El Millar de Retoños

De Wiki Cthulhu juego de Rol

Tipo: Expansión de lujo
Formato: LCG
Fecha aparición:
EEUU:
Nombre ingles:
España: 2015
Numeración: -
Número cartas 165 (55x3)

Tabla de contenidos

Relato

Una audiencia con el barón

Elspeth Baudin dio un sorbo a su cóctel y torció el gesto en una delicada mueca. El whisky tenía un sabor menos equilibrado de lo que estaba acostumbrada a paladear, una pegada más propia de un matarratas destilado en una trastienda que de un licor pasado de contrabando por una frontera. Notó que el camarero la observaba.

-¿Quiere que se lo rebaje un poco con agua?

Ella le lanzó una mirada fría y despectiva; su desdén le resbaló por el rostro como aceite sobre vidrio.

-No, gracias. Me apañaré con esto.

El hombre la contempló con curiosidad durante unos segundos y luego se volvió para atender a otro cliente. A lo mejor debería haberse despojado de sus alhajas habituales. Tremé no era un barrio que visitaran a menudo las mujeres de su posición, pero Elspeth detestaba salir si arreglarse como era debido.

El local estaba bastante concurrido, por lo que no oyó acercarse a René a través de la multitud . Cuando le puso la mano en la espalda, dio un respingo y derramó un poco de su whisky.

-Tú siempre tan silencioso, René- dijo, ocultando su irritación-. Una pantera habría hecho más ruido.

Él le rozó la mejilla con un beso afectado.

-La verdad es que nunca me he sentido muy identificado con los gatos.

René estaba impecable, como de costumbre. De ese modo le resultaba más fácil moverse por círculos en los que de otro modo no habría sido admitido a causa de su piel negra. Elspeth pensó en la serenidad con la que sostuvo su mirada la noche en que se conocieron; como un depredador confiado de que el ciervo acudiría a él. En los dos años posteriores solamente logró cogerlo desprevenido una vez, e incluso entonces se comportó como un auténtico caballero y se ofreció a acompañarla por Tremé sin indagar e sus intenciones.

Elspeth se agarró del brazo de su pulcro acompañante y se sintió más tranquila. Pasearon por la calle hasta cruzar Congo Square. Sus tacones repiqueteaban con elegancia sobre los mismos adoquines que años atrás sirvieran de escenario para las danzas y tambores de los esclavos.

Cuando llegaron a su destino ya habría anochecido y el ambiente estaba cargado de humedad. La casa de madame Esprit era similar al resto de edificios que se alineaban sobrios y simétricos en torno a ella, pero en una de sus ventanas se distinguía un peculiar juego de velas que brillaban a través de la penumbra.

Fue la misma propietaria quien abrió la puerta. Era alta y de porte elegante, un efecto reforzado por su tocado, una orquídea muy elaborada sobre un turbante de exquisito algodón estampado. Elspeth se preguntó si la reina del vudú lo llevaría puesto en todo momento por si recibía visitas inesperadas.

-Es tarde para una sesión -dijo madame Esprit, recorriendo a Elspeth de arriba abajo con una fugaz mirada-. Aunque a veces hago excepciones, en casos de necesidad apremiante.

Elspeth imaginó que cualquier vestido con prendas tan caras se consideraría una necesidad apremiante. Dio un paso hacia la entrada y René dejó que se le escurriera la mano del brazo.

-La señora siempre atiende a sus clientes en solitario -explicó educadamente en voz baja Luego esbozó una sonrisa, dejando al descubierto sus largos colmillos. Normalmente aquel insignificante defecto no hacía sino enaltecer su carisma, pero esta noche, en aquella calle desconocida, Elspeth los vio como si fuera la primera vez.

Una vez dentro, madame Esprit entabló una conversación distendida e informal, la típica charla destinada a relajar al cliente. Pero Elspeth no era ninguna matrona nerviosa que necesitara oír cómo los criollos de la ciudad habían olvidado sus respectivas historias. Así que la interrumpió.

-Quisiera comprar algunos materiales, y su promesa de no hablarle a nadie de esta visita. Estoy segura de que lo entiende.

La mujer pestañeó irritada, pero hizo un ademán para señalarle una silla de respaldo duro puesta junto a una mesita. Elspeth se sentó y apretó los labios mientras madame Esprit se tomaba su tiempo para ocupar la silla que había enfrente.

-¿Qué puedo hacer por usted?- preguntó por fin. Elspeth le dedicó su mejor mirada de póquer.

-Necesito herramientas para un ritual. Óleos para ungir y velas de invocación, todo tratando para conjurar visiones.

Imaginó que se sorprendería, pero madame Esprit se limitó a asentir con la cabeza.

-Para las velas tendrá que volver otro día, no las recibiré hasta mañana o pasado.

