El último tren
De Wiki Cthulhu juego de Rol
| Detalle |
| Título: Sacamantecas |
| Título original: El último tren |
| Autor: Mikel Rodríguez Álvarez |
| Fecha creación: |
| Fecha publicación 2011 |
| Primera publicación Sacamantecas y otros relatos vascos de terror |
| Colaboradores: No |
Tabla de contenidos |
Primer párrafo
... Conservar la vida o el alma. La peor elección. Y yo debía hacerla.
Resumen (contiene spoilers)
Zalacaín recibe en su tienda de antigüedades un encargo inusual del juez Bargota. Bargota le encarga conseguir un libro. El precio por ese libro es la libertad de una mujer que se encuentra apresada. El nombre del grimorio es Libro de los Malditos
En 1936 frente a la tienda de Zalacaín una mujer se enfrentaba a dos matones. Esa mujer se llamaba Petra. Conferenciante, militante de Juventudes Libertarias, naturista y tertuliana. Sin embargo acabó siendo apresada y sentenciada a pena de muerte. Sólo la medicación de Zalacaín consiguió rebajar la pena a treinta años de cárcel. Un encierro que la estaba matando.
El libro se encuentra en la Sala Reservada del colegio de jesuitas con donde se encuentra el libro. Allí encuentra el viejo libro, pero con los grabados con el nombre borrados por el tiempo. A causa de ello lee los primeros párrafos para verificar el título, momento en el que descubre que el libro que va a robar es otro muy diferente. Al descubrir la verdad sobre el libro que ha comenzado a leer siente que una persecución se ha iniciado. Los guardianes del Necronomicón, los perros de Tíndalos, han despertado sedientos y hambrientos. Tras buscar refugio en el ático con forma de corona de su edificio. Allí, escuchando como los perros intentan de forma intermitente llegar a él y observando como el yeso de la cúpula se va rasgando, diseña un plan para salvarse a si mismo y a su amada
Fragmentos
Lo que debía llevarle no era el irreal Libro de los Malditos sino el infame Necronomicón. Las pocas líneas que leí absorto antes de cerrarlo ya me habían condenado
Comencé a oír sus ladridos. Eran lejanos y esporádicos, pero por mis anteriores lecturas sabía que cada vez sonarían más fuertes y cercanos. Frank Belknap Long [...] Los Perro de Tíndalos. La jauría que protege el Necronomicón. Los había despertado y ahora venían a por mi.
