La cámara del castillo
De Wiki Cthulhu juego de Rol
| Detalle |
| Título: La cámara del castillo |
| Título original: The room in the castle |
| Autor: Ramsey Campbell |
| Fecha creación: 1964 |
| Fecha publicación Julio 2013 |
| Primera publicación El habitante del lago y otros indeseables vecinos |
| Colaboradores: No |
Tabla de contenidos |
Primer párrafo
¿Existe un residuo del viejo mundo en cada uno de nosotros que nos empuja hacia supervivencias de pasados eones? Seguramente ese debe ser mi caso, pues ninguna razón sana justifica mis vagabundeos por las ruinas antiguas e infestadas de leyendas sobre la colina, ni mi búsqueda allí de una oculta cámara subterránea... ni la apertura de la puerta del terror que descubrí aquel día.
Resumen (contiene spoilers)
El protagonista inicia la historia en el Museo Británico, donde ha de revisar unos libros a petición de un amigo suyo que está enfermo. Los textos que ha de consultar están siendo usados cuando los solicita, y decide emplear el tiempo leyendo el Necronomicon. Tras una hora de lectura, obtiene el texto que inicialmente iba a consultar. Revisando ese otro texto encuentra una leyenda local de Berkeley escrita por un clérigo. El testimonio del clérigo narra la historia de un granjero, de nombre Cooper, que persiguiendo a un zorro encontró una luz extraña sobre una colina. El objeto que provocaba la luz es descrito por el granjero como un engendro con un sólo ojo como el cíclope, con pinzas como la de los cangrejos y una trompa como un elefante. El granjero huyó de la colina, insistiendo en que algo le perseguí. Dos meses después Cooper fue encontrado en el corazón del bosque, tocando un tambor antes de morir. Otras fuentes del libro informan que es algo liberado por los romanos, y que había sido encerrado antes de la llegada de estos. Gilber Morley consiguió hacer que salga del bosque y encerrarlo en la bodega de su castillo. Tenerlo bajo su control permitía a Morley poder contactar con otros entes cósmicos. Creció tanto en esa bodega que no podía salir por su tamaño.
Tras recopilar la información el protagonista toma el coche y visita a su amigo en Camside. Pasará la noche en casa de éste. Al día siguiente decide visitar el castillo de Morley, visita que le desaconseja su amigo. En el trayecto se detiene en el pórtico de una iglesia. El pórtico muestra un ángel sosteniendo un objeto estrellado frente a un engendro acuclillado. La imagen representa la victoria del bien frente al mal, en palabras del párroco.
Finalmente llega al castillo, en la cima de una colina. El edificio es una torre solitario, con la techumbre hundida. Al abandonar el lugar resbala en uno de lo escalones que llevan a la cima de la colina, escalón que actúa como trampa que activa un mecanismo de apertura de un pozo. Unas escaleras dan acceso a una estancia subterránea. En la planta sólo se encuentra un pequeño cubro metálico, y un leve olor de reptil. El protagonista toma el cubo, que resulta ser una pieza muy pesada. Al levantar el objeto metálico libera la abominación, consiguiendo subir a trompicones la escalera. Mientras fuerza la llave de contacto de su vehículo, por atrás ves un apéndice vermiforme sobresaliendo del pozo.
El protagonista regresa a toda velocidad a la casa del amigo, al que le describe su descubrimiento en la bóveda subterránea. Al día siguiente inicia una búsqueda de explosivos, acabando comprando varias latas de gasolina. Al regresar al pozo comienza a derramar la gasolina por la apertura, justo para ver como un objeto enorme y negro se acercaba. Al prender fuego escucha un silbido prolongado, un rugido. Delgadas espirales de gas verdoso emanan de la apertura, un gas que parece tomar forma de un sapo hinchado. Al alejarse del lugar, el protagonista ve a un ser vermiforme que palpaba frenéticamente los alrededores de la fosa. Sólo más tarde cae en la cuenta que aquello no es más que el tentáculo facial del abominable Byatis
Fragmentos
sumergido como estaba en la mitología de esos terrores del más allá -el durmiente Cthulhu, el indescriptible Shub-Niggurath, el enorme batracio Dagon....
no tenía más que un ojo como el cíclope que matara Odiseo, y pinzas como las de los cangrejos; también que poseía una trompa como los elefantes de África y grandes serpientes colgando de su rostro como una barba [...] aseguraban que semejaba una araña o un cangrejo [...] las únicas leyendas sobrenaturales eran las de la bruja y el [[Sapo de Berkeley. Esta última, sobre una abominación confinada en un calabozo a la que se alimentaba con carroña humana [...] Tratábase supuestamente de Byatis, una criatura prehumana adorada como una deidad [...] La leyenda afirma que Byatis se hace más grande con cada vida que toma