Elspeth notó que su expresión perdía la compostura; bastante le había costado escaquearse una vez. Madame Esprit hizo una mueca, aparentemente divertida.

Un arrebato de cólera provocó que Elspeth se descuidase.

-Supongo que todos los clientes blancos tendrán que hacer dos viajes, tanto si tiene velas como si no.

Al parecer, madame Esprit también era una maestra de la inexpresividad.

-Si cree que la sangre de su familia es pura, usted sabrá. Pero en estas tierras casi nadie es nunca lo que parece. Elspeth inspiró profundamente para calmarse.

-Volveré mañana.

Madame Esprit se quedó calla durante un largo instante, luego sonrió de repente.

-¿Quiere que le echa las tabas? Para que no haya venido en balde.

Antes de que Elspeth pudiera responder, madame Esprit sacó un fardo y empezó a desplegarlo sobre la mesa. Dentro guardaba un surtido de objetos pequeños; huesos, conchas, nueces. Tiempo atrás Elspeth los habría considerado simples baratijas, chucherías sacralizadas por costumbres primitivas. Pero había empezado a comprender que detrás de las cosas ordinarias acechaba algo mucho mayor, algo de un poder inconcediblemente vasto y terrible.

Estaba examinando las estanterías de las biblioteca de su marido cuando encontró el libro. Henry coleccionaba volúmenes antiguos, pero casi nunca los leía. El inepto, distraído y extravagantemente rico Henry. Dudaba incluso que se hubiera fijado en la extraña caligrafía de sus vetustas tapas repujadas, tan antiguas que casa habían perdido el relieve.

Sin duda las artes adivinatorias de madame Esprit tenían mucho más de espectáculo que de conocimientos esotéricos. Pese a ello, Elspeth sentía curiosidad.

Las tabas traquetearon sobre la mesa, diseminadas por la sacerdotisa en intervalos breves y rítmicos. Murmuraba suavemente mientras lo hacía ya fuera para ayudarla en su trance o simplemente para contentar a su público. La propia Elspeth se sentía ya casi hipnotizaba cuando el murmullo cesó de repente. había cerrado los ojos sin darse cuenta, y al abrirlos vio a madame Esprit observándola detenidamente con una sonrisa maliciosa. Su expresión parecía sorprendentemente ensayada.

-Sé lo que está tramando- dijo la sacerdotisa. Su voz, zafada ya de sus ataduras, se había vuelto más grave-. Sé lo que busca, y no es algo a lo que esté destinada.

Elspeth reprimió la risa.

-No creo que esté usted en posición de juzgar lo que me corresponde.

Madame Esprit se inclinó lánguidamente hacia delante y agarró a Elspeth de la muñeca. Ella dio un respingo; sus dedos le quemaban la piel.

-No somos como tus dóciles espíritus europeos- le advirtió madame Esprit. Su rostro ya ni siquiera parecía humano y el tono de su voz era mas ronco y gutural, con la aspereza de una cripta abierta. Elspeth creyó captar el aroma de un puro e el aire limpio y despejado-. No nos sometemos a las leyes que tú conoces, ni tampoco nos interesan las medias verdades ni los pactos de ningún tipo. ¿Quieres poder?. Yo te lo mostraré. Pero entonces jamás conocerás la dulce liberación de la muerte.

Aquello no era lo que Elspeth había esperado. El ritual que planeaba llevar a cabo debía abrir un portal, una ventana al otro lado, un medio para vislumbrar más de lo que se susurraba en aquel libro antiguo.

Se le ocurrió llamar a René, pero tenía la repentina y escalofriante certeza de que no acudiría en su ayuda. El ser que antes había sido madame Esprit volvió a esbozar una aterradora sonrisa de satisfacción.

-Eres una criaturilla traviesa, tan espabilada y tan ávida de poder. Creo que voy a quedarme contigo.

Le apretó la muñeca con fuerza, y Elspeth comenzó a sospechar que había cometido un terrible error.

Reglas nuevas

Persistente es una palabra clave nueva que se añade a La llamada de Cthulhu: El juego de cartas en la expansión El Millar de Retoños. Letargo es una palabra clave que se introdujo en la expansión El Durmiente del Abismo, y se incluye aquí a modo de referencia. Esta secicón explica el funcionamiento de ambas palabras clave, y debe considerarse una denda al reglamento del Juego Básico de La llamada de Cthulhu: El juego de cartas'.

Persistente

cuando una carta Persistente abandona el juego, el jugador que la controla puede optar por devolverla a la parte superior del mazo de su propietario en vez de enviarla al lugar al que debería ir normalmente. Este efecto se resuleve como un efecto pasivo de sustitución y no puede ser anulado.

