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Relato

Bajas de una guerra secreta

-Diga su nombre. -Venga ya, Malloy. Ves perfectamente quién soy. -Que diga su nombre.

Qué tío más pesado, Tommy Malloy siempre se ceñía al guión, pasara lo que pasara. En realidad Martín no podía culparlo; si el jefe pillaba alguna vez al portero del Clover Club dejando pasar a alguien sin el santo y la seña, rodarían cabezas. En aquel mundo clandestino y penumbroso había demasiados chanchullos que Peter Clover (y el sindicado de O'Bannion al completo, a decir verdad) preferían mantener en secreto.

Así que Martin Herring, el crupier del establecimiento, suspiró resignado y musitó la contraseña.

-Esta bien, grandísimo capullo. "Soy Lucy, la loca del Lucifer Lane". Y ahora déjame pasar.

La puerta se abrió y Martin se adentró en la perpetua y aterciopelada lobreguez del Clover Club, donde se ganaba a diario el pan y las copas dirigiendo partidas de trile frecuentemente amañadas. Era un trabajo fácil comparado con otros e los que se había visto involucrado, aun a pesar del aburrimiento que le producía repetir la estafa una y otra vez.

Era temprano y aún no había entrado ningún cliente. Detrás de la barra, Isaac Miles se preparaba para la velada bruñendo la cristalería hasta dejarla impecablemente traslúcida. Isaac era muy concienzudo con sus vasos, copas y jarras, aunque no fuese la clase de persona que las apurase.

-Hola, Isaac. Ponme uno doble con...-empezó Martin, pero Isaac lo interrumpió agitando ligeramente la cabeza y mirando por encima del hombro del crupier hacia la parte trasera del local. Martin se dio la vuelta.

Rayos. La jefa. bueno, en realidad no era la jefa, pero en muchos aspectos la chica de Peter Clover le intimidaba todavía más. En otras circunstancias, a Martin se le habría trabado la lengua ante la gélida belleza de Naomi O'Bannion, pero conociendo las historias que circulaban sobre la brillante y calculadora crueldad que se ocultaba bajo sus hermosas facciones y sabiendo que era la hija del más poderoso jefe criminal de Nueva Inglaterra... bueno, cada vez que aparecía la señorita O'Bannion, Martin tenía que hacer un esfuerzo para no mearse en los pantalones.

Y encima debía renunciar al whisky doble con hielo que Isaac le servía siempre antes de entrar a trabajar. Martin se cagó en todo lo cagable, pues sí que empezaba bien la noche.

Escudriñó las sombras del fondo del local, donde se sentaba Naomi con esa mirada perdida que siempre producía escalofríos a Martin (y a cualquier persona cuerda). En otro rostro podría dar la impresión de que estaba soñando despierta, pero cuando Naomi O'Bannion adoptaba una expresión pensativa, alguien en alguna parte acababa de firmar su sentencia de muerte.

-Hola, señorita O'Bannion.

Ella lo miró brevemente y saludó con la cabeza

-Hola, señor Herring. -¿Qué tal va el negocio? -preguntó él tímidamente. Ella tuvo la gentileza de no responder. -Señor Herring, por casualidad no habrá visto a Jacob al entrar, ¿verdad? -¿A Finnegan? No.

Ver al pequeño Jacob Finnegan le habría alegrado la noche a Martin. El joven recadero le caía bien. Le recordaba a él mimo de chaval, aunque a decir verdad Jacob era más listo, más rápido y más espabilidado de lo que Martin había sido jamás.

Naomi frunció los labios y miró su reloj. Oh, oh. Si Jacob llegaba tarde a una reunión con la señorita O'Bannion, el chico se metería en un buen lío.

Martin se encongió de hombros, suponiendo que el muchacho sabía cuidar de sí mismo.

Empezó a disponer la mesa de juego, echando en falta su doble con hielo, cuando de pronto se oyó un grito en la puerta que le hizo apartar su atención del mazo que barajaba.

Malloy había abandonado su puesto en la entrada, y aquello nunca pasaba con el local abierto al público. En sus fuertes brazos cargaba con la figura de Jacob Finngegan.

Martin soltó las cartas sobre la mesa y se acercó a toda prisa a Malloy mientras el portero depositaba suavemente a Jacob sobre una silla. La cabeza del muchacho se inclinó hacia un lado; tenía una herida en el centro de la frente de la que amnaba un hilillo de sangre que goteaba hasta el suelo.

-¿Está...? -Martin no se atrevió a decirlo. Malloy negó con la cabeza. Demonios, qué alivio. Sólo era un crío. ¿Qué le habría pasado?.

Isaac apareció con una toalla empapada en agua fría y enjugó la sangre con delicadeza; Jacob parpadeó y abrió los ojos débilmente. Tenía un aspecto horrible, pero cuando vio a Martin esbozó una tenue sonrisa. Luego advirtió la presencia de Naomi detrás del crupier y se le borró la sonrisa de la cara.

