Máscara viviente

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Desde su encuentro con el profesor Albert Wilmarth (relatado en «El que susurra en la oscuridad» de Lovecraft), los mi-go han avanzado en su método de utilizar rostros humanos para hacerse pasar por otros. Cuando Wilmarth se encontró por primera vez con Henry Akeley,
Desde su encuentro con el profesor Albert Wilmarth (relatado en «El que susurra en la oscuridad» de Lovecraft), los mi-go han avanzado en su método de utilizar rostros humanos para hacerse pasar por otros. Cuando Wilmarth se encontró por primera vez con Henry Akeley,
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En los primeros intentos por suplantar a un humano, los [[Mi-go|mi-go]] que se hacían pasar por él llevaban la piel de un humano desollada de su cráneo, incluido el cuero cabelludo. Ahora sus máscaras son mucho menos burdas, aunque siguen sacándolas de los cráneos de sus víctimas. Cuando las extraen de una víctima (esperemos que ya muerta), las carnosas entrañas se recubren con la materia cerebral cosechada de un bebé [[[[Mi-go|mi-go]] . A continuación, se rocía un sellador en el interior de la carne inmediatamente antes de su colocación para garantizar una adhesión adecuada. Esta máscara viviente tiene ahora la apariencia y la funcionalidad de un rostro humano normal; los [[Mi-go|mi-go]] controlan los movimientos faciales mediante una conexión telepática a través de la materia cerebral incrustada en la máscara. Sin embargo, el portador está limitado. Como los [[Mi-go|mi-go]] son incapaces de comprender las emociones humanas, cualquier intento de expresar la risa u otros sentimientos resulta extremadamente extraño.
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En los primeros intentos por suplantar a un humano, los [[Mi-go|mi-go]] que se hacían pasar por él llevaban la piel de un humano desollada de su cráneo, incluido el cuero cabelludo. Ahora sus máscaras son mucho menos burdas, aunque siguen sacándolas de los cráneos de sus víctimas. Cuando las extraen de una víctima (esperemos que ya muerta), las carnosas entrañas se recubren con la materia cerebral cosechada de un bebé [[Mi-go|mi-go]] . A continuación, se rocía un sellador en el interior de la carne inmediatamente antes de su colocación para garantizar una adhesión adecuada. Esta máscara viviente tiene ahora la apariencia y la funcionalidad de un rostro humano normal; los [[Mi-go|mi-go]] controlan los movimientos faciales mediante una conexión telepática a través de la materia cerebral incrustada en la máscara. Sin embargo, el portador está limitado. Como los [[Mi-go|mi-go]] son incapaces de comprender las emociones humanas, cualquier intento de expresar la risa u otros sentimientos resulta extremadamente extraño.
Si lo desea, un humano puede llevar una máscara de este tipo para hacerse pasar por otra persona, pero, sin las aptitudes telepáticas de los [[Mi-go|mi-go]], será poco más que una burla holgada y pálida de un rostro. La máscara se degrada con el tiempo y acaba pudriéndose después de 5 usos, a menos que se sumerja en productos químicos especiales que la mantengan viva. Ponerse una de estas máscaras provoca la pérdida de 0/1D4 puntos de Cordura.
Si lo desea, un humano puede llevar una máscara de este tipo para hacerse pasar por otra persona, pero, sin las aptitudes telepáticas de los [[Mi-go|mi-go]], será poco más que una burla holgada y pálida de un rostro. La máscara se degrada con el tiempo y acaba pudriéndose después de 5 usos, a menos que se sumerja en productos químicos especiales que la mantengan viva. Ponerse una de estas máscaras provoca la pérdida de 0/1D4 puntos de Cordura.
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=Relatos=
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* [[El que susurraba en la oscuridad]] ([[Howard Phillips Lovecraft]])
* [[El que susurraba en la oscuridad]] ([[Howard Phillips Lovecraft]])

Revisión actual

Arma
Imagen:noimage.gif
Tipo: Máquina sísmica de explotación minera

Descripción

Desde su encuentro con el profesor Albert Wilmarth (relatado en «El que susurra en la oscuridad» de Lovecraft), los mi-go han avanzado en su método de utilizar rostros humanos para hacerse pasar por otros. Cuando Wilmarth se encontró por primera vez con Henry Akeley,

En los primeros intentos por suplantar a un humano, los mi-go que se hacían pasar por él llevaban la piel de un humano desollada de su cráneo, incluido el cuero cabelludo. Ahora sus máscaras son mucho menos burdas, aunque siguen sacándolas de los cráneos de sus víctimas. Cuando las extraen de una víctima (esperemos que ya muerta), las carnosas entrañas se recubren con la materia cerebral cosechada de un bebé mi-go . A continuación, se rocía un sellador en el interior de la carne inmediatamente antes de su colocación para garantizar una adhesión adecuada. Esta máscara viviente tiene ahora la apariencia y la funcionalidad de un rostro humano normal; los mi-go controlan los movimientos faciales mediante una conexión telepática a través de la materia cerebral incrustada en la máscara. Sin embargo, el portador está limitado. Como los mi-go son incapaces de comprender las emociones humanas, cualquier intento de expresar la risa u otros sentimientos resulta extremadamente extraño.

Si lo desea, un humano puede llevar una máscara de este tipo para hacerse pasar por otra persona, pero, sin las aptitudes telepáticas de los mi-go, será poco más que una burla holgada y pálida de un rostro. La máscara se degrada con el tiempo y acaba pudriéndose después de 5 usos, a menos que se sumerja en productos químicos especiales que la mantengan viva. Ponerse una de estas máscaras provoca la pérdida de 0/1D4 puntos de Cordura.

Relatos

Se describe lo que puede ser los primeros usos de los Mi-go de una Máscara viviente, aun bastante burda.


Con permiso de Akeley, encendí una lamparilla de petróleo, bajé la mecha y la coloqué sobre una estantería algo alejada junto al espectral busto de Milton. Al cabo de un rato lo lamenté pues daba al terso e inmóvil rostro y manos inertes de mi anfitrión una horrible apariencia, como si de algo anormal y cadavérico se tratara. Daba la impresión de que no pudiera hacer movimiento alguno, aunque le vi cabecear rígidamente de vez en cuando.

Enlaces

Este objeto aparece en Tiempo de Cosecha

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