Galera negra

De Wiki Cthulhu juego de Rol

Descripción

Las Galera negras son unos barcos de los que se desconoce el origen, y atracan en Dylath-Leen para comerciar. Estas extrañas Galera negras son por un lado esperadas en Dylath-Leen ya que los rubís que traen no se pueden conseguir de ningún otro lugar, pero a la vez son temidos por el olor indescriptible que originan.

Los comerciantes que transportan son unos extraños hombres que se caracterizan por una ancha boca, por llevar unos turbantes con dos extraños bultos y unos calzados inusitadamente pequeños. Estos comerciantes ofrecen unos rubi, intercambiandolos por esclavos negros y oro.

Las Galera negras son unos trirremes, pero a pesar de ellos jamás se ha viento en Dylath-Leen desembarcar a ningún galeote. Ni siquiera se ha visto a algún galeote salir a la luz del sol

Estas enigmáticas Galera negras son dirigidas por bestia lunares, mientras que los comerciantes son Hombre de Leng. Tienen como origen la cara oculta de la Luna tal y como descubrió Randolph Carter al ser secuestrado por uno de los comerciantes. Randolph Carter intentó evitar que continuase el comercio en Dylath-Leen, pero los habitantes de la ciudad ignoraron sus recomendaciones ya que no había otra posibilidad de obtener los tan preciados rubís.

Relatos

pero tiene mala reputación en Ulthar a causa de los negros trirremes que entran en su puerto cargados de rubíes, venidos de no se sabe qué litorales. Los comerciantes que vienen en esas galeras a tratar con los joyeros son humanos o casi humanos, pero jamás han sido vistos los galeotes [...] Los mercaderes que venían en esa galera tenían la boca desmesurada, y sus turbantes formaban dos bultos hacia arriba desde la frente que resultaban particularmente desagradables. Su calzado era el más pequeño y raro que se hubiera visto jamás en los Seis Reinos [...]Era de noche cuando la galera pasó entre los pilares basálticos del Oeste, y el ruido de la catarata final se hizo ensordecedor. Y la nube de agua pulverizada se elevaba hasta oscurecer el fulgor de las estrellas, y la cubierta se puso más húmeda, y el barco se estremeció zarandeado por la corriente embravecida del borde del abismo. Luego, con un extraño silbido y de un solo impulso, la nave saltó al vacío, y Carter sintió un acceso de terror indescriptible al notar que la tierra huía bajo la quilla, y que el navío surcaba silencioso como un cometa los espacios planetarios

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