Secta de Shub-Niggurath en Geverlon

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Secta
Nombre: Secta de Shub-Niggurath e Goatswood
Situación: Valle Severn, Inglaterra
Adora a: Shub-Niggurath
Se enfrentan a: -
Símbolo:

Tabla de contenidos

Descripción

Geverlon es una comunidad pequeña, en torno a una carretera central y una plaza, con una colección de pequeñas granjas familiares y campos de cultivo, rodeados por acres y acres de bosques, cuyo único contacto con el mundo exterior pasa por la carretera que lo atraviesa y un río que fluye cerca.

Geverlon no surgió de la nada, sino que tiene una relación simbiótica con los profundos bosques que la rodean. La aldea tiene una larga tradición como defensora del matriarcado y, en cierta forma, es una especie de secta, donde los chicos nacidos en el pueblo tienden a ser criados en los bosques por los salvajes, una segunda secta dominada por varones. Allí donde las mujeres mantienen una fachada de civilización, paz y, en general, son más abiertas en su forma de pensar, los salvajes se entregan a oscuras prácticas y pasiones, algunas en aras de la supervivencia, pero otras muchas por el simple placer.

En ciertos momentos del calendario, una de las mujeres del pueblo visita a los salvajes en los bosques para concebir un hijo y después, nueve meses más tarde, regresa allí para dar a luz. En ese momento, una de las brujas de los salvajes marca la mano derecha del bebé, antes de devolverlo a la madre. Si es varón, regresan ambos a la aldea, donde es criado hasta que adquiere un cierto grado de independencia (entre los seis y los diez años) antes de ser entregado a los salvajes. Mientras cría a un varón, se prohíbe a la madre tener más descendencia. A veces, la madre es incapaz de separarse de su hijo y, por tanto, sacrifica su derecho a tener más descendencia para conservarlo. Estos hijos son los ocasionales varones que quedan en el pueblo.

A veces, la mujer, en contra de lo establecido, concibe un hijo con uno de los hombres de la aldea o un extranjero que haya decidido mudarse a Geverlon. En esos casos, el hombre suele tener los días contados (o más bien minutos), pues es costumbre de las mujeres locales que maten al varón después del acto si este no se ha entregado, en cuerpo y alma, a la veneración de Shub-Niggurath. Las extranjeras son mejor recibidas en la aldea si se mudan, pero rara vez las animan a formar parte de la secta. Si topan con ella por casualidad, suelen tener una oportunidad: «únete a nosotros o muere». La mayoría se unen. Si están casadas, muchas pueden encontrarse con que sus maridos desaparecen (posiblemente seducidos y después sacrificados por las otras mujeres del pueblo) y sus hijos son conducidos al rebaño antes de alcanzar la edad adulta.

Del mismo modo, en ciertos casos muy especiales, una mujer acaba viviendo entre los salvajes. Cuando la mujer ha dado la espalda a la sociedad de Geverlon y decide seguir sus impulsos más primitivos, es recibida por la manada como una bruja y puede copular con todos ellos, aunque nunca dará a luz hijos propios.

Símbolo

Miembros

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Acciones

Relatos

Esta secta aparece en el escenario Raíces, del suplemento Las cosas que dejamos atrás

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