Al principio, lo que más me atrajo de este libro fue su ambientación. Toda la acción se sucede en una pequeño isla (casi un islote), completamente incomunicado. El protagonista sabe que tardará un año antes de volver a ver a otra persona. Un aislamiento perfecto para la mediación y la contemplación... pero ideal igualmente para la paranoia y la locura. La acción tarda poco en inicarse, la primera noche el protagonista recibe una tetrica visita. El que deberia de ser su apacible hogar es sitiado por seres anfibios que llegan del mar, noche tras noche, sin descanso y sin pausa. Las comparaciones con los Profundos ideados por Lovecraft son prácticamente inmediatas

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Aunque la ambientación fue un punto a favor, lo que más me gustó fue el cambio en sus ideas que se sucede en el protagonista según avanza la historia, y su convencimiento de una muerte inminente. La evolución sobre su concepción sobre los otros dos habitantes de la isla es, creo yo, uno de los mejores puntos del libro.
Lo único que me desagradó, fue la situación en la que acaba el personaje. Sus últimas decisiones en el libro las encuentro demasiado forzadas. Cuando leais el libro entedereis a lo que me refiero.