Capítulo 5 - DESPERTAR EN TRES ACTOS

[manel8]

Egmund Müller
Profesor de Historia

Müller retrocede hasta topar con la pared. Una vez allí, se deja resbalar quedando sentado en el suelo. Durante un instante, todas las experiencias de esta noche le martillean la cabeza, aturdiéndole y desconectándole de la realidad, lo que provoca que cierre los ojos unos segundos. Para su desgracia, al abrirlos la situación no ha cambiado. La columna de oscuridad sigue ahí, contorsionándose y a tan solo unos metros de distancia...

Intentando controlarse, siquiera un mínimo, hace un rápido recorrido visual entre todos los presentes, para ver si alguien consigue llevar a cabo una respuesta medio coherente, a la vez que calcula dónde está la salida más cercana...

[sectario]

Adler Diermissen
Explorador y aventurero

Retrocedo a la par que sigo sentado en el suelo. Intento hacerme a la idea de que esa cosa es real, de que no es un fruto de mi imaginación, no es un juego de sombras, no es la broma más macabra que haya presenciado. Sigo retrocediendo. Esa cosa realmente existe. Algo golpea mi espalda. La pared... ¿tan cerca estaba? ¿tan pequeña es esta sala?. Ello parece seguir inminentemente cerca.

Observo la sala desde mi posición, en especial mi cercanía. * Habrá alguna alguna arma... * Necesito tener las manos ocupadas... aunque sea con un mango de escoba. * ¿Por qué no me traje mi querido fusil?... Sí, claro. Traerse el fusil a una exposición de un museo, una idea brillante... *

* ¡Céntrate Adler! Eso parece no moverse por ahora, quizás actúe contra solo contra aquello que le resulte hostil, o contra el movimiento. * Abro la boca para intentar balbucear... cuando otra idea se asienta en mi mente * ... o contra el sonido. *

Todos los presentes estaban asustados y con la sensación que su corazón se había quedado congelado. Los hombres que habían en la sala, sin excepción, notaron como algo se rompía en su interior y como un terror nacido de lo inexplicable tomaba presencia dentro de sus mentes para ocupar un lugar que nunca abandonaría ya

* ¿Kiefer Weissbrod también parece aterrorizado? * me pregunto* Quizás no haya tenido nada que ver con los hechos de esta noche... *

Sin saber como actuar... se me escapan los segundos. Pegado a la pared, aún sentando en el suelo. Sin saber como reaccionará esa cosa...

[Riley]

18 de abril de 1927, 22:47
Sala de exposiciones del Neues Museum
Berlín, República de Weimar

Intentando controlarse, siquiera un mínimo, hace un rápido recorrido visual entre todos los presentes, para ver si alguien consigue llevar a cabo una respuesta medio coherente

* ¿Kiefer Weissbrod también parece aterrorizado? * me pregunto* Quizás no haya tenido nada que ver con los hechos de esta noche... *

Uno de los trabajadores que había en la sala ayudando a cerrar el museo estaba gritando aterrado. Otro intentaba esconderse encogiéndose sobre sí mismo. El Doctor Kahlfuss permanecía muy cerca de la criatura informe caído al suelo de forma poco elegante. El Director Wemhoff estaba catatónico y plantado de pie a pocos metros del horrendo ser de légamo negro. Kiefer estaba un metro y medio detrás del Doctor Kahlfuss, también de pie, si bien daba vueltas sobre sí mismo con las dos manos sobre el rostro mientras valbuceba una canción infantil en un tono de voz prácticamente incomprensible.

(...) a la vez que calcula dónde está la salida más cercana...

Observo la sala desde mi posición, en especial mi cercanía. * Habrá alguna alguna arma... * Necesito tener las manos ocupadas... aunque sea con un mango de escoba.

Conservando increíblemente una gran frialdad y una potente lucidez ambos hombres empiezan a calcular sus posibilidades ante los recursos -quizás escasos o nimios- que hay disponibles a su alrededor. Müller advierte que el ser surgido del agujero oscuro está entre ellos y la puerta de salida del museo. Quizás podrían salir por una de las puertas de servicio del museo, pero esto implicaría adentrarse de nuevo en el edificio sin una salida clara.

Adler comprueba que lo más parecido a una herramienta contundente para poder golpear o defenderse de alguna manera sería romper una de las patas de las mesas sobre las que se exponen las piezas de la exposición o quizás uno de los mismos postes metálicos que sujetan las cuerdas que utilizó hace un rato para investigar la profundidad de la inconcebible mancha.

[sectario]

Adler Diermissen
Explorador y aventurero

Adler comprueba que lo más parecido a una herramienta contundente para poder golpear o defenderse de alguna manera sería romper una de las patas de las mesas sobre las que se exponen las piezas de la exposición o quizás uno de los mismos postes metálicos que sujetan las cuerdas que utilizó hace un rato para investigar la profundidad de la inconcebible mancha.

