por Naglfar Volfe el Jue Abr 03, 2008 10:32 am
¡Bueno, bueno, bueno! Para no hacer unos posts interminables, me limitaré a detallar la composición de la cena, en esta ocasión:
Primer plato:
Sopa de estrellitas (Tabaki estudió el mapa de las constelaciones con una precisión "astronómica", nunca mejor dicho) al anís en rama; acompañada del primer vino tintorro dulce que he probado en mi vida, vino anisado, como ya se ha comentado anteriormente.
Segundo plato:
Pollo aderezado con simiente de anís, guarnición "borracha" y salsa Marie Brizard; supliqué una cerveza al atento servicio, y cual no sería mi sorpresa cuando comprobé que estaba elaborada, en la mejor de las tradiciones de la hidromiel, con sémola de anís, y adornada con los tropezones a modo. Vamos, que había más sólido que líquido elemento, en el vaso que se me ofreció.
Postre:
Un delicioso pastel de bizcocho salpiconado de pepitas de... anís. A estas alturas, mis papilas gustativas estaban saturadas por el placer nebuloso de lo que se estaba convirtiendo ya en una seria melopea, la cual ayudó bastante a la interpretación de mi personaje.
P.D. 1: ¡Por supuesto que había ranas en el jardín! ¡Nos las hemos traído a Muspelheim, de hecho, y las amancebaremos para que sean el 1º premio del próximo torneo que convoquemos!
P.D. 2: ¡Nunca más ese toque de diana del domingo por la mañana, por favor! ¡Con 'Campeones' se me puso la carne de gallina!
¿Dónde está el norte en el universo sin fin? ¿Allí donde mi alma me arrastra sin vacilación? Sí, pero siempre con 3 cervezas en el estómago.