San Borondón, 1865
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- | + | En el año 1979 la isla canaria de La Gomera recibió en sus costas occidentales un legajo imposible al que nadie presto atención. En sus orillas aparecieron, un día de mayo, ciento veintitrés cuartillas de papel manuscritas que flotaban sin destinos mecidas por las corrientes marinas, unos papeles de lectura prácticamente imposible porque su tinta, lamida por el vaivén de las aguas se había corrido, dibujando formas extrañas cuando no se había ausentado por completo de las hojas. Este legajo de papeles errantes en absoluto fue noticia popular ni interesó a nadie debido a la vasta dispersión de los mismos -extraña por no seguir el patrón habitual de movimientos de las aguas- y la imposibilidad de extraer de ellos más que palabras o frases sueltas en el mejor de los casos, información inconexa que veía a no contar nada. Lo más curioso, y por ello llamó la atención de los pocos que hicieron el esfuerzo de recogerlas, fue que el papel tenía aspecto de ser francamente antiguo, una especi de pliego descompuesto por la acción de los elementos que nadie había visto anteriormente | |
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=Resumen (contiene spoilers)= | =Resumen (contiene spoilers)= | ||
- | Amelia trabaja como restauradora de libros en el Museo Británico. Ama tanto su trabajo, que suele quedarse más allá de su horario laboral, e incluso visita el Museo como visitante cuando es su día de fiesta. A pesar de ello conoce de la existencia de unos libros. A pesar de ello teme algunos ejemplares, especialmente un viejo incunable del que sólo queda la mitad. | ||
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- | Un viernes, mientras regresa del trabajo a su casa detecta el olor de libros viejos. Siguiendo este olor llega a encontrar una hoja perdida de un incunable. Y no será la primera hoja. Otras hojas se le irán apareciendo, una a una según las va cogiendo del suelo. Sin que sea consciente irá persimiento las hojas encontradas una a una. Finalmente descubrirá que las hojas que ha ido agrupando se trata de la otra mitad del libro Amelie no pudo acabar de restaurar. El libro desea ser leido, lo que liberará la clausula de Yog-Sothoth. La mayor parte de las chicos observan a las chicas, mientras Amelia traduce el libro maldito, una edición completa gracias a a llazgo. | ||
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Revisión de 22:08 14 feb 2015
Detalle |
Título: San Borondón, 1865 |
Título original: San Borondón, 1865 |
Autor: Joaquín Fernand |
Fecha creación: |
Fecha publicación Diciembre 2014 |
Primera publicación Donde reside el horror |
Colaboradores: No |
Tabla de contenidos |
Primer párrafo
En el año 1979 la isla canaria de La Gomera recibió en sus costas occidentales un legajo imposible al que nadie presto atención. En sus orillas aparecieron, un día de mayo, ciento veintitrés cuartillas de papel manuscritas que flotaban sin destinos mecidas por las corrientes marinas, unos papeles de lectura prácticamente imposible porque su tinta, lamida por el vaivén de las aguas se había corrido, dibujando formas extrañas cuando no se había ausentado por completo de las hojas. Este legajo de papeles errantes en absoluto fue noticia popular ni interesó a nadie debido a la vasta dispersión de los mismos -extraña por no seguir el patrón habitual de movimientos de las aguas- y la imposibilidad de extraer de ellos más que palabras o frases sueltas en el mejor de los casos, información inconexa que veía a no contar nada. Lo más curioso, y por ello llamó la atención de los pocos que hicieron el esfuerzo de recogerlas, fue que el papel tenía aspecto de ser francamente antiguo, una especi de pliego descompuesto por la acción de los elementos que nadie había visto anteriormente
Resumen (contiene spoilers)
Inspiración
Detalles
El prólogo es:
Sus ojos relampagueaban con un brillo salvaje Su perfil cadavérico expresaba una concentración total en los viejos caracteres que cubrían las páginas del libro. Cuando traducía en voz alta, las frases retumbaban como una letanía del diablo...