Este último fin de semana, mi novia y yo nos hemos puesto con el primer escenario de la Liga Nacional.
Para curarnos en salud y hacerlo más interesante (o más complejo según se mire), hemos usado 8 personajes llevando cuatro cada uno...y ha sido glorioso:
Desde el primer momento nos dividimos, y mientras uno iba a cerrar el portal (habia un Sectario guardandolo y no era demasiado peligroso matarlo), los otros iban a la compra de objetos, la caza de pistas y la busqueda de eventos (el Fotografo con su habilidad especial es una maravilla para eso).
Mientras B. Navas le daba al cacumen y acumulaba pistas, Bob Jenkins compraba a mansalva y los demás vigilaban la ciudad a la espera de los acontecimientos, cuando de repente llegó el Carnaval Oscuro a la ciudad. Amanda Sharpe, la estudiante, decidió que era un buen momento para ampliar sus conocimientos academicos y a cambio de algo de cordura, consiguió más pistas. En los otros mundos, las cosas iban regulares ya que un encuentro con un Vagabundo Dimensional en Yuggoth, mandaba a la Científica aun paseo perdida en el espacio y el tiempo.
Los portales se seguian abriendo a buen ritmo, no habia oleadas de monstruos pero el contador de perdición crecia gota a gota a pesar de los sellados; el uso de Tomos arcanos se cobraba su precio en la cordura de los más sabios, mientras que los más duros clamaban por la aparición de algún monstruo más duro que Sectarios o similares, cuando de repente todo estalló.
Las obras públicas del ayuntamiento de Arkham liberan dos monstruos atrapados bajo una losa: ¡un Gugo y un Shoggoth!, y un turno más tarde la Logia del Crepúsculo de Plata hace un ritual y liberan dos monstruos más: ¡un Cthonian y un Pólipo Volante!. Los portales se abren, los monstruos invaden las calles, el nivel de terror está en el filo de navaja y cuando parecía que los horrores camparian por las calles a sus anchas, surge la figura de Paul Reed, el matón, el hombre de la Thompson y la sonrisa torcida (lo llevaba mi novia).
Con un par de huevos y varios cargadores para la metralleta se planta delante del bramante gugo. Su mente amenaza con desmoronarse, pero la determinación le hace aguantar. Una ráfaga, las plateadas balas vuelan pero la correosa piel del titán es demasiado dura. Un golpe, una herida, cae pero vuelve a levantarse, escupe un diente, carga la Thompson y le vacia el cargador al hijo de perra tumbandolo. Una sonrisa torcida, un trabajo bien hecho.
Se sellan portales, los monstruos van desapareciendo. Todo muy plácido, pero como un cuervo de desgracias aparece el Hombre de Negro ofreciendo poder a cambio de razón y cordura. ¿Alguno acepta? ¡Claro! La estudiante, como no podía ser menos, quiere saber aunque teme esos mismos conocimientos, pero es tan tentador...
En R'yleh, la Investigadora lucha a brazo partido contra horrores venidos de otros tiempos y dimensiones; el Celaeno, Joe Diamond teme mirar uno solo de los estantes llenos de libros más terribles que los monstruos físicos, y en Yuggoth, Bob Jenkins escapa por poco del pegajoso contacto de una monstruosidad apenas vislumbrada.
El Aniversario de la Quema de Brujas golpea la ciudad, y la vieja maldición de Sara Putley (nombre inventado) libera a dos vengadores del horror: un Pólipo Volante y Shoggoth (si, teníamos mala suerte con los bichos). Las calles de nuevo empiezan a ser peligrosas, cinco de los "Ocho de Arkham" están reunidos en el Manicomio por propia voluntad para someterse a diferentes curas, 3 están en los otros mundos sufriendo horror tras horror, y cuando todo se volvío en contra aparece la dulce Amanda con un arma inesperada traida de las Tierras del Sueño: la Flauta de los Otros Dioses.
Armada con el poder de música, se mete entre el Shoggoth, el Pólipo Volante y un Angel Descarnado de la Noche que pasaba por allí, sopla el instrumento y la melodía de la Corte Demente de Azathoth los envía al descanso eterno de la ciudad sin retorno. Esta fue la coda final.
Lo demás rutina: 6 simbolos arcanos en otros tantos lugares y la Cabra Negra se queda en su dimensión barbotando de rabia por la oportunidad perdida.
Los "Ocho de Arkham" salvaban el día.
P.D.: Obviamente he "novelado" un poco lo que ocurrío
P.P.D.: Estamos deseando empezar el segundo escenario
