Con dos años de retraso hemos descubierto el Almacenero y yo este juego.
Ahora, los que os sentíais perezosos a abordar un wargame por miedo a hundiros en toneladas de plomo con formas extrañas, ya no tenéis excusa. Ahora, 2.000 puntos de ejército caben en la funda de una carta de Call of Cthulhu. Ahora se puede desplegar en la mesa de una cafetería un par de contingentes. Ahora la tabla de referencias es una cartita, y no dos tomos de normas y excepciones, mas las consabidas aclaraciones.
Y todo ello sin perder el espíritu de un juego de guerra. Es decir, vamos a seguir necesitando una cinta métrica (de pulgadas) y unos cuantos dados de 6 caras. Vamos a necesitar de una estrategia pues, aunque a tamaño minimalista, vamos a encontrar dificultades del terreno, tropas que disparan y similares zarandajas; y, of course, vamos a tener que elegir una facción de entre la fauna habitual de la fantasía épica.
El formato es rompedor. Cada lista de ejército se completa con la adquisición de 2 mazos (29 € en total, si no me equivoco), y ahí ya te vienen más de 10.000 puntos a elegir para hacerte tu batallón. Se ofrece como kit un recortable con escenografía en 2 dimensiones, a igual escala, y un mazo donde puedes generar escenarios aleatorios o, si lo prefieres, jugar una campaña.
Este próximo sábado, por la mañana, y como preámbulo de la presentación de la nueva campaña de Fantasy Warriors, jugaremos algunas partidas de presentación en Muspelheim.