-Señorita O'Bannion... no he... no he podido... -tartamudeó. -¿Que ha pasado, Jacob? -preguntó ella con su habitual templanza. -No lo sé -confesó el muchacho-. Ni siguiera llegué a verlos... si es que eran hombres. No estoy seguro. Todo pasó muy deprisa...

Isaac maldijo entre dientes y dejó caer el trapo sanguinolento. Todos se volvieron hacia él, pero el camarero se limitó a señalar la herida de la frente de Jacob.

Martin se inclinó para inspeccionarla más de cerca, y lo que vio lo confundió y aterró. No se trataba de un simple corte: habían grabado algo en la frente de Jacob. No era una letra, ni tampoco ningún símbolo que pudiera reconocer. Parecía una especia de runa.

Todos miraron a Naomi como por instinto, y la expresión de su rostro no hizo sino exacerbar su temor. Había palidecido visiblemente.

-Tommy, llévatelo a la parte de atrás -ordenó la Malloy en voz baja. El hombretón obedeció en silencio.

Naomi los siguió. Martin estaba en medio, pero no se apartó de inmediato.

-¿Que ha pasado? -preguntarle aquello era una insensatez, pero demonios, le tenía aprecio al chico-. Eso que tiene en la cara no es el símbolo de ninguna banda. ¿Quién ha podido atacarle de ese...? -En todas las guerras hay bajas, señor Herring -lo interrumpió Naomi O'Bannion, y a su rostro apenas asomó una gélida sonrisa: si un momento atrás había estado asustada, ahora lo ocultaba perfectamente-. Mientras no sea usted una de ellas, ¿para qué preocuparse? -continuó mientras pasaba junto a él contoneándose con arrogancia y evitando las manchas d sangre que había dejado Jacob en el suelo-. Señor Miles, encárguese de limpiar todo esto, ¿quiere?

Y así, sin más se marchó.

Tenía razón, claro. En su línea de trabajo siempre había derramamientos de sangre. Martin no era pusilánime; creía haber visto cosas bastante desagradables. pero Jacob sólo era un niño. Un niño listo, demasiado como para caer en ninguna trampa ordinaria. Y aquello no había sido una trampa ordinaria.

Martin jugó sus partidas habituales aquella noche y desplumó a los clientes más incautos del Clover Club, como de costumbre. Pero si su labia pareció más precipitada o su encanto más forzado... bueno, al menos le sirvió para ocultar el inusual temblor de sus manos.

Lista de mazos

Usando exclusivamente el contenido de esta caja y del Juego Básico pueden construirse varios mazos distintos. Como introducción al arte de creación de mazos personales, os ofrecemos dos manos de ejemplo formados únicamente con estas cartas.

El especial de Clover Club, deDavid Boeren

Este mazo está diseñado para proporcionar iconos Arcanos a tus personajes o para volver a activarlos y disponer así de un buen número de personajes utilizables. Se añaden a la mezcla varios efectos de bloqueo para desequilibrar al adversario y facilitarte el trabajo. Procúrate recursos para tus dominios hasta tener 2-2-2 y sube uno solo a 3 para Naomi O'Banion, que es estupenda para sacar doble partido a cartas de Táctica como Buscado por la Ley. Combina Emparedamiento o Zapatos de cemento con efectos que reduzcan valor para quitarte en medio de las cartas más problemáticas y conseguir más contadores. Después, cuando tus Tácticas estén en la parte inferior del mazo, utiliza Ventaja de la Casa para recuperarlas y jugarlas dos veces más gracias a Naomi.

Ventaja de la Casa es también esencial para mantener el bloqueo con Martin Herring00. Más de la mitad de tus cartas tienen coste 2, y dada la velocidad con que se juega este mazo, lo más probable es que también veas muchos personajes de coste 2 por parte de tu adversario. Por eso has de procurar tener siempre un 2 encima utilizando Ventaja de la Casa para robar de la parte inferior del mazo cuando estés listo (a no ser que necesites imperiosamente la carta que esté en la parte superior). Esto te resultará de gran ayuda para resolver historias más adelante. Lo ideal es que tu mano de inicio te proporcione dos o tres personajes en tu primer turno, y quizás algunos Eventos de coste 0 para que te consigan contadores sin oposición a la primera oportunidad: luego puedes acaparar el control de la mesa con tipos como Martin Herring o e Sicario del Hacha

La treta de O'Bannion, de Tom Capor

¡Asume el papel de Danny O'Bannion, el jefe mafioso del Clover Club, con este mazo de diseño exclusivo! Manipula los resultados con tácticas despiadadas y derrota a tus adversarios consumiendo los valores de sus cartas para poner en práctica una treta de lo más ingeniosa.

Este mazo emplea medios poco convencionales para manipular valores con objeto de ganar contadores de éxito al tiempo que debilita o incluso destruye personajes enemigos. Tu principal estrategia consiste en mostrar la máxima agresividad posible utilizando diversos métodos de desgaste para abrir huecos en las defensas de tu adversario y luego, con un ejército de personajes Criminales a tu disposición, asignar a los 'Consejeros de O'Banion'

Baja resolución

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Colección de imagenes de Call of Cthulhu CCG/LCG