Letargo

Durante tu fase de operaciones, puedes realizar una acción de jugador normal y pagar X para vinclar boca abajo una carta que tenga la palabra clave Letargo a una historia (se dice que la carta vinculada está en Letargo), siendo X el número de contadores de éxito que tengas en esa historia, y con un límite de 1 por historia y por turno. Cuando se gane esa historia, puedes jugar la carta vinculada en Letargo reduciendo su coste a 0. Las cartas en Letargo se consideran en juego, pero no cuentan como carta de apoyo Vinculadas.

Los ojitos derechos de Mamá, de Josh Grace

Con este mazo exploramos varios métodos ofensivos que te permitirán adaptar tu estrategia a los desafíos con los que te enfrentes; la mayoría de tus herramientas serán personajes. De las cincuenta caras del mazo, treinta son personajes y los demás se centran principalmente en ponerlos en juego o en proporcionarles iconos adicionales.

tienes un surtido de Mi-Gos que se potencian mutuamente y que pueden entrar en juego desde la pila de descartes gracias a Xlizxcte-Oonth, lo cual te resulta de especial utilidad teniendo en cuenta que tienes aún más cartas destinada s a infligir y absorber heridas. Baka, Barón Samedi, Gug de la ciénaga y René Bonvillain te permiten causar heridas a los personajes de tu oponente, mientras que con Toxemia Generalizada le obligas a absorber heridas para poder asignar personajes a historias. La Toxemia Generalizada también te afecta a ti, claro, pero tú dispones de personajes como Jirón, que tienen una resistencia muy elevada. y después, cuando tu oponente tenga ya demasiadas heridas, puedes rematar la faena con ¡Iä!¡Iä!.

Como casi todas tus opciones están en manos de personajes, es conveniente que calcules el mejor momento para jugar la Transformación Pavorosa y los Túneles de los Gules a fin de obtener el máximo rendimiento de los personajes que elijas.


Personajes Eventos
Asesor Militar x1 ¡Iä!¡Iä! x3
Baka x3 Consagración Blasfema x1
Barón Samedi x3 Socavar el Subsuelo x1
Elspeth Baudin x3 Transformación Pavorosa x1
guardián Ancestral x1
Guerrero Mi-Go x1 Apoyos
Gug de la ciénaga x3 Barrio francés x3
Jirón x3 Gris-Gris x3
Nexo Arcano x1 Túneles de los Gules x3
Obrero Mi-go x3
Observador Mi-Go x1
René Bonvillain x2
Retoño Oscuro Voraz x1 Conspiración
Sacerdotisa de Bubastis x1 Toxemia Generalizada x3
Xlizcte-Oonth x2
Y'Golonac x1


Baja resolución

Shub-Niggurath
F1 Sierva de la Madre F2 Gul emboscado F3 Muerto sin descanso
F4 •Jean Deveraeux F5 Chamás de la Marisma F6 Obrero Mi-go
F7 Gul Frenético F8 Keelut F9 Baka
F10 Retoño Oscuro Maligno F11 •Elspeth Baudin F12 •René Bonvillain
F13 •Jirón F14 Gug de la Ciénaga F15 Serpiente de Humo
F16 Filántropa Misteriosa F17 •Madame Esprit F18 •Xlizxcte-Oonth
F19 •Barón Samedi F20 •Yeb F21 •Chthonian Antiguo
F22 Sargazos Tenebrosos F23 •Shub-Niggurath F24 Túneles de los Gules
F25 La leche de la Cabra Negra F26 •Barrio francés F27 Gris-Gris
F28 •El Monolito Macabro F29 •Favor de Eshu F30 Consagración Blasfema
F31 Ciclón Repentino F32 ¡Iä!¡Iä! F33 El Nacimiento de un Millar de Retoños
F34 Toxemia Generalizada
Neutral
F35 •Ankou F36 •Nyarlathotep F38 •El Maletín del Archímago
F36 •Kelly McIlhenney F37 Aún la Muerte Puede Morir F38 Miedo Ancestral
La Agencia
F38 •Gregory Lean F39 •Suburbio de Marigny
Cthulhu
F40 •La Lengua Sangrienta F41 •Broadmoor
Hastur
F42 •El ser de la Máscara Amarilla F43 •Tremé
Universidad de Miskatonic
F44 •Harley Warren F45 •Audubon
Logia del Crepúsculo de Plata
F46 Aspirante a Miembro de la Logia F47 Fanático de Thule F48 Walter Fitzpatrick
F49 •Garden District F50 Ritual de Expulsión F51 Llamar a los Custodios
El sindicato
F52 •Phineas Taylor F53 •Canal Irlandés
Yog-Sothoth
F54 •La Ecuación Kruschtya F55 El Noveno Distrito

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