella distancia; debían de ser inmensas. Parecía colgar pesadamente, comunicando un poderoso sentido inminencia, de poder... Después se movió... la superficie de un planeta na se mueve... la superficie de un planeta no se agrieta, no se vuelve hacia atrás de esa forma, no se repliega a lo largo de miles de kilómetros para que puedas ver ¡o que hay debajo, pálido y brillante.