El lienzo de Pickman
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| Detalle |
| Título: El lienzo de Pickman |
| Título original: El lienzo de Pickman |
| Autor: Aitor Solar |
| Fecha creación: 2016 |
| Fecha publicación 2016 |
| Primera publicación La fuente de las tinieblas |
| Colaboradores: No |
Tabla de contenidos |
Primer párrafo
Tuve la fortuna de conocerlo a finales de... cuando empezaba a hacerse un nombre en la escena pictórica local y ya había escandalizado a algunos críticos con sus primeras obras destinadas a la exposición en público. Tras estudiarnos, quiero pensar que mutuamente, pronto dimos comienzo a la relación artística y profesional. El soporte que había elegido en ese momento (tras probar muchos otros con resultados a su juicio insatisfactorios) era el cuerpo humano, en una forma de bodypainting que se estaba poniendo de moda en esa época, y para la que me escogió como modelo, musa y lienzo a la vez. Para él, la riqueza de texturas del cuerpo humano, sus leves asimetrías y la irrepetibilidad de cada persona (no sólo respecto a las demás, sino también frente a otros periodos de su propia vida) constituían un apasionante desafío lleno de posibilidades artísticas por explorar y donde merecía la pena plasmar su pintura. Para mí, que había abandonado de muy joven mis vanas ínfulas artísticas, aquello suponía estar más cerca que nunca de una obra de arte; de hecho, las tenía justo sobre mi cuerpo, que a su vez formaba parte inseparable de la creación y le aportaba sus rasgos específicos.
Resumen (contiene spoilers)
La narradora ayuda a un pintor emergente que se ha especializado en realizar pintura sobre el cuerpo humano. Este pintor desea que sus obras sean estáticos obligando a la modelo a estar horas inmobil, unas posturas fijas estudiadas y forzadas, sus obras conjugan realismo y decadencia, llegando a resultar desagradables para gran parte del público, sin ocultar pubis o zonas sexuales. Por ello otras modelos se negaban a ser usadas por el pintor, y su única modelo era la narradora.
El pintor desea ser un aspirante de un pintor de principios de s.XX, Richard Upton Pickman. A pesar de ser un pintor de poco éxito reconocido consigue realizar una exposición en la que tuvo que mostrar sus obras pintadas en lienzos al disponer de una única modelo sobre la que practicar bodypainting. Esta exposición acaba en tumultos, según la narradora, instigada por enemigos y envidiosos. La exposición fue cancelada, y la narradora expulsada del pedestal desde el que posaba llevándose varios golpes y moratones.
Durante la narración se hace patente la dependencia emocional que se desarrolla de la narradora respecto al pintor. Permitiendo recibir nuevos golpes para ampliar los moratones, para ser un mejor soporte a la pintura. Actuando como compañera sexual del pintor cuando éste lo desea. Y dejando de comer por apatía cuando el pintor desaparece sin más explicaciones.
A pesar de la exposición fallida, y tener los contactos con el mundo del arte casi inexistentes, el pintor consigue que se le conceda espacio para una nueva exposición. Decide realizar un homenaje al pintor clásico Pickman. Una vez, por la falta de modelos disponibles, tiene que realizar sus obras sobre lienzos, siendo la única modelo bodypainting la narradora. La narradora es pintada simulando tener un Gul sobre su cuerpo alimentándose de ella. Esa exposición se desarrolló con éxito, aunque al segundo día el pintor desapareció tras discutir con unos hombres extraños. La narradora acaba regresando sola al estudio del pintor, esperándole durante varios días sin comer.
Cuando regresa el pintor este desea olvidar la exposición, deseando plasmar la realidad, su obra maestra sobre la narradora. Tras varíos intentos insatisfactorios para el pintor, toma sus pinturas en una caja y abandona el estudio arrastrando a la narradora, famélica y agotada. Aunque así es mejor, parecerá más un cadáver.
El pintor se dirige a un edificio abandonado, con un cartel de "Se vende o se permuta". Allí, en una habitación con escombros empieza a pintar de nuevo sobre la narradora. Ésta escucha ruidos que supone que son ratas. Aunque cuando llegan a la habitación a través de los huecos en las paredes, queda claro que sus cuerpos gomosos y grises no son ratas, quizás seres humanos degenerados. Seres que cada vez están más interesados en la modelo, según la pintura avanza, y su aspecto de cadáver es cada vez más y más realista.
Referencias
Este relato posee múltiples referencias a El modelo de Pickman