Miro la pata de la mesa mientras inconscientemente me relamo los labios...* Necesito un Whisky si realmente estoy pensando en utilizar una pata de mesa como arma contra eso ... aunque sea como arma defensiva. * Podría girar la mesa e intentar arrancar una de las patas, los objetos tanto me da si se rompen o no. Pero eso implicaría ruido...mucho ruido. * No, no es buena idea. Tomo uno de los postes metálicos, quitándoles la cinta enrollada. Realmente no creo que sea útil, pero que gratificamente es tener algo entre las manos. *

El Doctor Kahlfuss permanecía muy cerca de la criatura informe caído al suelo de forma poco elegante. El Director Wemhoff estaba catatónico y plantado de pie a pocos metros del horrendo ser de légamo negro. Kiefer estaba un metro y medio detrás del Doctor Kahlfuss, también de pie, si bien daba vueltas sobre sí mismo con las dos manos sobre el rostro mientras balbuceaba una canción infantil en un tono de voz prácticamente incomprensible.

* Ya ha ocurrido una muerte hoy... no deseo ser espectador de ninguna más. Un movimiento subido podría provocar un ataque si intentamos alejarlos... cualquier cosa podría provocar a esa cosa. Quizás...* Meto mi mano en mis ropas, y extraigo la pitillera. [*] Miro a Egmund Müller, y hago el gesto de lanzar la pitillera con objeto de hacer ruido.

No se que sucederá. ¿Se moverá la criatura hacia el ruido? ¿Se girará hacia allí? ¿O lo ignorará completamente?

Dejo trascurrir algunos segundos, por si Egmund realiza algún gesto que me indique que no es buena idea. En caso contrario lanzo la pitillera, para intentar llamar la atención de eso a un lugar alejado del Doctor Kahlfuss y el Director Wemhoff .



_________________________________________

[*] Dado que en mi ilustración estoy fumando, he supuesto que tengo una pitillera. En caso contrario lanzaré la cartera, un juego de llaves... lo que sea que. A ser posible metálico y que provoque ruido.

[manel8]

Egmund Müller
Profesor de Historia

Intentando controlar su entrecortada respiración, Müller asiente en silencio al comprender lo que pretende hacer Adler. Poco a poco comienza a incorporarse y, aunque con poca confianza en sus temblorosas piernas, se dispone a salir corriendo lo más rápido que pueda hacia el profesor o el director, el que se encuentre más próximo, agarrarlo y alejarse lo más posible de allí.

[Riley]

18 de abril de 1927, 22:47
Sala de exposiciones del Neues Museum
Berlín, República de Weimar


Adler y Müller se miran fíjamente... El explorador empieza a contar con los dedos de la mano izquierda mientras con la derecha balancea la pitillera.

Uno...

Ambos hombres se incorporan. Toman aire y en sus rostros se dibuja una mueca de determinación y valor al límite de aquel que sabe que puede morir en los próximos segundos.

Dos...

La pitillera empieza a volar de la mano de Adler Diermissen, avanzando hacia la espalda del ser informe que ha emergido del pavimento del museo. A cámara lenta ambos hombres empiezan a correr hincando con fuerza su rodilla de apoyo en suelo y sus brazos se mueven, uno hacia dentro y otro hacia afuera, con los puños apretados al ritmo de la carrera. Los segundos les parecen minutos, pero todo sucede en un mínimo instante comprimido...

Tres...

Los dos hombres están corriendo a toda velocidad. Müller hacia el Director Wemhoff [a la derecha de la criatura] y Adler hacia el Doctor Kahlfuss [a la izquierda del ser]. Ambos sólo miran hacia delante, con los dientes apretados y con los ojos a punto de salir de sus órbitas debido a la intensidad del momento.

Y la pitillera toca al suelo.

¡¡Se escucha un estridente sonido metálico!!

La pitillera ha chocado contra el enlosado y los cigarrillos estallan de su interior saltando algo más de metro y medio alrededor del punto de caída.

[Riley]

Semilla Informe
Nacida del agujero negro


El monstruo de légamo oscuro se agita sobre su irregular base mientras sus dos apéndices, que brotan de la parte posterior de lo que parece su cabeza, se agitan con fuerza, escuchándose un silbido al cortar el aire.

¡¡Un ruido a sus espaldas!!

Rápidamente otro apéndice brota de su parte posterior y azota con tremenda energía el piso, rompiendo el objeto que había hecho el ruido [la pitillera] y la losa de mármol que había debajo. Las astillas y el polvo de piedra saltan al mismo tiempo que se escucha un ruido ensordecedor producido por el chasquido del golpe.

La Semilla Informe se inclina lévemente a la derecha [hacia Müller] mientras su apéndice izquierdo corta el aire de nuevo y se enrolla, cual látigo, alrededor del torso y cintura del Doctor Kahlfuss, en otro sonoro crujido que no augura nada bueno para el revolucionario historiador, que con ambos brazos atrapados no puede hacer nada más que empezar a gritar de puro terror.

