
Cuando el mundo se sumió en la vejez, y la maravilla rehuyó la muerte de los hombres; cuando ciudades grises elevaron hacia cielos velados por el humo torres altas, temibles y feas, a cuya sombra nadie podía soñar el sol ni las praderas floridas de la primavera; cuando el conocimiento despojó a la tierra de su manto de belleza, y los poetas no cantaron sino a distorsionados fantasmas, vistos a través de ojos cansados e introspectivos; cuando tales cosas tuvieron lugar y los anhelos infantiles se hubieron esfumado para siempre, hubo un hombre que empleó su vida, en la búsqueda de los espacios hacia los que habían huido los sueños del mundo.
-H.P.Lovecraft, Azathoth
El mito de la creación maorí cuenta como el mundo fue creado a partir de una pareja primordial, dos dioses a los que podríamos considerar aspectos de Shub-Niggurath. Rajinui y Paatuanuju, el padre cielo y madre tierra, yacen en un gran abrazo desde el inicio de los tiempos. En su loca procreación, ellos engendraron un sin número de niños que se vieron obligados a vivir apretados en la oscuridad. algunos de estos descendientes planearon matar a sus padres con el objetivo de liberarse, pero Tane, el dios de los bosques, sugirió una alternativa y usó la fuerza de sus piernas para separar a sus padres, permitiendo a los descendientes extenderse por el tiempo y el espacio.
Entonces Tane padre del primer pueblo, y los descendientes de Tane, que aún adoraban a los viejos dioses maoríes se escondieron en la sombra del monolito una Reliquia sagrada, llamada The Mask of Rakinui (La Sombra del Monolito, 120). Usaban la oscura y olvidada magia de Tane para repeler a los intrusos, ya que la mascara proporcionaba a su portador místicos poderes y un control limitado sobre es espacio y el tiempo.

Echando más leña al fuego
Uno de los poderes que aún mantienen los maoríes es la capacidad de crear guardianes de madera que sirven al pueblo. Aunque estas criaturas suelen ser más aterradoras que peligrosas, no están exentas de utilidad.
Cuando se destruye, un Wooden Homunculus (La Sombra del Monolito, 119) puede actuar como un Nexo Arcano (caja básica, 154). Tales dominios recién creados sirven a los fieles de Tane como combustible para los efectos baratos y reusables, como el de Y'Golonac (Caja Básica, 122) o Gules Voraces (Lamentos desde el subsuelo, 73), que pueden usar el poder del homúnculo para crear un crear un poderoso ejercito de gules capaces de detener a cualquier cazador de reliquias. Alternativamente, puedes costear el efecto de Devoradora de Mente (El Horror bajo la Superficie, 35) para aumentar tu control sobre las cartas de historia. Nada expresa más el verdadero poder como la capacidad de devorar los iconos de investigación y usarlo para ganar la historia con la Máscara de Rakinui antes de que resuelvan el resto de luchas.




Rakinui y Papatuanuku aún anhelan regresar a la proximidad que una vez compartieron, lo que acabaría con tada luz y vida. Cuando La Sombra del Monolito se alargue, la Máscara de Rakinui y otros poderes olvidados de los maorí pueden ser lo único que se interponga entre nosotros y la oscuridad eterna