
- No caer en la tentación de estar consultando los libros todo el rato: Si no recuerdas una regla concreta, pero tienes una idea aproximada, hazlo como a tí te parezca y ya consultarás la regla después de la partida.
- Finalmente, las partidas con un único jugador tienen algunas pequeñas desventajas: básicamente, que el personaje sólo se tiene a sí mismo para enfrentarse a la aventura (en términos de juego, tiradas, combate, etc), y que el jugador que lleva el personaje, del mismo modo, sólo se tiene a si mismo (para que se le ocurran buenas ideas y tomar decisiones).
Por eso recomiendo encarecidamente que se añadan al menos uno (y dos todavía mejor) "personajes-no-jugadores" que estén siempre -o casi siempre- con el personaje, que sean sus aliados incondicionales.
Esto sirve para dos cosas: Para que el personaje pueda enfrentarse a la aventura en mejores condiciones (en términos de buscar pistas, habilidades destacadas, combate, etc...) y para que el Guardián pueda "ayudar" o "equilibrar" un poco las cosas, haciendo que a esos aliados se les ocurran algunas ideas, o den algunas pistas sobre cómo seguir la aventura. Vamos, hacer que sea un desafío, pero no que sea agobiante.
Una idea puede ser hacer un personaje "diletante" para el jugador/a (ric@ hereder@, aventurer@ acomodad@, etc...) que tenga uno o dos asistentes personales como aliados fieles, que sean PnJ's del Guardián (pueden ser secretari@, mayordomo, ama de llaves, guardaespaldas, familiar protector, perro de caza enorme, etc...)