Thompson

De Wiki Cthulhu juego de Rol

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Arma
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Probabilidad inicial: 15% %.
Daño: 1D10+2* pts.
Empalar:
Alcance: 18m m.
Ataques por turno: 1 o ráfaga
Capacidad (balas): 20/30/50
Coste: 225/500$
Resistencia: 8
Mágica No.

Descripción

Historia

Durante años la ametralladora Thompson ha sido el sueño de los investigadores. Poderosa, automática, y obtenible por medios legales, la Thompson es una pesadilla histórica para los guardianes que preferían enfatizar la investigación sobre los tiroteos en sus campañas de la era de la Prohibición. Sin embargo, aunque no hubiera una legislación que prohibiera tener armas automáticas antes de 1934, existían varias barreras históricas que podían mantener legítimamente esta arma fuera del alcance de los investigadores.

Aunque era legal que una persona tuviera una ametralladora antes de 1934, la Auto-Ordinance Compay (fundada por John Taliaferro Thompson) consideraba que el uso primario del arma era militar, y solo se ofrecía a los civiles cuando las ventas a las fuerzas armadas o policiales no cumplían las expectativas. Incluso así, la compañía no quería mala publicidad, y obligaba a los vendedores de armas a comprobar a los posibles compradores de sus armas. Ante cualquier signo de actividad criminal, problemas mentales, actividad política radical o pertenencia a un sindicato laboral, se negaban a vender. Muy pocos vendedores de armas querrían vender armas a criminales, y la compañía temía que la Thompson fuera asociada a la actividad criminal en la imaginación popular.

Los investigadores no deben temer que los gángsteres los superen en potencia de fuego. La imagen de Hollywood de que todos los contrabandistas y atracadores de bancos llevaban una Thompson está bastante lejos de la verdad. Históricamente, en Chicago, donde ocurrieron algunas de las más infames batallas entre bandas, las investigaciones solo han descubierto cuatro incidentes en los que estuvieran involucrados ametralladoras Thompson... y en esas luchas hubo más fallos que aciertos. Uno de los incidentes, una redada diurna en uno de los cuarteles generales de Capone el 20 de Septiembre de 1926, involucró once coches y más de un millar de balas disparadas. Los resultados fueron decepcionantes: un espectador herido, ninguna herida de bala y tampoco murió nadie. Por toda la nación, sin embargo, todo incidente en el que apareciera una Thompson se convertía en primera plana. Uno en particular, la Masacre del Día de San Valentín, permanece en el recuerdo hasta hoy en día. Muchos otros tiroteos fueron menos espectaculares, menos publicitados y menos recordados.

Las Thompson usadas por las bandas eran robadas a menudo de las armerías de la policía. La primera organización no-militar ue compró Thompson fue el Departamento de policía de Nueva York. Otros departamentos de policía siguieron el ejemplo. Pero esas armas no se les daban a los polis que recorrían las calles. Se guardaban en las armerías para las ocasiones especiales, y así se convirtieron incidentalmente en vulnerables al robo. Con el tiempo, la Oficina de Correos de EE.UU. compraría la mayor cantidad de Thompson hasta entonces. Más tarde los marines usarían el arma en la insurrección nicaragüense de 1928-1932 y luego en la Segunda Guerra Mundial.

Aún así, no es decisión de los guardianes si quieren que sus investigadores tengan acceso a las ametralladoras Thompson. Los investigadores son sus propios peores enemigos al respecto. Necesitan una buena razón para comprar un arma así, y cualquier actividad ilegal relacionada con ellos o con sus asociados resultará en una negativa de venta. Ningún vendedor de armas respetable venderá una Thompson a alguien que no conoce, y los vendedores con menos escrúpulos inflan el precio hasta diez veces más de los 225 dólares que costaba el arma. Así, el arma está disponible para los investigadores, pero solo para aquellos con una reputación intachable. Aquellos de poca fibra moral y mucho dinero en metálico pueden obtener una Thompson, pero sólo si pueden encontrar al muy infrecuente vendedor que desee asegurar su propia seguridad limando el número de serie del arma.

A la compañía le costó una década vender la primera producción de 15.000 unidades.


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