Rápidamente la Semilla nota como a su espalda pasa corriendo un hombre [Adler] que cambia ligeramente de dirección [iba hacia el Doctor Kahlfuss] y se dirige hacia otro que estaba muy cerca dando vueltas sobre sí mismo [Kiefer] y salta encima de él arrojándolos a ambos lejos del alcance del enorme légamo oscuro viviente. Pero al mismo tiempo otro individuo pasa por el otro lado [Müller] y se lanza contra otro de los hombres [el Director Wemhoff] que estaba catatónico y paralizado. El monstruo indescriptible lanza su apéndice derecho contra este -no se le escapará otra víctima- pero la suerte no le acompaña y pasa por encima, con lo que ambos hombres se deslizan sobre el suelo alejándose de su alcance inmediato...

* No importa... *

Le dice la voz.

* No importa... Con este es suficiente... *

La orden es clara. La Semilla Informe debe cumplir con su cometido.

[Riley]

18 de abril de 1927, 22:47
Sala de exposiciones del Neues Museum
Berlín, República de Weimar


Los dos investigadores miran hacia al ser mientras se recuperar de la enérgica y peligrosa acción que acaban de acometer. Respiran entrecortadamente y miran con algo de alerta y pánico el ser que tienen a sus espaldas, temiendo que este se acerque a ellos o peor aún: que los atacara.

Pero, afortunadamente, no es así.

El monstruo informe parece concentrado en el Doctor Kahlfuss. Lo mantiene sujeto en el aire, con sus pies bailoteando en el aire a poco más de un metro y medio del suelo, con sus dos apéndices principales. Pero... de repente, otro apéndice brota del torso legamoso del ser y se enrolla en la cintura del historiador, apretándole brazos y cintura. Y a continuación, brota un tentáculo negro más, que repite la acción del anterior... Y otro más, y otro... todo a una velocidad endiablada. Pronto sólo se pueden observar del desdichado Burke Kahlfuss, que no cesa de gritar, la cabeza y los pies.

Entonces, para sorpresa de todos los aterrados presentes, los ojos de la criatura indescriptible empiezan a brillar con un intenso fulgor blanco, tan potente que todos los que estaban en la sala -incluso los que estaban catatónicos o aterrados por el miedo- se llevan las manos al rostro para protegerse los ojos.

Y el Doctor continuaba gritando...

Sólo se escuchaban los chillidos incomprensibles y sin sentido del historiador, que se hallaba completamente presa del pánico.

Y el Doctor continuaba gritando...

Y justo entonces, mientras todos se intentaban ocultar la cabeza bajo la cintura para evitar la luz cegadora... los gritos del Doctor Kahlfuss cesaron.

Y sólo había silencio...

[sectario]

Adler Diermissen
Explorador y aventurero

Rápidamente la Semilla nota como a su espalda pasa corriendo un hombre [Adler] que cambia ligeramente de dirección [iba hacia el ] y se dirige hacia otro que estaba muy cerca dando vueltas sobre sí mismo [Kiefer] y salta encima de él arrojándolos a ambos lejos del alcance del enorme légamo oscuro viviente

Con la fuerza del impulso agarro a Kiefer por la cintura, alejándolo de esa cosa. Aunque mi primera intención era agarrar a Doctor Kahlfuss... al ser agarrado por eso tendré más posibilidades con Kiefer.

Con la fuerza del golpe, Kiefer y yo nos desplazamos una preciosos metros antes de que él caiga al suelo. Puedo escuchar como sigue tarareando una estúpida canción infantil. No se porque, pero me parece la melodía más tétrica que nunca he escuchado. Escuchar algo que normalmente relaciono con niños cantando, pero con esa voz atona privada de toda emoción me provoca una extraña aversión.

El monstruo informe parece concentrado en el Doctor Kahlfuss. Lo mantiene sujeto en el aire, con sus pies bailoteando en el aire a poco más de un metro y medio del suelo, con sus dos apéndices principales. Pero... de repente, otro apéndice brota del torso legamoso del ser y se enrolla en la cintura del historiador, apretándole brazos y cintura. Y a continuación, brota un tentáculo negro más, que repite la acción del anterior... Y otro más, y otro... todo a una velocidad endiablada. Pronto sólo se pueden observar del desdichado Burke Kahlfuss, que no cesa de gritar, la cabeza y los pies.

Los gritos inundan mis oídos, ahogando la tonadilla de Kiefer. Es terrible ver el sufrimiento de Doctor Kahlfuss. * Quizás podría haberlo salvado. Quizás podría haberle liberado de la presa de esa cosa. *. Los gritos introducen en mi cerebro. De forma desesperada arrastro a Kiefer. Intentado acercarme a alguna puerta, alguna salida que nos aleje de esa cosa... de esa cosa y del pobre Doctor Kahlfuss.

[manel8]

Egmund Müller
Profesor de Historia

El impulso de la carrera termina con Müller y un ausente Wemhoff por los suelos, pero al menos a una distancia relativamente segura del ser.

No todos han tenido esa suerte.

La refulgente luminosidad que emana de la criatura le obliga a cubrirse el rostro con las manos. Visto los espeluznante sonidos que emite el anciano profesor, no sabe si eso ha sido una molestia o una bendición.

Ahora, el cesar los gritos, Müller comienza de manera dubitativa a separar sus dedos lentamente, muy lentamente, preparándose para lo peor...